En un fin se semana largo “complicado”, las motos causaron desmanes y desbordaron a las autoridades
Superado un fin de semana extra largo, que estuvo marcado por un variado abanico de propuestas para atraer a tandilenses y turistas, el director de Control Urbano Vehicular, Walter Villarruel, puso el foco en uno de los temas que más preocupación generó: la amplia presencia de motos, que coincidió con una nueva edición del Motoencuentro Turístico organizado por la agrupación Moto Sierras.
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En diálogo con el ciclo televisivo “Tandil despierta”, el funcionario aseguró que estuvieron “superados” por la cantidad de rodados que circuló por la ciudad y denunció que durante los operativos realizados el sábado por la madrugada junto con efectivos policiales “recibimos piedrazos y botellazos”, que dañaron las unidades utilizadas.
“Nos vimos superados por la cantidad de motos que hacen desmanes” y diferenció aquellas de las que participaron del evento en la Quinta Belén.
Si bien la experiencia obligará a las autoridades a revisar el esquema para el año entrante y lograr mejores resultados, ratificó que “desde el Municipio apostamos a redoblar los esfuerzos para seguir trabajando”, pero sostuvo que “lamentablemente como sociedad vamos a tener que esperar mucho para que esto cambie”.
Un fin de semana
“muy complicado”
“Fue un fin de semana muy complicado”, calificó Villarruel, que incluso se agravó por el paro general que hasta el lunes mantuvo el Sindicato de Trabajadores Municipales de Tandil en reclamo por el bono de fin de año.
Con una guardia de seis inspectores implementada, las tareas se centralizaron en la diagonal Illia, en el acceso al Parque Independencia. Allí, entre la noche del viernes y la madrugada del sábado, sorprendió la cantidad de motos que circuló en forma permanente. “Eran más de 150 ejemplares de rodados pequeños, de 110 cc., haciendo cualquier desastre”, describió.
Frente a este escenario las autoridades decidieron interrumpir el tránsito por esa calle con el apoyo de la policía, circunstancia que originó otro escenario ya que utilizaron como vía de escape el espacio verde para tomar avenida Rivadavia “las 150 motos, todas juntas, haciendo ruidos, acelerando a una velocidad impresionante”, describió.
La presencia del operativo de tránsito permitió descongestionar la diagonal “pero cada 20 o 30 minutos volvía un grupo de 50, 60 o 70 que se paraba a mitad de cuadra, acelerando, hasta que un móvil policial o nuestro se acercaba y se iba de nuevo”.
Admitió que “no se entiende cuál es la diversión o el motivo de tantos desmanes”, a la vez que expuso el caso de un “muchacho que se paraba a 20 metros del operativo haciendo contraexplosiones”.
Reconoció lo complicado de la situación y compartió la preocupación de los vecinos, pero justificó que “dentro de las posibilidades del marco normativo y de acción que tenemos, no podemos hacer mucho más que el control”.
Villarruel puntualizó que en su mayoría eran tandilenses que “vemos y sufrimos a diario porque se viven escapando y haciendo cualquier desastre”, pero también “había mucha gente de la zona”, que, alertados por las redes sociales, llegaron con sus motos de localidades vecinas, como de Ayacucho, Azul, Benito Juárez.
Así, precisó que “a los que hacen desmanes todos los días en Tandil se sumó gente que vino del Motoencuentro que no pudo entrar porque no tenía la moto en regla o que sí pero cuando sale hace desmanes porque tiene cortes y el caño de escape libre”.
“Lo que tenemos
que hacer”
“Hacemos lo que tenemos que hacer”, insistió Villarruel y argumentó que “somos un órgano de constatación, no de aplicación de la ley”, y completó el concepto al señalar que “podemos controlar y detener pero no podemos hacer nada que esté fuera del marco normativo”.
En esa línea expresó que se trata de una problemática que “se viene acarreando desde hace un tiempo pero esta vez era impresionante”.
Renegó del nivel de “violencia generalizada” al referirse a los daños que sufrió la grúa por el accionar de botellas o piedras arrojadas por los acompañantes que circulaban a bordo de estos vehículos, y de la “falta de acatamiento a la norma”.
Así, enfatizó que “dimos las respuestas desde el lugar operativo en el que nos encontrábamos y del contexto”, en referencia a la medida de fuerza, “y tratamos de paliar las situaciones posibles”.
“Si 150 motos a 70, 80 o 90 kilómetros van por una avenida, la responsabilidad está puesta en la conducta de esta gente, más allá del Estado y de quien tiene que controlar”, reflexionó.
Por último realizó una lectura a propósito de ello al indicar que pese a “endurecer el control y en las infracciones”, la problemática no cambia, sino que, “en vez de decrecer, se acrecienta”, con lo cual “me parece que la cuestión de la educación es primordial”.
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