HOY, SABADO Al cuete
Por Marcos Gonzalez
marcosggonza@gmail.com
Mirá que va a llover así y va a hacer este frío. Está para quedarse en casa. Qué digo en casa: en el sillón. Llamás al delivery, pedís una de muzzarela, te zambullís en el sillón y chau. Que venga el apocalipsis…
Eso me pasa por decir a todo que sí. O, al menos, no poner condiciones: “che, si llueve yo no voy…”. Pero no. Ni bien pusieron en el grupo “el viernes nos juntamos a cenar para festejar el día del amigo. Confirmen así reservo mesa”, ¿quién fue el primero en poner la manito?
Yo.
Una tendencia enfermiza a no resistirme a nada. “¿Hacemos un asado?”, dale; “¿nos juntamos a jugar al fútbol?”, me anoto; “¿no encontramos en media hora en el café?”, estoy saliendo; ´¿alguien que se cope a hacer la comida?’…
Yo.
Mirá que va a hacer semejante frío. La térmica debe ser 15 bajo cero. Y encima un viento que si te agarra descuidado, te remonta. Y lo peor es que ahora no, pero después, cuando salgamos de la cena, voy a estar descuidado. Si no afloja la ventolera, mañana amanezco en un descampado.
A ver: ¿qué me costaba decir ´no, muchachos. En esta paso. Ya no estoy para estos trotes. Además, la amistad se celebra todos los días…´. Qué me costaba? Alguno me iba a decir, ´dale, amargo´ o ´no seas ratón..´. No pasaba de eso. Al otro día se olvidaban.
Pero no. Un enfermo. El primero en poner la manito. Y cuando te comprometés, te comprometés. Porque si hay algo que detesto son esos que te dicen ´voy´ y después te cuelgan. Para un asado, una cena, un picado, todo… Gente que no tiene palabra. Por eso, si dije voy, voy. ¿Un tipo que cumple con su palabra?
Yo.
A no ser que les mande un mensaje ahora: ´Chicos, me estoy sintiendo un poco mal. Debe ser unos pastelitos que comí a la tarde. Les voy a fallar. Si hay que poner algo porque la mesa estaba reservada, me chiflan…´. O algo más elaborado, porque lo de la descompostura no se la van a tragar así nomás. Algo así: ´Muchachos, no me van a creer. ¿Vieron Verónica. La señorita de las que le hablé la otra vez? Bueno, me acaba de mandar un wap… Que qué estaba haciendo, qué esto, que el otro… Me invitó a cenar. Así que, olvídense de mí por el fin de semana´.
No me van a creer. O peor: me van a creer y después voy a tener que seguir con la farsa. No da.
Llueve, pero llueve en serio. Con alerta meteorológico y todo. “Se prevén fuertes tormentas para esta zona, algunas de gran intensidad. Con ráfagas de vientos de hasta 80 km/h…”. Confirmado: me lleva el viento. O vuela la chapa de un techo y me decapita.
¿A quién se le ocurrió esto del Día del Amigo? A Febraro, me dicen. ¿Y quién es Febraro? Qué se yo. Hay que estar al cuete, hermano. Los culpables somos nosotros que le damos bola. Bah, yo soy el culpable. El único.
Una de muza, medio baratonga, bien aceitosa. De esas que tenés que comer mientras está calentita porque donde se enfrían te tienen que extirpar el hígado. Tapado con una frazada hasta el cuello. Porción de muza en una mano, el control remoto en otra, y el vaso de cerveza… bueno, el control remoto lo dejás en la falda. Cosa de no perderlo. Para colmo, hoy a las diez dan “Náufrago”. Trescientas veces la vi. Y no me canso. Me puede. No sé si será por la entereza de Tom Hanks, por la lucha del hombre contra los obstáculos, por Wilson. No sé. Muza, cerveza y Náufrago. Ma´ qué noche de parranda: programón.
No voy. No digo nada y no voy. Apago el celu. Capaz que ni se dan cuenta. Porque últimamente estoy medio callado. Debe ser la edad. Como y chupo como un beduino. Pero callado. Así que capaz que ni se enteran.
Pero siempre hay uno atento: ´Che, éramos 14 y somos 13. La desgracia. ¿Quién falló?´
Yo.
Ma´ sí: voy.
Náufrago la dan todas las semanas, una muzzarela se puede comer todos los días, el sillón – que yo sepa- muy lejos no va a ir. Llover, va a llover hoy, mañana, la semana que viene. Igual que el frío: estamos en invierno.
Me dirás, pero a estos tipos los vas a ver mañana, el lunes, el viernes que viene en la peña… ¿Y qué? Me hacen reír, me divierto, que quéres que te diga.
¿Febraro era el que inventó lo del Día del Amigo?
Pero mirá que hay que estar al cuete, eh…
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