Enfoque: El derecho a informar
El profesional, con todo el derecho que le asiste, peticionó el derecho a réplica a través de una solicitada que se publica en esta edición, en la cual dedica varios párrafos a cuestionar el fallo, como así también el tenor de lo publicado por este medio.
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A título de aclaración sobre lo que el imputado señala en su descargo se quieren hacer algunas apreciaciones de quien escribió la citada nota y estas líneas, como muchas de las publicaciones e informaciones judiciales que desde hace años realiza, sin ánimo de ofender ni perseguir a nadie en particular, simplemente el informar sobre el desenlace de un litigio en un juicio “oral y público” que el Estado, a través del ministerio público, la defensa y los jueces, desarrolla.
Cuando el contador condenado alude a una “forzada aclaración, derivada de una insólita publicación con titular en portada y nota de página completa, respecto de un supuesto diferendo de exclusiva índole particular”, se olvida del derecho a la libertad de prensa y la publicidad de los actos, en este caso delictuales, por lo cual con recursos del Estado se investigó y se llegó a esta instancia.
A criterio de este cronista, ocurre en reiteradas oportunidades que quienes se quejan por esta exposición pública son los mismos que piden a gritos justicia por un robo, un hurto o un acto de corrupción en el poder de acá y más allá de las fronteras también, exigiendo nombres de los sindicados como responsables de aquellos ilícitos.
Por criterio periodístico, se optó por no cubrir todas las audiencias que demandó el juicio, en el cual se ventilaron cuestiones que, de haberse publicado, hubieran ofendido aún más el buen nombre y honor de los protagonistas. Se tuvo, como en el resto de los juicios, prudencia a la hora de citar cuestiones que incluso figuran en el fallo que, por si hace falta aclararlo, es público.
Al ser considerado un juicio poco usual, se consideró de antemano informar la sentencia, independientemente de cuál fuera su resultado.
Generalmente el ciudadano, el lector alude, especula, que van a juicio y se publicitan los “chorritos” de siempre por hechos de público conocimiento. Afortunadamente, los actores judiciales locales han dado muestras -una vez más- de que no les tiembla el pulso para investigar tanto a un ladrón de gallinas como a otro de guantes blancos. Funcionarios, médicos, gerentes, cajeros de banco, vecinos con mayor o menor poder adquisitivo, han desfilado por el Tribunal con distinta suerte a la hora de saber el veredicto.
Aquellos que creyeron injusto un fallo tuvieron la libertad de apelar en las instancias que el propio sistema ofrece, e incluso expresar por los medios sus discrepancias. De revertirse el fallo de primera instancia, siempre se da a conocer, como en este caso se publicará. Porque, como se dijo, el único propósito es informar.
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