“Hacemos teatro tanto en crisis como en bonanza”
Esta noche a las 21 en el Club del Teatro se despedirá “Atento Rancagua, atento”, la exitosa comedia dirigida por Alejandra Casanova. En diálogo con El Eco de Tandil, Claudia Gayo, Pepo Sanzano y Marcos Casanova contaron cómo es hacer teatro en tiempos de crisis.
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-El público acompañó a “Atento, Rancagua, atento” pese a la crisis. ¿A qué se lo atribuyen?
Marcos: -El público asiste a ver la obra porque les cierra la propuesta. Yo no puedo asegurar si estamos pese a la crisis. Hacemos teatro porque es nuestro laburo y de eso vivimos. Tenemos que estar en todos los tiempos, tanto de crisis como de bonanza. Sabemos que los tiempos que corren son difíciles para todos y ese “todos” nos incluye como laburantes: al grupo, al elenco, a los teatros, a las salas independientes, y al público. Jugamos todos en la misma cancha y bajo las mismas condiciones climáticas. Sin entrar en consideraciones políticas, yo con mis 51 años he escuchado, visto y vivido 51 crisis distintas o parecidas. Y seguimos actuando, creando y produciendo teatro independiente. Seguimos poniendo el hombro a esta hermosa profesión. O quizás sea lo único que sabemos hacer.
Pepo: -Nuestras propuestas tienen que ver con el humor, que siempre es necesario. No hacemos humor porque haya crisis, lo hacemos porque es nuestro trabajo. Ayuda más seguramente en esta época, y lo vemos porque la gente nos lo dice. Sabemos -somos conscientes- que todos tenemos el bolsillo apretado, pero ni el tarifazo, ni la crisis va a hacer que dejemos de trabajar. A la crisis… trabajo.
Claudia: -Yo creo que en crisis o fuera de ella -si es que alguna vez nos desentendimos de ella- hay que seguir laburando. También es cierto que el bolsillo nos aprieta a todos, pero la única manera que conocemos de salir de esa zona es trabajando. Y en crisis más aún.
-¿Cómo es hacer teatro en tiempos difíciles?
Marcos: -No hablo por el resto, pero nosotros trabajamos mucho desde el principio. Desde la creación hasta la última función. Le metemos muchas horas e intentamos promocionar lo que hacemos para que la gente vaya. La crisis nos incluye pero no nos condiciona a la hora del esfuerzo. A pesar de la inflación, de las idas y venidas, no subimos las entradas. Creemos que debemos agudizar nuestro ingenio para que se sume gente a nuestro público y ahí es donde la peleamos a capa y espada.
Claudia: -Hacer teatro en tiempos de crisis es como vivir en tiempos de crisis. Cualquier trabajo se modifica, como se modifica la vida. A veces es consciente y a veces no. En nuestro caso este trabajo nos apasiona, entonces a la hora de juntarnos a ensayar o en función no hay una modificación. En una función no hay crisis que valga. Es dar todo lo que uno tiene en el momento en el que hay que darlo.
Pepo: -Exacto, no achancharse, no estancarse… más allá de la crisis. Es parte de nuestra profesión. Vivimos de esto. Siempre ponemos todo para “conquistar” a nuestro público. ¿Hay que agudizar en tiempos de crisis? Puede ser… pero no es parte del asunto. El público que es fiel se merece todo y más.
-¿Recuerda algún otro momento como este durante su carrera? ¿Cómo repercutió en las puestas que realizó aquel entonces?
Claudia: -Lo de 2001 fue lo más fuerte que nos tocó pasar por que hubo un estallido social. No tiene en ese sentido comparación válida con ningún otro momento. Ahora se nota la falta de dinero en el bolsillo y a veces eso repercute en la asistencia.
Marcos: -Lo de 2001 fue una explosión social muy complicada. Recuerdo que estaba con “Correveydile” girando y nos tocó llenar teatros en algunas ocasiones y hacer sapo en otras. Aquel día que el presidente se fue en helicóptero nosotros estábamos haciendo función y nos enteramos al ratito de semejante despelote. Nos reímos a veces porque decimos “no llenamos porque estamos a día 20 y la gente no tiene plata” y al otro día llenamos. Hay quien dice que la crisis saca gente del teatro porque no hay plata, también dicen que en crisis la gente busca el teatro para liberar tensiones o porque necesita reírse, y lo peor de todo que hay pruebas de ambas posiciones.
Pepo: Sí… el 2001 fue tremendo y ahora se ven puntos de contacto en cuanto a la asistencia a las salas. En aquella época trabajamos y ahora también. No nos podemos quedar en casa por la crisis o la malaria. Es nuestro trabajo. Cuando aprieta el bolsillo se opta en gastos, se deja lo más superfluo, pero si nosotros sintiéramos que lo nuestro es superfluo no lo haríamos.
-¿Qué rol debe cumplir el teatro en la sociedad?
Marcos: -Se ha definido y lo han expresado profesores y sociólogos y no hay mucho más que agregar, pero humildemente creo que el teatro debe entretener, crear una catarsis entre el espectador y el actor, crear una comunión entre el mundo real y el mundo fantástico, y por sobre todas las cosas debe modificar a las personas, conmover mediante la risa, el llanto, o cualquier otro sentimiento. Nadie debe salir del teatro en el mismo estado en el que entró. Si así fuera es un fracaso.
Pepo: -El teatro es el espejo de la realidad… uno opta. Nosotros hacemos humor. No deja de ser una decisión política querer contar cosas a través del humor. A veces desnuda más. Pero el rol es reflejar lo que somos, lo que nos pasa, lo que queremos, lo que decimos. Nunca es olvidarse de la realidad como una pastilla de “desmemoria”. El buen rato y el entretenimiento es una obligación nuestra. Sin dudas.
-¿Cuál es la reacción del público que más satisfacción les da?
Marcos: -La risa, la carcajada, el aplauso espontáneo y el silencio profundo. El público siempre es muy sincero y cuando responde es cuando vos hacés las cosas bien. No hay excusas.
Pepo: -Le sumo el abrazo final… eso me cierra la comunión con el público. Y por decisión lo hacemos. Dar el beso de despedida cierra ese acto de anfitrión que nos proponemos.
Claudia: -La reacción del público es la reacción a nuestra acción. La consecuencia de nuestro accionar en escena por lo tanto es un placer percibir el aplauso y el sentimiento de agradecimiento de ellos hacia nosotros es mutuo.
-¿Qué es el teatro para cada uno?
Marcos: -Junto a mi familia y amigos, es mi vida. Yo soy quien soy a través y a partir del teatro. No me imagino la vida sin el teatro. En períodos de receso extraño el escenario, las funciones, al público, la previa y los ensayos. Por eso viene una producción detrás de la otra y me preguntan “¿Siempre estás haciendo cosas?”. Sí, porque extraño no hacer teatro. Soy feliz en el escenario y siempre quiero estar ahí. Desaparece el cansancio, los dolores y los nervios. El teatro es sanador, no es joda.
Claudia: -Esta es una profesión a todo o nada. No te puede gustar un poco y yo no escapo de esa regla. Amo lo que hago, amo el teatro y es mágico, me cura, me sana, me hace feliz.
Pepo: -Mi amor supremo… el teatro… todo. Ir a la función. El acto litúrgico de hacerlo. Sanador y que pretende dar un espacio de risa, vida y reflexión.
-¿Con qué nos sorprenderá en el futuro?
Marcos: -En agosto estrenamos nueva producción. Como autor, y junto a Alejandra Casanova como directora estamos trabajando en “Jamás me levantó la mano” con dos actrices de lujo: Claudia Gayo y Verónica Fernández, una actriz impresionante. También tenemos pensado con Pepo volver con Norma y Teté, y una nueva historia que incluya esta pareja entrañable. Pero para eso falta un poco más.
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