Carta de lectores
El intendente debe definirse si quiere o no el tren para los tandilenses
Tren de pasajeros – IV
Señor Director:
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El 2 de marzo del presente año se produjo en Buenos Aires la reunión de los representantes del pueblo en el Ministerio de Transporte, con el conocido resultado que comenté en mi anterior carta publicada el 30/3/18. En esa reunión las partes se comprometieron a reunirse nuevamente en una semana ó 10 días; cosa que no se produjo. Lo cierto es que a hoy pasaron 78 días y absoluto silencio.
De todos los trenes que la señora Gobernadora suspendió irresponsablemente, uno a uno fue reponiendo a todos menos al de Tandil. A esta altura creo que el señor Intendente debe definirse, públicamente, si quiere o no el tren para los tandilenses. En caso positivo debe darlo a conocer y actuar en consecuencia. En caso negativo decir los motivos.
Como expresé en anteriores notas, esto se arregla en una simple reunión, mano a mano, con el presidente Macri. Cabe señalar que el jueves 10 del actual el Presidente se reunió “en pleno temporal económico” con el presidente y su vice de la Asociación Argentina de Tenis, recién electos, para desearles éxitos. Sin desmerecer al tenis, si el Presidente de la Nación Argentina pudo dedicarle unos minutos, cómo no va a atender a nuestro Intendente?
Señor Intendente, si usted lo desea puede conseguir la restitución del tren para nuestra ciudad. En mis anteriores notas abundé en detalles y argumentos irrebatibles. No existe ninguna razón técnica que impida la circulación del tren, aunque demore 7 horas en llegar a Buenos Aires. Si usted lo cree conveniente quedo a su disposición.
José Barillaro
DNI 5.388.741
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El fútbol y su fanatismo
Señor Director:
Con la indignación clavada en el pecho, levantamos “tarjeta roja” al fútbol argentino. Nos trae una imagen de afuera que acá miramos de reojo y siento vergüenza por lo que nos representa, como si hubiéramos perdido esa identidad que supimos conseguir en los potreros. Lo demuestran los hechos violentos que se relacionan con la rivalidad extrema del fanatismo, son rituales cotidianos a los que nos tiene mal acostumbrados nuestra idiosincrasia.
Se busca la prepotencia sobre el consenso, no podemos despegarnos de esta argentinidad al palo que inyecta en las masas esa adrenalina barata en cada clásico, y se va evaporando la esencia que envuelve al fútbol en la sana competencia. El glamour se queda en el vestuario y se sumerge en la mediocridad.
La pasión es otra cosa y no se debe idealizar. Es que el hincha está cansado de recibir las esquirlas de la negligencia de unos pocos que dinamitaron las ilusiones de muchos, y por eso es certera la frase de quienes piensan cuando se habla de un enorme descenso cultural en el fútbol. Eduardo Galeano dijo “el fútbol es la única religión que no tiene ateos”, pero en esta iglesia, la silla del confesionario todavía permanece vacía.
Ricardo Crosta
DNI 4.230.776
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No hubo invasiones
inglesas en nuestro país
Señor Director:
Si consultamos a chicos de la primaria nos dirán que fueron dos invasiones y si consultamos a un miembro de la Academia nacional de la Historia nos dirá que fueron dos. No es cierto. No hubo ninguna invasión inglesa porque Inglaterra no es un estado sino parte del Reino Unido de Gran Bretaña, integrada en aquella época por Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda (ésta sometida por la fuerza). Hoy esta última conforma la república de Irlanda que recupera su independencia después de la Primera Guerra Mundial. Hoy solo una parte de la isla, el Ulster o Irlanda del Norte continúa integrando el Reino Unido. La nación invasora fue Gran Bretaña, siendo fundamental la intervención del Regimiento 71 de Higlanders (Tierra Altas) de Escocia, fuerza que nunca había sido derrotado hasta que un grupo de criollos y de españoles residentes en Buenos Aires los derrotaron en 1806, frustrando el intento de ocupar el Virreynato del Río de la Plata. La codicia de haberse llevado las arcas del Virreynato alentó la segunda invasión británica en 1807. Que terminó en un nuevo fracaso. Estas invasiones fueron alentadas porque antes de venir a América los británicos habían logrado invadir y derrotar a los Boer de Sudáfrica por lo que pretendieron tomar Buenos Ares en la primera invasión y también Montevideo en la segunda. Pero estas dos invasiones no fueron las únicas en territorio nacional. En enero de 1833 se produce la artera invasión de las Malvinas, sin declaración de guerra ni razón alguna que la justificara más que la fuerza bruta de la principal potencia mundial de la época.
Esta sí fue una victoria a lo pirro de unas islas indefensas. Situación lamentablemente que aún perdura como una herida abierta en el corazón de los argentinos. Pero hay una cuarta invasión británica de territorio argentino protagonizada por la flota británica con la complicidad francesa. Pusieron bloqueo a los puertos de Buenos Aires y Montevideo y tomaron la Isla Martín García con el propósito de navegar por el Río Paraná para intentar comerciar con Paraguay y la provincia de Corrientes gobernada por los unitarios. El Gobernador de la provincia de Buenos Aires era Juna Manuel de Rosas y designó al General Lucio Mansilla (p) para fortificar la Vuelta de Obligado ubican cañones en las costas y encadenado barcazas en el río para impedir el paso de los invasores. El 20 de noviembre de 1845 se produce la batalla de aquel nombre pudiendo el enemigo forzar el paso, triunfo sin consecuencias, derrota moral porque frente a la resistencia argentina, los invasores deciden desistir de sus intenciones y terminan firmando la paz y retirándose de nuestro territorio, con desbloqueo y devolución de la Isla Martín García. Derrota moral y fin de las agresiones armadas de las dos potencias más grandes de la época. Tres victorias argentinas y una de Gran Bretaña, ésta por ahora.
José M.O.S.
DNI 5.358.489
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Hay que tener cuidado
con lo que se dice
Señor Director:
Ahora hablan de manera hipócrita de “Patria o FMI”, demonizando la cordura de los grandes países donde endeudarte no resulta una movida antipatria, sino un puente hacia el progreso. No nos dejemos engañar por estos señores que viven en suntuosas propiedades y gastan su plata en Miami. Ninguno tiene autoridad moral para juzgar a nadie.
Escribo en representación de más de un centenar de ciudadanos que se indignaron por imprudentes manifestaciones de la señora Mirta Legrand pronunciadas en su almuerzo del domingo 6 de mayo pasado. En esa ocasión la señora Legrand se manifestó “desilusionada y defraudada” por la gestión del actual gobierno. Consideramos que la señora Legrand debería tener más cuidado en sus expresiones, haciendo honor a la prudencia, a la informada que dice estar y al hecho del impacto mediático que una figura como ella posee.
Entendemos que la señora Legrand y los periodistas en general conducen un programa que necesita rating, pero también entendemos que eso no los exime, si privilegian la seriedad, de la obligación de ser mesurados y sensatos en sus expresiones, caso contrario solo sirven para alarmar a unos ciudadanos y darle pasto a los que permanentemente están dispuestos a la discordia. Ojalá que los ciudadanos reaccionen al mal que nos han hecho. La historia es del país, no de algunos con falso patriotismo.
Carlos Cánepa.
DNI 4.208.698
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