Necrológicas
RAMON MENENDEZ
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El pasado 11 de septiembre, en Tandil, se produjo el deceso de Ramón Menéndez, a los 88 años.
Sus hijos, nietos, bisnietos, hermanos, familiares y amigos lo recuerdan con mucho cariño.
“Fuiste un padre y abuelo amoroso y trabajador que supo inculcarnos los valores que hacen las personas de bien. Nos dijiste que querías descansar… Y aunque no queríamos dejarte ir, tu descanso es más que merecido. Esperamos que te encuentres con tu amor, con tu ‘Mami’, y que desde el Cielo nos sigas cuidando e iluminando cada día.
Te vamos a extrañar mucho: tus hijos Ramón, Carlos y Eva; hijos políticos María Luján, Sara y Ramón; tus nietos Laura, Angela, Carlos, Emiliano, Laura, Cecilia, Ramón, Edgar y Eva; y sus bisnietos Jésica, Camila, Alma, Maia y Noni”.
RUBEN DARIO MONSALVE
Nació un 2 de septiembre y partió de este mundo justo el día en que cumplía 57 años.
Su esposa Adriana y sus hijos José I, Juan M. Joaquín y Julián lo recuerdan de la siguiente manera:
“Eras un hombre con todas las letras, buen esposo, padre ejemplar, honesto y muy trabajador.
Tenías fuerza y constancia para todo lo que te proponías, y también para afrontar la enfermedad.
Trabajó 37 años en bazar Zabel, dejando allí una huella en los dueños y compañeros.
Te voy a extrañar con toda mi alma, ya que fueron muchos años juntos y éramos inseparables. Tus hijos están orgullosos de su papá. Te aman y sos un ejemplo a seguir.
Siempre vivirás en nuestros corazones. Te amamos”.
MARIA FLORES VDA. DE CUESTA
El pasado 9 de septiembre se produjo el deceso de María Flores, quien contaba con 96 años.
Había nacido en Tandil el 5 de diciembre de 1918 y era la hija menor de una familia compuesta por seis hermanos.
Muy joven, cuando contaba con 20 años, se casó con Miguel Cuesta.
La vida le regaló cuatro hijos varones: Miguel Francisco, Fernando José, Juan Manuel y Ricardo Osvaldo. Sufrió la muerte de dos de ellos: primero Ricardo y luego Juan Manuel.
Alegraron su vida seis nietos: Daniel, Claudia, Santiago, Mariana, Pilar y Joaquín.
Sus últimos días disfrutó de tener seis bisnietos: Rodrigo, Agustina, Lucía, Nicolás, Agustín y Martín.
También tuvo el cariño de sus hijas políticas Beatriz (f) y Emilce, junto a sus nietos políticos Claudia Pereyra, Romina Segura y Héctor Martínez.
Tras su matrimonio vivió siempre en el mismo barrio, su querida calle Alberdi al 500, donde siempre va a ser recordada.
ELVIRA SILVA “PICHONA”
El pasado 2 de septiembre se produjo el deceso de una querida vecina, nacida y criada en el haras General Lavalle.
Luego se radicó en el paraje La Porteña y fue una de las primeras alumnas de la Escuela 33 de la Granja.
Tenía otros siete hermanos, que junto a sobrinos fueron criados por sus padres.
Conocida por todos su seres queridos como ‘Picho’, era madre de dos hijos, abuela de seis nietos y feliz bisabuela de diez pequeños.
Su familia era muy grande, no sólo por lazos sanguíneos, sino por todos los allegados.
“Era una mujer hermosa, honesta, trabajadora, solidaria y hasta faltando horas para sus 94 años se movía por sus propios medios. Lúcida y envidiable hasta segundos antes de partir junto a Dios.
Todos, pero todos, tienen palabras de agradecimiento para esa mujer con mayúsculas que hoy vive la vida eterna.
Hija, hermana, madre, tía, amiga, “mi abuela”… nuestra abuela Picho”.
MARIA IGNACIA CUEVAS VDA. DE LARRAÑEGUI
Tras una larga dolencia, el 3 de septiembre pasado falleció María Ignacia Cuevas de Larrañegui, a los 90 años.
Había nacido el 18 de mayo de 1925, en la localidad de Claraz.
Su vida fue siempre dedicada al campo, en tanto que hace 20 años se fue a vivir a Villa Cacique (Barker).
Fue una persona muy querida por sus vecinos.
“Mamá, abuela: siempre serás recordada por tus hijos Nilda y José; tus nietos Luis María, Sandra y Gaspar”.
MARIA ANTONIA PALLIN VDA. DE FERNANDEZ
El sábado 12 falleció en Tandil la señora María Antonia Pallín Vda. de Fernández, luego de luchar sin quejas frente a una larga y penosa enfermedad.
Siendo muy jovencita perdió a sus padres y le dio para adelante, convirtiéndose en una verdadera madraza de sus hermanas menores.
Se casó con José Manuel Fernández (f), formando un hogar muy feliz. Fueron muy compañeros y siempre se los vio juntos y unidos.
Recorrían todos los espacios agrestes, dando la vuelta del Dique y tomando unos lindos mates con su familia en la curva. También hicieron muchos viajes por las provincias argentinas.
Disfrutó de sus sobrinos y sobrinos nietos, que la querían mucho: la casa de ella era un poco la casa de todos.
Alegre, conversadora, le encantaba hablar de ricas comidas que preparaba. Cultivaba su jardín con mucho amor.
Pasaron 18 años de matrimonio. Dios los bendijo con un hijo, tan esperado para completar su felicidad (Juan José) y una muy buena nuera, Paola, quienes la acompañaron y cuidaron con mucho amor hasta el doloroso final.
Tuvo dos nietos hermosos, Eliseo y Agustín, a quienes no pudo disfrutar como lo hubiera deseado.
“Descansa en paz, Mary querida. Ya estás con José, a quien amaste tanto. Toda tu familia no te olvidará”.
MARIA ANGELICA JACOBO VDA. DE GONZALEZ (ANGELITA)
A los pocos días de haber cumplido 94 años, el 2 de septiembre falleció una querida vecina de Tandil.
María Angélica Jacobo de González había nacido el 6 de agosto de 1921, y era hija de un matrimonio de inmigrantes españoles: José Jacobo y Josefa Fulgueiras. Sus hermanos, ya fallecidos, eran Dora, José y Matilde.
Vivió en la zona rural hasta 1961, año en que se radicó en Tandil, junto a su esposo y a su única hija Elsa.
Supo atender durante muchos años su mercería en 11 de Septiembre y Las Heras, ganándose el respeto y el afecto de todo el vecindario.
Tras su partida, su hija Elsa, nietos y nietos políticos y bisnietos escribieron lo siguiente:
“Como ya todos sabemos, la muerte es parte de la vida. Y en ambas hay grandes aprendizajes.
Nadie mejor que vos, abuela, que nos has enseñado con el ejemplo que la mejor manera de vivir es siendo solidario, generoso, justo, compañero, trabajador, honesto, recto y firme, cuando es necesario.
Pero… parece algo extraño escribir estas líneas para vos, muchos pensamos que no era tu momento.
Aun así, no dejaste de enseñarnos con tu partida, porque te fuiste acompañada por una multitud de familiares y amigos.
Te vimos en el rostro un gesto de felicidad y de paz incomparables. Y ahora que ya no estás entre nosotros entendemos porqué.
Has tenido una buena vida y llena de agradecimientos.
Nos dejaste lo más noble que alguien puede heredar: tu ejemplo a seguir. Y te fuiste sabiendo que tu misión estaba cumplida, seguramente a seguir ayudando desde otro lugar.
Te amamos y será casi imposible no recordarte permanentemente… Ojalá que donde estés puedan disfrutarte como lo hemos hecho nosotros. ¡Gracias Abuela!”.
ESPERANZA ALTAMIRANDA DE SALMERON “TITA”
El pasado 9 de septiembre se produjo el deceso de Esperanza Altamiranda de Salmerón, quien tenía 94 años.
“Tita”, como era conocida por todos, había nacido en Adolfo Gonzales Chaves, pero hace más de cinco décadas que residía en Tandil.
Tuvo a su cargo una conocida pensión que estaba ubicada en Sarmiento al 500, hace varias décadas. También dirigió un restaurante en la zona de El Paraíso.
Viuda, era madre de siete hijos: Juan Carlos, Roberto, Elba y Mabel Altamiranda, María del Carmen Salmerón de Cárdenas, Miguel Angel y Ricardo. Tuvo además ocho nietos y cuatro bisnietos.
“Tita” era muy dulce, jamás hacía problemas y tenía una sonrisa permanente. Era muy trabajadora, pero también una gran madre que entregada su bondad a quien se le acercaba.
Tanguera de alma, bailarina en su juventud, su familia la despide con una estrofa de uno de los temas clásicos:
“Endulzará sus cuerdas
el pájaro cantor
florecerá la vida
no existirá el dolor”.
“Te recordaremos siempre. Tus hijos, nietos, nueras, yerno y bisnietos”.
RICARDO ANTONIO PEREZ
El 5 de septiembre pasado, a los 84 años, falleció un querido vecino de Villa Italia.
Su familia lo despidió con sentidas palabras:
“Fuiste un padre, abuelo y bisabuelo ejemplar, que muchos quisieran tener. El nos dejó miles de enseñanzas, anécdotas e historias que vivió.
Llegó el día de irte y aunque nos causó mucho dolor a todos, siempre te vamos a recordar como la mejor persona que pudo pasar por nuestras vidas.
A pesar de todos los golpes que te dio la vida, seguiste adelante, siempre con una sonrisa en el rostro, ayudando todo lo que pudiste a tu familia, y -aunque hoy nos arrepintamos de muchas cosas- siempre te vamos a recordar con mucho cariño.
Gracias por todos esos momentos hermosos vividos con vos. Siempre te vamos a llevar en nuestro corazón y cuando nos acordemos algo de vos, automáticamente nos va a salir una sonrisa en el rostro.
No te decimos chau, sino hasta siempre
Te amamos. Tu hijo, nueras, nietos, bisnietos, hermanos, cuñadas, tu familia. Que en paz descanses”.
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