Las causas del aumento de la energía eléctrica
Con una fuerte presencia mediática pocas veces registrada en los últimos años, el consumo eléctrico de los argentinos ha pasado a formar parte del interés público, especialmente luego de que los usuarios hayan sido sorprendidos por boletas a pagar con montos excesivos. Para comprender cómo se conforma el panorama energético actual se consultó a los ingenieros Gustavo Kazlauskas y Oscar Pesci, docentes de la Facultad de Ingeniería de la UNICEN y realizan investigaciones dentro de INTELYMEC (Investigación Tecnológica en Electricidad Y Mecatrónica).
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En primer lugar, hay que destacar que el consumo eléctrico nacional se divide en dos grandes grupos: el residencial, de los hogares, y el industrial, que integran los procesos productivos nacionales de todo tipo. “Dentro del residencial, el consumo varía según el periodo del año, no es lo mismo en verano que en invierno debido a los diferentes equipos que se utilizan (aires acondicionados y estufas eléctricas)”, señaló el ingeniero Kazlauskas. Además, especificó que “en épocas normales, si las miles de estaciones y subestaciones de la Argentina funcionan, el país se autoabastece. Pero si hay alguna unidad está fuera de funcionamiento o en mantenimiento, se debe importar energía. A quien más le compramos es a Uruguay a través de la represa de Salto Grande, segundo Paraguay y tercero a Brasil”.
Estos factores producen diferentes comportamientos y variaciones, “esto hace que sea difícil estimar cómo crece el consumo para realizar obras del sector. Hay momento que te puede faltar energía y otros que te sobra, por lo que pronosticar la demanda no es fácil, porque cuando decrece no hay problema siempre y cuando haya mantenimiento, el problema es cuando crece mucho de golpe”, añadió Oscar Pesci en referencia los altos y bajos consumos que se registran. De acuerdo a los datos que llevan los docentes de la Facultad de Ingeniería, el consumo eléctrico crece año a año, “sube alrededor del 4 por ciento anual, mientras que el mayor consumo registrado en el país desde el inicio de nuestros tiempos fue el 12 de febrero de 2016 con 25.830 megawatts”, indicaron. Sin embargo, el 2009 fue la excepción, año en el que hubo un balance negativo respecto al año anterior.
La República Argentina tiene en total 32 mil megawatts de potencia instalada, con la suma de todos los generadores del país (térmicos, nucleares, eólicos, solares, etc). Entonces si el mayor pico de consumo registrado en la historia se dio en febrero de este año con casi 26 mil mw, se podría pensar que ‘nos sobró’ energía para gastar. Pero las matemáticas no son tan simples como parecen. “Aproximadamente usamos el 75% de lo que tenemos, pero no necesariamente esto se traduce en un autoabastecimiento ya que hay cortes que radican en la distribución y la transmisión”, especificó Pesci. “Se producen nudos. Particularmente en la provincia de Buenos Aires, en la zona atlántica hay uno, en el noroeste hay otro. Allí no han crecido las líneas de alimentación como fue creciendo el consumo”, remarcó, y ejemplificó que “todo lo que es zona atlántica desde Mar de Ajo hasta Necochea, las líneas de subtransmisión son las mismas que 20 años atrás y se generan problemas”. Kazlaukas, especialista en instalaciones eléctricas, refirió que “de esos 32 mil mw, no todo está disponible, sino que hay generadores en mantenimiento. Generalmente, ese 75% que usamos en los picos altos es lo que tenemos para utilizar, por eso es que se dice que Argentina está al colapso de la crisis energética”.
Finalmente, el ingeniero Gustavo Kazlaukas remarcó que en sus principios el sector energético estaba en manos del Estado y que si bien progresivamente pasó a manos privadas, en términos de legislación los costos están determinados. “El tema es que hoy en día no es posible saber cuál es realmente la estructura de costos y por qué la electricidad vale lo que vale. Todas las distribuidoras que hay en la provincia de Buenos Aires, que son más de 200, han sido autorizadas a agregar ítems nuevos para facturar, entonces el cuadro tarifario está distorsionado, cobran muchas cosas que en la normativa original no aparecía. A esto se suman los gobiernos que recaudan con el agregado de impuestos nacionales, provinciales y municipales. Ese combo de situaciones es lo que pagamos”, concluyó.
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