El Municipio apuesta a una solución integral al tránsito por Lunghi entre Pujol y Del Valle
El Municipio confirmó ayer que no responderá al pedido de un semáforo en Lunghi y Pizzorno debido a que apuesta a un tratamiento integral del flujo de tránsito en esa avenida, en el tramo entre Pujol y Del Valle. El coordinador de Transporte y Planificación de Tránsito Esteban Risso reconoció que atender esa demanda costaría unos 120 mil pesos, cuando cuenta con cerca de un millón de pesos para colocar semáforos en la ciudad durante 2017.
Recibí las noticias en tu email
“Hay analizadas unas cuantas alternativas para el tránsito de Lunghi. El tema de la semaforización son los elevados costos. Es una esquina la de Pizzorno que además tiene reductor de velocidad, o sea que no es que no se ha intervenido, pero tenemos la limitación económica”, admitió el funcionario.
Por otra parte, anticipó que “la idea que tenemos es generar un cambio en la circulación”. Si bien indicó que resta analizar en profundidad el proyecto, buscan ensanchar Lunghi entre Jujuy y Pujol, donde ya están establecidos los retiros de las viviendas.
“A partir del ensanche y la repavimentación de Lunghi entre Jujuy y Pujol, nosotros pensamos que Lunghi debería tener único sentido de circulación entre Del Valle y Jujuy hacia Pujol, y desde Jujuy hasta Del Valle retornar por Riato o por Alonso”, anticipó.
Risso reconoció que “es una zona muy entreverada y de mucho tránsito. Lunghi es la única avenida que hay en el noroeste de Del Valle. No hay otro espacio de circulación de conformación de avenidas desde Del Valle hacia Pujol que no sea Lunghi. El resto, Quintana, Beiró, Lisandro de la Torre, Figueroa, son calles. Solo Quintana y Beiró tienen doble circulación; en los otros casos, un único sentido”.
La idea del Ejecutivo requiere de recursos cuantiosos, debido a que contempla la repavimentación, ensanche y construcción de un divisor central sobre las cuatro cuadras, y una nueva semaforización de Del Valle, con la reconversión de la tecnología en los cruces de Lunghi y Juan B. Justo, además de instalar nueva en Alberdi, Riato y Alonso.
Los reductores
En relación a la alta velocidad en que circulan los vehículos por Lunghi, el coordinador extendió la problemática a toda la ciudad. “Hay un inconveniente con respecto al control, porque debería hacerse por un sistema electrónico que mida la velocidad y eso está concentrado en la Provincia de Buenos Aires. No estamos autorizados los municipios a hacer controles que midan velocidad. Los intentos de instalación de cinemómetros, tanto fijos como móviles, han sido con empresas privadas que están homologadas pero que tienen intenciones de controlar las velocidades en las rutas, no en la planta urbana”.
Por otra parte, resaltó que los últimos choques que reflejaron los medios de comunicación se registraron en esquinas que contaban con reductores de velocidad, como Larrea y Richieri, Machado y 14 de Julio, Pizzorno y Lunghi. Además, consignó otro caso en España y 14 de Julio donde había semáforo.
“Es un tema que nos sobrepasa en algún sentido por las medidas que se han tomado”, dijo y culpó también a los conductores que no respetan las normas de tránsito. “Más allá de las facultades que tiene el Estado de control y la imposibilidad de tener los medios por esta traba burocrática legal de la concentración en la Provincia de las facultades de control de velocidad, hay una responsabilidad del propio ciudadano que circula y transgrede las velocidades”, analizó.
Sumado a esto, describió que los vehículos evolucionan y sortean los lomos de burro, que “siguen siendo barreras físicas que ponemos para todo el mundo, cuando no todo el mundo excede los límites de velocidad”.
Por ese motivo, concluyó que “es un tema que nos preocupa. Creo que ordenar la circulación -lo tenemos comprobado en otros lugares donde se ha realizado alguna intervención de este tipo-, como sería este proyecto, genera mayor seguridad vial”.
El alto costo de
los semáforos
El coordinador de Transporte y Planificación de Tránsito informó que el semáforo para la esquina de Lunghi y Pizzorno, que sería de dos movimientos, demandaría una inversión de 120 mil pesos. Admás, detalló que “estamos intentando que todo lo que se instale sea con la tecnología que nos permita sincronizarlos. Es más, cuando instalamos semáforos que no están sincronizados, la gente evita las vías y trasladamos el problema. No queremos que haya velocidad, pero sí que haya sincronización para que haya fluidez. El costo es un poco más elevado por esta decisión de que cada semáforo que instalemos de ahora en adelante tenga la posibilidad de estar sincronizado”.
En relación a la disponibilidad de recursos con que cuenta para instalar semáforos en 2017, indicó que “depende del área de Servicios. No es un tema específicamente de mi área pero tengo entendido que está en alrededor de un millón de pesos, de los cuales hay que descontar la semaforización de avenida Pujol que lleva tres semáforos un poco más costosos porque son intersecciones con más de dos movimientos”.
Sobre Pujol, donde los vecinos ya advirtieron que se convirtió en una pista de picadas, anunció que se instalarán semáforos en los cruces con Figueroa, Quintana y Beiró. En este caso, el Municipio dispuso una partida especial.
Risso reconoció que con un millón de pesos “estamos un poco condicionados” a la hora de proyectar semáforos, aunque agregó que “el presupuesto tiene alguna flexibilidad respecto de que luego, si se ejecuta en demasía, se puede compensar con una partida donde haya ahorro”. Sin embargo, reiteró que “la limitación está, no hay disponibilidad como para salir a instalar muchos semáforos”.
Este contenido no está abierto a comentarios