Independiente reaccionó en la segunda mitad y cumplió su rutina de ganar de local
Si bien los rojinegros llegaron al epílogo con cierto margen, no les resultó sencilla la faena, sobre todo a raíz de lo acaecido en la primera mitad, donde los porteños les causaron más de un dolor de cabeza.
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El triunfo les permite a los tandilenses mantenerse en soledad en el puesto de escolta, ahora a dos puntos de distancia de su derrotado.
En el ajuste de su defensa, durante el tercer cuarto, estuvo el punto neurálgico de un nuevo éxito en casa para los de Castiñeira.
Porque hasta ese momento, al local se le habían quemado los papeles frente a un adversario que sorprendió en los 20’ iniciales a un dueño de casa que últimamente se ha habituado a finiquitar prematuramente sus juegos en el Duggan Martignoni. Los 48 puntos de Ferro en la primera mitad fueron una friolera, de acuerdo con lo que acostumbra a recibir en casa su rival.
Los verdes tuvieron en Negrotto como baluarte de sus ofensivas. El alero fue letal ante el marcador que le pusiesen y en la primera mitad se despachó con 16 de sus 23 puntos de la noche. Estuvo bien secundado por Martirena, por momentos muy injerente en la pintura, y Sebastián Alvarez, de muy buen segundo cuarto.
Independiente, de la mano del dominio ejercido por Arca en el uno contra uno, intentaba no quedar lejos. En ese sentido, arrojó buenos dividendos la movida de Castiñeira, que optó por mantenerlo en el rectángulo pese a haber cometido el interno dos faltas en los primeros 4’ del partido. Pero Ferro llegó a tomar su máxima al distanciarse a 9 (33-42).
A esa altura, Portillo era bien maniatado a través de la interacción del perímetro y el juego interior visitante, y las penetraciones de Picarelli, lacerantes en apariencia, no terminaban de traducirse en conversiones. Ello, combinado con un par de pérdidas que costaron caro, le impidió al local materializar una reacción.
Pese a perder algo de volumen con el descanso de Picarelli, el rojinegro halló una buena respuesta en el ingreso de Dilascio, quien aportó 8 puntos aportando puntería desde el perímetro.
La historia comenzó a torcerse tras el paso por los vestuarios. Independiente robusteció su defensa, propició lanzamientos forzados y comenzó a fortalecerse en su propio tablero, impidiéndole a su rival segundas opciones de tiro que otrora le había otorgado. La ostensible mejoría dejó a Ferro con apenas 3 puntos en los primeros 6’37” del cuarto y sólo 9 en todo el parcial.
Del otro lado, le costó encontrar continuidad, pero una vez que lo hizo pudo comenzar a torcer el brazo de los capitalinos. Picarelli tocó el techo de su rendimiento conduciendo y asistiendo con maestría, Andrizzi apareció ofensivamente como nunca en la temporada y Arca se volvió implacable en sus apariciones frontales al canasto.
El local mantuvo su envión de cara al último cuarto ante un rival desdibujado, que chocó contra la sólida defensa que le propuso su oponente. Negrotto sufrió una lógica merma en el goleo y no hubo quien sacara la cara por el equipo.
Así, Independiente se encaminó a un cierre sin sobresaltos, impensado por lo ocurrido en la primera mitad.
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