La Cámara ratificó la condena contra el médico Pardini por la muerte de Matto Luján
En las últimas horas, las partes fueron notificadas de la resolución de la Cámara de Apelaciones de Azul, quien definió el recurso de apelación que había propiciado el doctor Ernesto Erramouspe, en representación del médico cirujano Daniel Pardini, condenado por mala praxis tras la muerte en el Hospital del joven Matto Luján, ocurrido en enero de 2010.
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Al decir de los camaristas actuantes José Luis Piñeiro y Eduardo Uhalde y tras un profuso análisis de la causa como el planteo defensista esgrimido, se concluyó en que el magistrado interviniente (Pocorena) “actuó dentro de sus facultades en cuanto a la valoración y selección de las pruebas, dando debido fundamento sobre ello, sin que se observe un desvío lógico ni arbitrariedad que la invalide”.
Asimismo, se señala que “al momento de sentenciar el juez ha utilizado las reglas de la lógica para ordenar los elementos que van a conformar la evidencia de las conclusiones del pronunciamiento. El recurso tentado, por su parte, más allá de la extensión de lo escrito, menciona supuestos yerros del juzgador que no son tales, tomando supuestos indicios, separadamente de otros, para enancarse en una ambigüedad resultante, la que no aparece en la tarea que se plasma en la sentencia, donde luce una valoración conjunta que en forma armónica y coherente condujo de modo lógico a las conclusiones ya expuestas”.
Así, se rechazó el recurso presentado, confirmándose la sentencia dictada por el juez Correccional que condenó a Pardini por el delito de “homicidio culposo”
La sentencia
Como oportunamente se informó, Pocorena dio por probado que los días 29 y 30 de diciembre de 2009, en el Hospital de Niños, el médico cirujano pediatra, luego de examinar al niño Jorge Ramón Matto Luján –de por entonces 13 años de edad–, pese a constatar dolor en fosa ilíaca derecha (punto de Mc Burney), defensa a la palpación y Blumberg positivo, vómitos, fiebre, leucocitos de 15.060 mm3 y granulocitos neutrófilos al 90 por ciento (cuadro de alta probabilidad de apendicitis, que indicaba la realización de una intervención quirúrgica inmediata), negligente e imperitamente concluyó y consignó en la correspondiente historia clínica, que su cuadro impresionaba como de gastroenteritis, lo que llevó a que el menor fuera dado de alta del establecimiento al día siguiente, cuando en realidad transitaba un proceso de apendicitis aguda que lo llevó a su deceso el 4 de enero de 2010, aproximadamente a las 14.17, por paro cardiorrespiratorio no traumático, a consecuencia de descompensación por shock séptico secundario a una peritonitis con punto de partida en una apendicitis perforada”, concluiría el fallo en primera instancia del juez Pocorena.
A más sentencia, el magistrado señaló que el médico “omitió realizar la intervención quirúrgica que las circunstancias aconsejaban de acuerdo a la “lex artis” (patrón de conducta fijado específicamente para la ocasión), como en su caso, realizar otras prácticas en orden a descartar la probable apendicitis, que le habrían facilitado dar con el correcto diagnóstico, lo que hubiera permitido el tratamiento adecuado de la dolencia, sea mediante la correspondiente apendicectomía, evitando en todo caso el óbito del paciente”.
El alivio de una madre
Cabe consignar que el caso derivó en serias consecuencias no solo penales, sino también políticas, a partir de una lucha incansable de Idelfonsa Luján, madre del joven fallecido.
“Puedo creer en la Justicia. No tengo palabras, no puedo decir que estoy contenta porque perdí a mi hijo pero se hizo justicia”, dijo entre lágrimas la mujer tras escuchar aquella sentencia condenatoria que ahora tuvo su correlato en la Cámara azuleña.
La mujer recordó que “No conocía a nadie. Llegué con Gustavo (Ballent), hice la denuncia y nada más. Es hablar, pedir ayuda y cuando hay motivos la gente ayuda. Que se animen a denunciar cuando pasan estas cosas y cuando están con la duda sobre lo que le puede pasar a un hijo hay que pedir ayuda”, dijo en tono de reflexión y consejo.
Ya sobre su sentir, reconoció tener “un poquito de paz. En estos años no caí que mi hijo estaba muerto y seguía por él como si estuviera conmigo pero ahora sí caí. Tengo que seguir adelante”.
Ya sobre la actitud como los dichos de los médicos que ella escuchó durante el juicio, Idelfonsa insistió en que “nunca le creí a los doctores, nunca mostraron un arrepentimiento. Siempre les pedí explicaciones y nunca se arrepintieron, tampoco ahora”·.
Añadió que a su entender “teníamos que tener una comunicación para ver qué pasó porque como humanos se pueden equivocar pero como médicos tenían todo el tiempo para hacer algo por mi hijo y nunca hicieron nada. Ya está, ahora sí estoy tranquila”, cerró con el dolor de una madre que perdió un hijo pero que ganó en confianza porque encontró respuesta a su clamor de saber qué había pasado, se hizo justicia terrenal, que no es poco en estos días.
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