Mezcla rara para un producto for export
?Siempre hubo en nosotros algo del payaso de pista?, coinciden los muchachos.
Y añaden: ?Cuando arrancamos la única referencia que teníamos era el payaso de circo. Cachetazos, un garrote para ?matarnos? entre nosotros, estaba el que se disfrazaba de cuco para asustar a los chicos?.
Luego de aclarar que para nada reniegan de aquellos comienzos, porque sin duda cada técnica tiene su encanto, nos dicen:
?Una vez que entramos a la facultad empezamos a hacer un payaso más teatral. Y con las técnicas de clown. Está claro que el teatro tiene una estética más refinada. Nosotros usamos técnicas de clown pero lo que hacemos es una mezcla rara que nos da una marca nuestra?.
?El espectáculo -dice Eugenio- es la conjunción de varias cosas que tienen comicidad. Y es para toda la familia?.
?Hay una cuestión particular que podríamos definir como de mucho ritmo y fiesta. La idea es que la gente pase un buen momento?, sostiene Matías.
Y Roberto añade:
?Tenemos mucho público adulto, no solamente en Tandil sino en todos los lugares. Por ejemplo, en el festival de La Rioja actuamos por la tarde ante 800 personas, la mayoría chicos. Pero gustó tanto que a la noche tuvimos que repetir la función para adultos. Fue una fiesta inolvidable?.
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¡AGARRATE TRI TRI!
Pero los Tri Tri ya son for export. Mínimo, hacia el Mercosur. El año pasado actuaron en Montevideo con motivo del desarrollo del programa ?Mercociudades?. Como se recordará, en su momento había llegado a Tandil una embajada empresarial y artística -Montevideo se muestra- en la que se presentó la murga campeona ?Agarrate Catalina?.
Como devolución de la visita, la delegación cultural de Tandil fue a la otra capital del Plata con los Tri Tri. Y como dice la tribuna, ?la rompieron?. Tuvieron que realizar tres actuaciones. Una de ellas en la carpa itinerante de la Intendencia de Montevideo, colmada por 500 personas. Fue en la Plaza Zabala, corazón de la Ciudad Vieja, frente al Cabildo, en un marco imponente. Y luego lo hicieron en una escuela y en la sede del Instituto Nacional de Niños y Adolescentes del Uruguay. Les pidieron que vuelvan lo antes posible?
ARTISTAS EN EL MAS AMPLIO SENTIDO
?Hemos llegado a la conclusión -dicen los muchachos- que es preciso revalidar que el payaso es un artista. En una de las actuaciones en Buenos Aires, escuchamos decir algo así como ?a ver qué van a hacer estos payasos?. De pronto hay otra concepción un tanto distanciada del arte. Pero eso depende mucho del trabajo individual y grupal, de la actitud, de la garra que pongamos cada uno en esta tarea. Porque el trabajo real del payaso es saber, en lo posible, un poco de todo para engendrar una obra de arte. Músico, cancionista, acróbata, malabarista?.
En ese ideario, justo es destacar que Eugenio Deoseffe toca bien la guitarra y los demás fueron aprendiendo y se van superando. Confiesan que todos tienen ?actitud musical pero nos falta seguir puliendo elementos en ese sentido?.
Y añaden: ?Tenemos ganas de transmitir. Hay una actitud, una pasión, y eso si bien no es todo, es importante. En un espectáculo hacemos danza clásica y la verdad es que durante ese momento nos sentimos poco menos que bailarines rusos??
También aseguran que ?la facultad, la carrera, siempre influyen. La facultad se acerca más al drama que al humor. Tiene que haber algo de drama porque ahí está la formación. Pero el payaso se enriquece de todos lados, sea la facultad o sea la calle?.
Y rematan con esta advertencia certera: ?Si hay algo fundamental en los elementos de clown es la mirada. Mirar al público fijamente, establecer el vínculo?.
EL ANTIGUO MITO DEL ?PAYASO TRISTE?
Con letra de Carmona y letra de Falero, la canción ?Ríe payaso? fue escrita en 1929 e interpretada por varios cantores de tango.
Un fragmento de la misma, dice:
?Yo también como el payaso de la triste carcajada,
tengo el alma destrozada y también quiero olvidar,
embriagarme de placeres en orgías desenfrenadas
entre música y champán.
Hace un año justamente, regresaba a mi morada
con deseos de descansar.
Al llegar vi luz prendida
en el cuarto de mi amada,
es mejor no recordar.
Llora, payaso buen amigo,
no llores que hay testigos
que ignoran tu pesar,
seca tu llanto y ríe con alborozo,
a ver pronto, che mozo, traiga nomás, champán?.
Por su parte, con el mismo título, Santabárbara, en una linda canción, por poco los obliga a sonreír a los payasos, más allá de alguna tristeza ocasional. Aunque aclaran que esa ?imposición? es para lograr la felicidad de la gente?
Veamos:
?Ríe payaso,
aunque estés muy triste
debes sonreír.
Pero no olvides,
cuando tú sonríes
la gente es feliz?.
Acerca de esta cuestión, los integrantes de Tri Tri elaboran alguna que otra hipótesis. Sostienen que se trata de un mito que pudo haber surgido por varios motivos. Uno de ellos remitiría a una anécdota de la historia. Resulta que un señor concurre al médico y le comenta que se siente mal, que no puede reírse, y que por consiguiente, algo le debe estar ocurriendo. Entonces el médico le recomienda ver el espectáculo del ?Payaso Tal?, que está en cartelera y con el que se va a divertir mucho. Para sorpresa del galeno, el paciente no era otro que el Payaso Tal?
?Puede haber surgido ahí mismo el mito?, opinan los muchachos.
Pero a ellos no les ocurre nada de eso.
?En nuestro caso -aclaran- es una filosofía de vida, elegimos en todo momento el lado positivo del transcurrir cotidiano?.
?No es casualidad que los siete, con el productor incluido, estemos imbuidos de la misma filosofía. Es inevitable transmitir lo que le pasa a uno. El humor lo llevamos adentro. El payaso se puede reír hasta de su fracaso. Si algo terrible nos pasa en escena, alguna equivocación muy grande, metidas de pata y demás, si lo mostramos al público ya pasa a ser un éxito?.
?También hacemos hincapié en recuperar las ganas de jugar, volver al niño que llevamos dentro, la imaginación? poder reírse sin vergüenza alguna?.
EL ARTISTA NO ES AJENO A LA SOCIEDAD
Volviendo a la cuestión de la construcción del mito del ?payaso triste?, Roberto opina que tiene que ver con que la gente quiere que uno esté siempre con el mejor humor, incluso fuera de las actuaciones, y no tiene por qué ser así. Yo, si comparto el asado con un herrero, no le digo ahí mismo ?haceme una reja??. Es decir, no todo el tiempo el payaso tiene por qué ser payaso?.
Pero, claro, tampoco todo tiene por qué ser un ?canto a la vida?.
Porque el artista, de cualquier género que fuere, no puede despegarse de la sociedad en la que convive. ?Puede haber en el mensaje -dicen- un dejo triste, pero es también un reflejo de lo que nos ocurre a todos como sociedad en un momento determinado. Uno puede sobrellevar todo con alegría. Por ejemplo el último espectáculo lo creamos en medio del conflicto entre el campo y el gobierno. Y recordemos que la gente estaba apesadumbrada y cansada por lo que ocurría en el país?.
LA RELACION CON TANDIL
-Dicen que nadie es profeta en su tierra, pero pareciera que con ustedes no sucede nada de eso?
-Para nada. Somos todos de aquí, afuera nos dicen ?los chicos de Tandil?, tenemos un sentido de pertenencia muy fuerte. Creemos que desde aquí se pueden hacer las cosas. Incluso chicos de clown nos han dicho que en Buenos Aires hay menos posibilidades de trabajo. Y nosotros hemos recorrido muchísimo. Nos han dicho por qué no nos radicamos en Buenos Aires y la verdad que no lo consideramos necesario ni mucho menos.
-Además, ustedes han ido creciendo en forma notable.
-Felizmente ha sido así. En 2006 hicimos siete funciones del espectáculo Tri Circus, en medio año. Tuvo tanta repercusión, que en 2007 pudimos realizar sesenta funciones.
-Sobre todo que ustedes remiten mucho a la fiesta.
-Sí. Podríamos decir que esa onda empezó en el impresionante festival de teatro infantil de Necochea, que se hace cada mes de enero. Empezamos en la carpa y terminamos en el anfiteatro del Parque Lillo, a pedido de la gente.
HASTA EN LA CARCEL?
-¿Y aquella experiencia de hace algunos años en la cárcel de Barker?
-Hace bastante fue eso. Pero resultó inolvidable. Nosotros habíamos viajado a esa localidad para actuar en la escuela 26. Vimos la cárcel y nos pareció que algo teníamos que hacer ahí. Volvimos al mes, porque hay que realizar unos cuantos trámites para conseguir el permiso. Fue hace cuatro años y quisiéramos ir de nuevo. Gustó mucho y finalmente hubo buena onda, después de un comienzo en que ni siquiera aplaudían. Cuando empezamos a actuar con el espectáculo participativo, fue una fiesta total, ante alrededor de 500 personas, 400 presos más los guardiacárceles.
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