Los familiares de Abel Rubén Barbero continúan con su desesperada búsqueda
“No encontramos ningún indicio de lo que le podría haber pasado a mi abuelo el lunes 13 entre las 16 y las 17”, señalaron ayer desde el entorno.
En paralelo, las fuentes policiales consultadas indicaron anoche que prosiguen con la investigación en el marco de la causa iniciada por “Averiguación de paradero” y que en esta instancia “no se descarta nada”.
Mientras se programan diligencias en procura de lograr algún dato concreto, la familia del vecino de 77 años mantiene los esfuerzos y la búsqueda.
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“Un enigma”
Pese a todo lo realizado por el entorno de Barbero en busca de indicios que permitan su localización, Alonso dijo que “es todo un enigma y ni siquiera nosotros disponemos de una idea firme de lo que pudo haber pasado”.
“Yo hablé con él dos horas antes y no noté nada extraño. Es una persona absolutamente normal, muy bueno y querido, y con vitalidad y fortaleza”, describió.
Ante este complejo panorama, exhortó a la colaboración de los vecinos, ya que “cualquier cosa, por más mínima que sea, nos puede ayudar mucho”.
Por el momento, el único elemento con que cuentan es el vehículo que fue hallado el miércoles de la semana pasada en San Lorenzo al 900. “Y más allá de eso no hay nada”, ratificó.
Por todo, Hernán Ariel Alonso pidió “a toda la comunidad colaboración”, y recordó que en su perfil de Facebook se encuentran publicadas distintas fotografías de su abuelo.
“Están los elementos a disposición para que los miren y pueda tratar de determinar si lo vio o escuchó algo”, aseveró.
“Yo hablé con él dos horas antes y no noté nada extraño. Es una persona absolutamente normal, muy bueno y querido, y con vitalidad y fortaleza”, describió.
Ante este complejo panorama, exhortó a la colaboración de los vecinos, ya que “cualquier cosa, por más mínima que sea, nos puede ayudar mucho”.
Por el momento, el único elemento con que cuentan es el vehículo que fue hallado el miércoles de la semana pasada en San Lorenzo al 900. “Y más allá de eso no hay nada”, ratificó.
Por todo, Hernán Ariel Alonso pidió “a toda la comunidad colaboración”, y recordó que en su perfil de Facebook se encuentran publicadas distintas fotografías de su abuelo.
“Están los elementos a disposición para que los miren y pueda tratar de determinar si lo vio o escuchó algo”, aseveró.
Otros lugares
En medio de la desesperada búsqueda, los familiares traspasaron las fronteras de la ciudad y comenzaron el rastreo en otras localidades vinculadas a Barbero y su eventual actividad.
Entre ellas visitaron Necochea y Mar del Plata con el objetivo de recolectar datos en una modalidad que podrían extender hacia otros destinos cercanos a Tandil.
“Estamos buscando junto a otros familiares que no están acá porque tenemos la esperanza de que se haya ido a otro lado. No agotamos los recursos”, confió Hernán Alonso.
Entre ellas visitaron Necochea y Mar del Plata con el objetivo de recolectar datos en una modalidad que podrían extender hacia otros destinos cercanos a Tandil.
“Estamos buscando junto a otros familiares que no están acá porque tenemos la esperanza de que se haya ido a otro lado. No agotamos los recursos”, confió Hernán Alonso.
La actividad
En otro pasaje de la entrevista con este Diario, Alonso aclaró que se incurrió en un malentendido a la hora de referirse a la actividad que realizaba su abuelo.
Según se informó oportunamente, tras la exposición se inició una causa caratulada “Averiguación de paradero” y se dio intervención a la Unidad Funcional de Instrucción 21 a cargo del fiscal Marcelo Fernández.
Luego, la policía entregó una circular oficial con datos de la persona desaparecida. En relación a su actividad comercial, informó que “se dedicaba a la compraventa de autos y a prestar dinero de manera particular”, lo cual se desprende del testimonio de sus allegados.
“Hubo una confusión que hicimos los familiares”, reconoció, y agregó que “mi abuelo es un jubilado que además de PAMI pagaba una obra social, y para poder subsistir compraba y vendía algún auto, pero una vez cada dos o tres meses”.
En ese sentido, “descarto las primeras versiones de que ejercía algún tipo de actividad financiera. De hecho pudo haber tenido alguna gentileza para con alguno de sus amigos, pero es una cuestión de índole personal”.
Así, Hernán Ariel Alonso manifestó que en “las primeras declaraciones no aclaramos que no era una actividad, sino que en alguna oportunidad ayudó a comerciantes amigos”.
“Es un jubilado y no una persona que dispone de recursos. Se ganaba el ‘mango’ vendiendo un coche cada dos meses y cuando tenía un saldo, si algunos de los tres o cuatro amigos necesitaba una mano, se lo prestaba”, remarcó.
Según se informó oportunamente, tras la exposición se inició una causa caratulada “Averiguación de paradero” y se dio intervención a la Unidad Funcional de Instrucción 21 a cargo del fiscal Marcelo Fernández.
Luego, la policía entregó una circular oficial con datos de la persona desaparecida. En relación a su actividad comercial, informó que “se dedicaba a la compraventa de autos y a prestar dinero de manera particular”, lo cual se desprende del testimonio de sus allegados.
“Hubo una confusión que hicimos los familiares”, reconoció, y agregó que “mi abuelo es un jubilado que además de PAMI pagaba una obra social, y para poder subsistir compraba y vendía algún auto, pero una vez cada dos o tres meses”.
En ese sentido, “descarto las primeras versiones de que ejercía algún tipo de actividad financiera. De hecho pudo haber tenido alguna gentileza para con alguno de sus amigos, pero es una cuestión de índole personal”.
Así, Hernán Ariel Alonso manifestó que en “las primeras declaraciones no aclaramos que no era una actividad, sino que en alguna oportunidad ayudó a comerciantes amigos”.
“Es un jubilado y no una persona que dispone de recursos. Se ganaba el ‘mango’ vendiendo un coche cada dos meses y cuando tenía un saldo, si algunos de los tres o cuatro amigos necesitaba una mano, se lo prestaba”, remarcó.
El proceso judicial
La investigación sobre el paradero del jubilado está a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción 21, a cargo del fiscal Marcelo Fernández.
Abel Barbero fue descripto como un comerciante que “mide 1,67 metro de altura, es robusto, canoso, con bigotes y ojos celestes (el derecho es de vidrio)”.
Definido como “paciente neurológico”, “se encontraba mal anímicamente”, según el parte oficial.
Cualquier información debe comunicarse al 101 o a los teléfonos de la comisaría Primera, 442-5210 / 442-6662, o a la sede de la DDI local al 442-5230. u
Abel Barbero fue descripto como un comerciante que “mide 1,67 metro de altura, es robusto, canoso, con bigotes y ojos celestes (el derecho es de vidrio)”.
Definido como “paciente neurológico”, “se encontraba mal anímicamente”, según el parte oficial.
Cualquier información debe comunicarse al 101 o a los teléfonos de la comisaría Primera, 442-5210 / 442-6662, o a la sede de la DDI local al 442-5230. u
Como particular damnificados
Paralelo a la causa, los abogados César Sivo y Manuel Marañón formalizaron este lunes la presentación de los familiares como particulares damnificados, con la intención de impulsar la búsqueda.
Una vez que avance por los caminos correspondientes, solicitarán el expediente que ya cuenta con más de un centenar de fojas.
“Hay cosas sugestivas, como de qué modo salió de las casa, en qué momento”, confiaron desde el estudio jurídico. Al parecer, Barbero recibió una comunicación telefónica, salió raudo y “desde ahí no se supo nada más”.
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