Médico tandilense detenido por presunta estafa contra la obra social Ioma
Un médico y su expareja que trabajan en Tandil quedaron a disposición de la Justicia, tras producirse sus detenciones en las últimas horas en distintos puntos de la ciudad, en el marco de la investigación que está llevando a cabo el fiscal de la UFI 11 de la ciudad de La Plata, a cargo de Alvaro Garganta, por defraudación a la administración pública por presunta estafa a la obra social Ioma.
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La denuncia que impulsara oportunamente la diputada nacional Elisa Carrió sobre la corrupción en Ioma apuntando al exgobernador Daniel Scioli y autoridades que estuvieron a cargo en la anterior administración provincial, se focaliza en la falta de mecanismos de control, generándose un fraude sistemático a la obra social. Dicha acusación menciona sobreprecios de prestaciones, empresas fantasmas, compra de medicamentos truchos y hasta internaciones domiciliarias que nunca se realizaron.
El trabajo del fiscal tuvo su impacto en Tandil luego de obtener elementos suficientes como para proceder a la detención del doctor Julio Tamburelli y su expareja Silvina Tornati, investigados por presunto perjuicio a la obra social, quienes en su momento manejaban una empresa familiar dedicada al servicio de internaciones domiciliarias y ambulancias.
Las detenciones se realizaron durante la jornada del pasado miércoles, una, en horas del mediodía y la restante por la noche, en las direcciones de la avenida Bolívar al 500 y en la avenida Colón y Machado, ambos casos en plena vía pública.
Bajo un marcado hermetismo en relación a esta causa, por ahora los imputados quedaron a disposición de la Justicia, pero no surgirán mayores detalles debido a una orden judicial y hasta que no se resuelva la situación procesal que se producirá después de la declaración de cada uno.
Mientras se reunían pruebas sobre estas dos personas, sus movimientos venían siendo vigilados desde hacía un tiempo, ante la eventual orden de detención que estaba por producirse y que se concretó finalmente.
Traslado y
declaración
Tamburelli y Tornati tras cumplimentar los recaudos legales en Tandil fueron trasladados el mismo miércoles por la noche a la ciudad de La Plata, donde en la jornada de ayer se les tomó declaraciones. Cabe indicar que el doctor Tamburelli fue expulsado de Ioma y del Círculo Médico tras comprobarse, mediante una auditoría, el fraude en una internación.
En cuanto a lo averiguado por este Diario, las detenciones de las personas mencionadas se dan por una única denuncia que data de 2013, que deberá determinar la Justicia de acuerdo a las actuaciones que se tengan en La Plata.
En cuanto a las declaraciones que se les tomó a los imputados, trascendió que Tamburelli se adjudicó la maniobra realizada en aquella ocasión, desligando de responsabilidad a su expareja, quien expresó que desconocía dicho accionar, pese a ser socia por ese entonces de la empresa que desde hace un año y medio está a su cargo.
De todas formas, hasta tanto la Justicia no reciba un certificado de buena conducta solicitado, Tornati permanecerá en la Comisaría 12 de Villa Elisa, lugar adonde fue trasladada.
La denuncia en este Diario sería el antecedente
A propósito de la denuncia que derivó en este procedimiento, cabe consignar que a mediados de septiembre de 2013, un afiliado de Ioma denunció por este Diario que una firma que presta servicios de internación domiciliaria facturó cerca de 60 mil pesos a la obra social, pero nunca atendió a su esposa, con una enfermedad crónica.
La situación salió a la luz cuando desde la delegación local contactaron a Enrique Santos Ferrarese para preguntarle si iba a continuar con la internación domiciliaria de su mujer. Entonces, el afiliado descubrió que la empresa había cobrado, pero nunca había cumplido con las prestaciones.
A partir de esta situación se abrió una instancia de investigación y se elevó la documentación al área de legales de Ioma, a la central ubicada en La Plata. Desde allí se intentará determinar si hubo una estafa a la obra social, pero además podría haberse incurrido en la figura de abandono de persona.
Por aquel entonces, cuando esta situación tomó estado público, Ferrarese le contó a este Diario que hacía un año y medio su médico personal le había recomendado un servicio de internación domiciliaria para atender a su mujer, enferma crónica que necesitaba asistencia en forma constante.
Se acercó hasta una empresa donde le solicitaron los datos de su mujer -maestra retirada y con cobertura de Ioma- y luego le pidieron los recibos de sueldo. En los días posteriores, requirieron que adjuntara la historia clínica.
Un mes después de la consulta a la firma de servicios médicos aún no había recibido respuestas, entonces consultó con su médico de confianza porque “olfateaba algo feo”. De todas formas, no había firmado ningún documento de conformidad.
Cuando lo convocaron desde Ioma, pensó que se trataba del trámite para renovar los pañales. Sin embargo, lo aguardaba una reunión con la médica auditora de la obra social, además de otras autoridades. En ese encuentro le preguntaron si iba a renovar el servicio de internación domiciliaria para su esposa y les respondió que no había recibido nada. “Ahí empezó todo, las cartas a Ioma para renovar lo de Clinicasa”, manifestó el afiliado.
Incluso, el 24 de enero de 2013, Ioma le remitió a la empresa una orden de internación en la que le informó que se hacía cargo de “los gastos que demande la internación, médico, enfermería, cuidador domiciliario, por 16 horas día, a partir del 1 de noviembre de 2012 y por el término de seis meses”.
En la misma nota, le solicitó “la facturación de la cobertura por pesos 58.272, monto mensual 9.712” y le aclaraba que no debía abonar el afiliado “directamente o indirectamente suma alguna por ningún concepto, quedando cancelado con su percepción el costo total de la prestación autorizada”.
Por último, le requirió que además de la factura debía presentar “la orden de prestación original y una constancia firmada por el afiliado dando constancia de la atención recibida”.
Así, Enrique Ferrarese fue convocado a la delegación local de Ioma para firmar la continuidad del servicio por otros seis meses y en ese momento se descubrió la presunta irregularidad.
La investigación
Una vez que se detectó el caso, Ferrarese firmó una nota que se elevó a la central de Ioma en La Plata, donde dejó constancia que “la prestación se debería haber cumplimentado a partir del 1 de noviembre (de 2012) por el término de seis meses” con la intención de “poner en conocimiento que dicha prestación nunca fue solicitada”.
Además, en la misiva enviada a los directores de la obra social, el afiliado destacó que “desconozco quién o quiénes resultan ser responsables de Clinicasa, y no habiendo tenido ninguna relación contractual con la citada empresa, clínica, sociedad, y por ende que dicha prestación hubiera sido cumplimentada en beneficio de mi cónyuge. Entendiendo que tal conducta a priori resulta irregular, suscribo la presente a los efectos que corresponda”.
Enrique Ferrarese decidió hacer público el caso porque “me han perjudicado a mí y a mi mujer. Es una estafa a Ioma, que se entera porque me llama a mí, está mi nombre”. U
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