Carpintería Moderna, gran presente y promisorio futuro
Carpintería Moderna inauguró su nueva planta en el Parque Industrial. En pocos años, la empresa se ha convertido en una de las líderes del rubro y sus socios entienden que existe una demanda insatisfecha en el mercado del mueble que les permitirá seguir creciendo en los próximos años, en la ciudad y en la región.
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La actualidad no puede ser mejor: vienen de equipar la biblioteca del Campus de la Unicén, ganaron licitaciones para colocar sus productos en importantes instituciones de la ciudad y acaban de ganar una compulsa de precios para equipar doscientas casas del complejo Procrear que se está construyendo en Pujol y Quintana.
El promisorio futuro los encuentra equipados para fabricar más de 3 mil metros lineales y mensuales de muebles de cocina. Tienen un grupo de trabajo calificado y maquinarias de última generación. Las últimas inversiones en tecnología les han permitido reducir notoriamente los costos de fabricación y volverse más competitivos. Estiman que podrán salir a buscar su parte del mercado regional y de otros puntos del país y así generar nuevos puestos de empleo para la ciudad, colectivizando los beneficios del crecimiento.
La sociedad
La sociedad está compuesta por Andrea y Jorge Almanta, y Pedro Ñiguez, hermanos y cuñado, respectivamente. La historia breve, pero vertiginosa, es digna de un cuento que al final deja una moraleja para quien sueña con independizarse y crecer. Es una historia típica de emprendedores. Y por eso mismo, estimulante.
“La idea tiene seis años. En una sobremesa típica, donde cada uno de nosotros contaba lo que le estaba pasando en su empleo, concluimos que podíamos estar mejor, pero que nadie podía hacerlo por nosotros. Entonces, decidimos ir por eso. No exageramos si decimos que arriesgamos todo. Todo lo que teníamos en ese momento. Tanto que ya no quedaba margen para retroceder y dudar”, señaló Andrea Almenta.
“Jorge era maestro mayor de obra y había trabajado en carpintería. De hecho, lo seguía haciendo después de trabajar 10 horas diarias para generar un ingreso extra. Pedro conocía también el oficio pero además tenía buena formación en electricidad y electrónica. Y yo estaba formada en ciencias económicas y había trabajado 13 años en el rubro financiero. Entre los tres, aportamos 21 mil pesos que teníamos ahorrados y un auto que lo vendimos para tener un utilitario. Teníamos más entusiasmo que dinero en nuestras cuentas. Alquilamos un galpón, compramos unas máquinas hobbistas y usadas. Y así, pidiendo un período de gracia para pagar nuestras obligaciones, empezamos. De eso hace seis años”, añadió.
Esta sociedad familiar no dejó puerta por tocar. Golpeó en todas y de todas obtuvo algo. “Nosotros recurrimos a cada una de las instancias que nos podían acompañar y potenciar en nuestro proyecto. En 2012 ya sabíamos que teníamos que transformar el pequeño taller en una empresa. Entonces nos pusimos en campaña para conocer las políticas de promoción industrial, municipales, provinciales y nacionales”, contaron.
Orientados por IDEB, solicitaron un predio en el Parque Industrial. “Para crecer precisábamos capital y la forma de conseguirlo era a través de reinversión de ganancias y del financiamiento. Buscamos esas fuentes y así nos encontramos con distintas entidades y personas que hicieron que esto sea posible”, agregó Almenta.
“Obtuvimos financiamiento en Banco Provincia, Credicoop y Nación. El Municipio nos otorgó el predio del PIT, las exenciones de los derechos de construcción y de tasas, por 48 meses. También aportó la Promoción Empleo Joven. En la Provincia tramitamos la exención de impuestos e hicimos uso del fondo de garantía Fogaba para avalar las operaciones de crédito”, puntualizaron.
“De la Nación recibimos el asesoramiento gratuito del INTI, para la realización del Lady Out de planta y
manuales de proceso. Recibimos aportes no reembolsables por el Programa de Acceso al Crédito y la Competitividad del Ministerio de la Industria de la Nación. El Banco Nación financió una parte importante de nuestros equipos a través del fideicomiso para nuevos proyectos y de la Línea 400 para capital de inversión, con garantía de Garantizar. Recibimos capacitaciones brindadas por Ministerio de la Industria y estamos trabajando en el desarrollo de plan de calidad Certificación Normas ISO 9000”, completaron.
Andrea aseguró que la empresa es una gran beneficiaria de las políticas de restricción a las importaciones, lo que permitió que pueda crecer. “También somos beneficiarios de grandes inversiones que realiza el Gobierno nacional como en el programa Procrear para quien seremos proveedores de 200 casas”, asegura.
Perspectivas
El sector de la construcción tiene perspectivas de crecimiento para los próximos años y de acuerdo al conocimiento del mercado local, los socios de Carpintería Moderna entienden que “son previsibles situaciones muy ventajosas en un futuro cercano por las políticas gubernamentales que tienen como principal objetivo la movilización de la economía a través de la construcción como sucede con Procrear”.
Por otro lado, la industria del mueble creció producto del control de las importaciones. De acuerdo a datos oficiales, durante el ejercicio 2010 la sustitución de importaciones de muebles alcanzó el 42 por ciento, en relación al ejercicio 2008 y con un buen nivel de actividad. Y es de esperar que esta tendencia continúe.
“Esperamos desarrollar nuevos diseños en función a las tendencias del consumo. El uso de la tecnología adquirida nos permite tener un producto con óptimo diseño y acabado”, explicaron frente a este promisorio escenario.
Agradecimientos
“Los agradecimientos son infinitos. Familia, amigos, proveedores, clientes, colegas, instituciones”, resaltó Andrea. “Los apoyos que hemos recibidos son tan grandes como nuestras ganas de seguir creciendo en esta ciudad que es nuestra y será la ciudad de nuestros hijos”, agregó.
Muchas de las personas a las que les contaron el proyecto los tildaron de “locos” porque en un momento en que muchos creían estar rodeados de incertidumbres, “tratando de sacar ganancias de sus empresas y comprar propiedades acá o en el exterior, o dólares a precios increíbles basados en la especulación”, ellos decidieron vender todo y tomar créditos. “Pero nosotros estábamos convencidos de que este proyecto iba a funcionar. Estábamos convencidos de que en este país, si se trabaja con honestidad y con intensidad, se puede”, completaron.
Finalmente, los socios de Carpintería Moderna comparten una filosofía que hoy tiene un nombre técnico como “responsabilidad social empresaria”, pero que desde siempre los grandes y recordados empresarios de la ciudad supieron cultivar y por ello ganarse el respeto de la comunidad.
Y esa filosofía se podría plantear así: “Los números son importantes, pero el verdadero sentido de cualquier emprendimiento es lograr que los frutos de lo económico puedan transformar vidas, ser motivadores y servir de ejemplo para otros. Con lo cual creemos que hemos logrado parte de nuestro objetivo”.
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