Delegado municipal apuntó contra Elichiribehety por ser el “mentor” de las anomalías en Desarrollo Social
Mientras se aguarda por el veredicto del juez Carlos Alberto Pocorena, en una audiencia que tendrá lugar el viernes 15, en el marco del juicio oral y público contra el exsubsecretario de Desarrollo Social, Rubén Diéguez, por la malversación de fondos públicos en concurso real con falsedad ideológica de instrumento público, se sumó ayer la voz de quien denunció públicamente las presuntas irregularidades en el área, Marcelo Hidalgo.
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Tras una breve presencia en el transcurso de la segunda jornada de debate, el delegado del Sindicato de Trabajadores Municipales de Tandil, en la dependencia con sede en Arana y 4 de Abril, insistió con el accionar puesto en evidencia que apuntó a otorgar fondos de la partida denominada Ayuda Social Directa con un destino distinto al específico.
Y si bien consideró que actualmente está “más direccionado”, insistió con el procedimiento y advirtió que “hay mucha más tela para cortar”.
En ese marco también arremetió contra el exsecretario de Desarrollo Social, Julio Elichiribehety, a quien definió como el “mentor de todo esto” y a quien buscan “salvaguardar”.
En definitiva, y luego de repasar los casos, opinó que “ellos avanzaban ante la sociedad como que (Miguel) Lunghi hacía obras, que de hecho los materiales se sacaban de los fondos de las partidas”.
Direccionados
hacia la política
En declaraciones radiales el delegado reconoció que con los alegatos el abogado defensor “trata de confundir al juez y a la opinión pública”, y aclaró que “no se trata de decir si Diéguez robó, sino que desvió fondos”.
“Acá lo que se hizo fue usar dinero de subsidios para indigentes para hacer toda clase de cosas que siempre se direccionó hacia la política”, ratificó, y entre ellas citó la utilización de fondos para “hacer obras, pagar proveedores”.
A más datos detalló que para los dos CIC (Centro Integrador Comunitario) que se construyeron en los barrios Las Tunitas y La Movediza “bajó plata para las cooperativas, que fueron facturadas por Julio Elichiribehety y su gente, y la mano de obra se pagó con subsidios para indigentes”.
También precisó que el paseo que se proyectó en un lateral del cerro en La Movediza, que “quedó en la nada, la mano de obra se pagó con subsidios”.
A propósito de uno de los casos incluidos en el expediente, Hidalgo remarcó que “hoy hay gente que está dentro del plantel político que fue sostenida con subsidios y uno de ellos es (Juan) Quaranta (coordinar de la Oficina de Empleo)”.
“El subsidio se utilizó para todo”, resumió el delegado sindical sobre la maniobra administrativa denunciada y en ese sentido descartó valoraciones en torno a la honestidad del acusado al señalar que “en ningún momento se dijo que Diéguez robó; yo creo que Diéguez no robó. Lo que hizo fue poner la firma legal para poder desviar fondos para poder utilizarlos en la política”.
“Creo que desde un principio se trata que esto no salpique a Julio Elichiribehety. El monje negro es Julio Elichiribehety y Néstor ‘Cacho’ Müller. Ellos fueron los que empezaron con esto”, arremetió el empleado comunal.
“Más tela para cortar”
-¿Cree que la Justicia se quedó corta en las imputaciones?
-Cualquiera sea el veredicto, a mí no me va a cambiar la vida ni me afecta de una manera o de otra. Me parece que la sociedad tiene que empezar a molestarse un poco más en indagar. Como no milito en ningún partido político ni sindical, quedo un poco de costado. Pero creo que hasta hoy en día esto da para mucha más tela para cortar.
Conmigo hubo gente que pretendía otras cosas, pero lo mío no fue más allá que denunciar irregularidades que se tenían que saber.
Todo esto surgió a raíz de una persecución que empezó a hacer (Oscar) Teruggi (exsecretario de Desarrollo Social y actual secretario de Gobierno), donde había gente en negro y eran todos subsidiados. De hecho, después de esta denuncia todavía hay 350 personas en negro.
-A partir de esta denuncia, ¿cambió algo?
-Creo que está un poco más direccionado. De hecho no he visto las cosas tan grotescas como se hacían. Antes se rompía la camioneta, se la llevaba al taller y se pagaba con subsidios de 600 pesos. Este hombre del taller reparó la camioneta y hasta que no cobró el último subsidio no la entregó.
Esto no es que lo digo yo; yo lo hice público pero si alguien quiere hacemos una asamblea y habrá no menos de 20 personas ratificando mis dichos, de las cuales 18 fueron subsidiadas.
-¿Cómo fueron estos años dentro del área desde que realizó la denuncia pública hasta la actualidad?
-La convivencia con Teruggi fue bastante tensa porque siempre intentó utilizar el poder que tuvo en su momento como secretario para generar diferentes situaciones, que al final desistió porque la gente siempre me respaldó. No es que fueron caprichos míos. Yo fui el que puso la manzana arriba de la mesa, y si no hubiera sido por la gente que aún me respalda no sé cómo hubiera terminado esto.
Para mí es irrelevante que esto avance o quede como quede. No tengo ningún interés en esto sino ganas de que cambien un poco las cosas. Acá decir la verdad tiene un precio de cruz y me indigna que ellos se ponen una corbata, van a los medios, están una hora sentados frente a las cámaras y dicen lo que quieren decir.
-Habrá que esperar entonces el fallo de la Justicia…
-Para nosotros es irrelevante lo que el juez dictamine. No me va a cambiar mi vida que Diéguez tenga condena o no. Acá a la persona que quieren salvaguardar es Julio Elichiribehety.
“Autoridad e
impunidad”
Desde su perspectiva consideró que durante su gestión al frente de la Subsecretaría de Desarrollo Social, Diéguez “permitió o se dejó usar por Julio Elichiribehety, que es el mentor de todo esto, y está en una situación comprometida”.
Y a su relato incluyó que “hay cosas que Lunghi las sabe; iba a Desarrollo Social y hacía asados en el galpón con 50, 60 personas que él sabía que todo lo que se movía ahí era con subsidios”.
En ese sentido develó que “le cargábamos el colectivo a Lunghi, a Natalia Correa (subsecretaria de Cultura y Educación) y a otros personajes más con colchones, frazadas, zapatillas que bajaban de Provincia y los repartía en campaña por los barrios”, y puntualizó que la unidad es la que “se usa para repartir mercadería de Desarrollo Social”.
“Ahora está más quieto, pero en su momento fue una autoridad e impunidad como nunca vi en mi vida”, definió Hidalgo.
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