Necrológicas
Participaciones de los recientes fallecimientos en la ciudadnecrológicas
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HECTOR JOSE MIRANDA
El pasado 11 de abril fue despedido Héctor Miranda, quien nació el 12 de marzo de 1930 en calle Rivadavia entre Pinto y Belgrano de esta ciudad. Allí creció junto a sus hermanos, Elena y Ernesto, y comenzó a construir su historia de vida compartiendo con amigos su pasión por el deporte.
En ese mismo barrio conoció a María Carmen Barillaro, quien fue su compañera de toda la vida. Se casaron en el año 1966 y formaron una hermosa familia junto a sus tres hijos Andrea, Paola y Fernando. Fue un ejemplo de padre amoroso y trabajador.
Luego llegaron sus nietos Facundo, Nicolás, Jeremías, Bautista, Mateo, Luisina, Violeta y Aylén, para quienes fue un abuelo ejemplar. Eran su orgullo, su preocupación, los amaba y cuidaba como sólo él podía hacerlo. Los acompañó y compartió siempre con ellos todas las etapas por las que iban transitando, dejándoles valores como el respeto, la cordialidad y sobre todas las cosas el amor incondicional.
Desde muy chico participó del deporte en distintas disciplinas. Formó parte del club Defensa, que era el punto de encuentro con sus amigos. Jugaba bochas, fútbol, basketball y pelota a paleta.
En fútbol se desempeñó durante varios años en la primera división del club. Simultáneamente con su participación en el fútbol se destacó en la práctica de las bochas, actividad que realizó hasta sus últimos días y con la que representó a Tandil en torneos provinciales y nacionales.
Trabajó durante varios años en la fábrica Blaybar y luego, desde 1966, en la Usina de Tandil hasta jubilarse, donde también cosechó muchos amigos.
En los últimos años compartió con sus amistades viajes, almuerzos y su pasión por las bochas participando de torneos de jubilados.
Dedicatoria
“Héctor, Papi, Abuelo:
¡Te fuiste tan rápido! ¡Sabemos que escuchaste cuánto te amamos!
Nos cuesta entender que ya no vas a regresar a casa: todos pensamos que fuiste a caminar, a hacer algún mandado y que pronto vas a volver.
Te vamos a extrañar demasiado, aunque sabemos que vas a estar siempre en nuestros corazones y que nos seguirás cuidando y guiando desde el cielo.
Nos quedan los mejores recuerdos de todo lo que compartimos en esta vida y la felicidad de saber que disfrutaste mucho de tus 85 años”.
Tu esposa, hijos y nietos.
DARIO MARAÑON PINEDO
El pasado 29 de abril falleció en nuestra ciudad el apreciado vecino Darío Marañón Pinedo.
Don Darío había nacido en Liendo (Cantabria. España), el 18 de octubre de 1928.
Había llegado al país en 1949 y -después de un corto lapso en Buenos Aires- se radicó en nuestra ciudad pletórico de energía e iniciativa.
Se hizo cargo de la tradicional fábrica de soda La Primera, que por entonces era de Laplace y estaba ubicada en la calle Constitución.
Tiempo después decidió trasladarla a 4 de Abril al 900 y posteriormente a Las Heras, entre 4 de Abril y Alsina, donde actualmente continúa funcionando a cargo de sus descendientes
En 1957 se casó con doña Ignacia Peña y tuvieron dos hijos que le dieron nietos y estos bisnietos.
Activo hasta los 80 años, había tenido una intensa relación con el Centro Vasco Gure Etxea, así como también fue un allegado al Club Excursionistas, al que apoyó al igual que a la Peña de Pepino Malisia, ya que era un amante del automovilismo.
Su actividad comercial lo llevó en su momento a incorporar la marca Ivess con la que la tradicional firma amplió su importante cartera de clientes.
Su partida dejó una huella de amistad profunda en los que lo conocieron y apreciaron por su hombría de bien y su incansable apego al trabajo y la solidaridad, además de dejar su ejemplo en la familia que supo formar.
Su recuerdo sin duda perdurará en nuestra sociedad.
MARIA ELENA CABRERA Vda. TOLEDO
El pasado 27 de abril, mientras visitaba a uno de sus hijos, residente en Laboulaye, se produjo el fallecimiento de una vecina afincada en Tandil hace muchos años.
María Elena nació en Pila, el 11 de agosto de 1941, y llegó a Tandil cuando ya tenía su hogar formado, acompañada por su esposo Orlando Emilio Toledo y con su primer hijo, Adrián Orlando.
En Tandil nacieron los otros dos hijos, Elena Beatriz y Emilio Amadeo Toledo.
María Elena era una mujer de trabajo e inculcó dicha cultura en sus hijos, a los que crió con paciencia y amor, además de dedicarse al cuidado de niños.
Hace más de dos décadas perdió a su compañero de vida y se sobrepuso al duro golpe.
Una media docena de nietos y dos bisnietos disfrutaron también su complicidad y compañerismo.
Por otra parte, María Elena Cabrera contaba con muchas amigas y no era extraño verla haciendo viajes con jubilados.
También había ganado el cariño de quienes la tuvieron como vecinos, tanto en Garibaldi al 1200 como -previamente- en Alsina al 700.
“Era una gran mujer que permanentemente daba amor. Era buenísima”, señalaron sus hijos, quienes dejaron como palabras de despedida: “Gracias por habernos enseñado el camino del bien y ser una gran madre y amiga”.
CLELIA EMILIA GONZALEZ DE VILLAR
El viernes 29, a los 84 años, falleció Clelia Emilia González de Villar, una querida vecina de Villa Italia.
Lamentan su partida sus hijas Miriam y Marisa Villar; sus hijos políticos Herminio Marino y Marcelo Fernández; sus hermanos Sergio y Néstor González; sus nietos Anna, Silvio, Héctor, Gonzalo y Arantxa; sus hermanos políticos, sobrinos y demás familiares.
Dedicatoria I
“Te fuiste contenta, como el jardín que tan lindo tenías en primavera, sonriente y alegre. Sin hacer mucho ruido, sigilosamente.
Y nos dejaste con la sensación de que 24, 17, 46 o 34, o ¿tal vez 84? años fueron pocos.
Nos hiciste llamarte Nona, porque siempre quisiste alejar tu vejez y todos nos creímos eso. Seguirás siendo nuestra Nona joven, con tu hermoso pelo, aquel que solo era digno de que lo corte Roberto. Sí, el mismo Giordano.
Hoy lindo sería escuchar ese sonar de tu bocina “disfónica” que nos anunciaba tu llegada a media cuadra.
Ahí venía la Nona, con todo lo que eso implicaba.
Nunca fue tu virtud la cocina, pero a todos nos gustaba ir a comer a tu casa. Porque era la casa de los abuelos siempre abierta a los nietos. Pero siendo sinceros, era un viaje a Disney para nosotros.
Por qué no hablar de tus plantas, experta en la materia, con ese jardín tan lujoso y reconocido por todos por el colorido de sus rosas, sus prímulas, sus irónicas primaveras que eran de invierno sus alegrías en verano, ¡o tus helechos! Como ese que trajiste de California, en un zapato con riesgo de ser confundida en alguna Aduana con Pablo Escobar. Eso sumado a tus globulitos de homeopatía.
Esas son algunas imágenes que nos quedan, algunos ruidos, algunos olores y un centenar de dichos y frases.
Podemos buscar miles de explicaciones, pero este domingo la Nona no va estar en la mesa, tampoco el próximo, eso nos duele.
Porque en realidad está en la mesa junto a su marido, aquel que seguramente recuperó su Dodge y un viernes por la noche pasó a buscarte para ir a cenar por su aniversario. Y, sin importarte los duros resortes de la camioneta, te fuiste.
Nos dejaste tus hermosas plantitas para que cuidemos, aquellos que supimos comprender que a pesar de tu edad eran tu motivo para estar bien y levantarte cada mañana, o para quienes son poco profundos esperen ver secar, cosa que no pasará. Porque la Nona se fue, pero su amor será eterno.
Ella estará en cada flor que logremos cuidar, en cada dicho que logremos recordar, o en hechos cotidianos como doblar una remera, diciéndonos con dulce voz “prolijito”.
Por ahí esto es un poco de verborragia para fundamentar que tu hija, tu yerno y tus nietos te queremos y extrañamos mucho.
Seguramente el jardín del Edén necesitaba jardinera. Y don Villar le suspiró a Dios en el oído que él conocía una excelente.
En nuestro corazón estarás por siempre querida abue… perdón, ¡Nonita!”.
Tu nieto Gonzalo
Dedicatoria II
“Hoy, 29 de abril, el cielo se ganó un ángel, un ángel que me dio cantidad de enseñanzas de vida, que me mimó y siempre estuvo para mí, era la Nona, nuestra Nona, con la que compartía un montón de secretos e historia.
Sigo sintiendo que es un sueño que todavía no desperté y que me voy a despertar y vamos a ir a desayunar juntas.
Nona quédate conmigo siempre y espero poder verte en mis sueños con una sonrisa enorme, de oreja a oreja. Te necesito tanto que no se cómo seguir con mi vida, pero yo sé que estás en un lugar mejor con el “Nono”, y sé que desde ahí me van ayudar para poder seguir cada día un poco más.
Fue súper difícil despedirte, pero sé que luchaste hasta el final y te fuiste contenta por todo lo que viviste. Te llevaste un montón de cosas buenas y malas pero más buenas, y eso es lo que importa.
Voy a hacer todo lo posible para poder vivir todo lo que no pudiste vivir.
Te amo con toda mi vida. Nunca me dejes sola, guíame y protégeme siempre.
Hasta siempre Nonita querida”.
Tu nieta Arantxa
NELIDA BEATRIZ BEAULOCQ DE GIANOLLI
“Las personas cuando parten de este mundo dejan marcadas sus huellas y en torno a su fallecimiento, se relucen todos sus valores y todas las cosas buenas que hicieron en vida.
El pasado 29 de abril, Nélida Beatriz Beaulocq de Gianolli, decidiste descansar en los brazos del Señor.
Hoy, tu esposo y compañero de vida José María Gianolli, junto con tus hijos José, Carlitos desde el recuerdo, Rosana, Claudio, tus hijas políticas Alejandra y Mariela, tus nietas Maria José, Ayelén, Marisol, Michelle, Macarena, Martina, Melina, María Paz y Angeles y tus bisnietos Matías, Olivia, Joaquín (desde la panza), Bautista, Benjamín y Dante, desean que tu alma tenga un descanso eterno y en paz.
Todos te recordamos como una persona sencilla, con un corazón puro y genuino; una gran luchadora en vida y un ejemplo para todos los que te rodeaban.
Gracias por habernos dejado disfrutar de momentos que serán, sin duda, imborrables en las mentes y corazones de los que te amarnos.
La familia no te olvidará, y sabemos que donde estás ahora estás bien, reencontrándote con tu hijo e iluminándonos en nuestro caminar.
Que en paz descanses”.
NELLY SIMONA DIEZ
A los 84 años, el 22 de abril pasado dejó de existir una querida vecina, Nelly Simona Diez.
Había nacido en Tandil el 27 de junio de 1931 y durante muchos años de dedicó a los quehaceres domésticos.
Nelly era soltera y durante los últimos años residió en el Hogar San José, de Estrada 50.
Su sobrina Liliana y otros allegados lamentan su partida.
JUAN CARLOS CONFORTI
El 25 de abril, en Mar del Plata, se produjo el deceso de un respetado vecino de Tandil, Juan Carlos Conforti, quien había nacido el 2 de agosto de 1941.
Hoy lamentan su partida su esposa Carmen Celia Urso; sus hijos Claudio Norberto y Carolina Conforti Doyle; su hijo político Pablo Doyle; sus nietos Valentín, Juan Ignacio y Máximo Conforti; Dolores M. Doyle; su hermana Nélida Noemí Conforti; sus hermanos políticos José Luis Gómez, Myrtha A. Urso viuda de Echegaray, Adela L. Urso de Lomi, Blanca M. Urso Vda. de Segurola y Carmen M. Modafari Vda. de Urso. entre otros familiares.
Dedicatoria
Su esposa lo despide con sentidas palabras:
“El día 25 de abril -a las 18- fue el día más negro de mi vida, me avisaron que tu corazón dejó de latir aunque los doctores me habían dicho que tenías un corazón de roble. Soportaste muchas horas de operación.
Así eras vos: nunca te quejabas de nada y siempre preocupado por todos, tus hijos, nietos, sobrinos, cuñados; ahí estabas vos -al pie del cañón- para lo que necesitaran. A mí me decías “tomaste los remedio”, “te abrigaste”, etc.
Te jubilaste y decías “ahora arreglamos la casa y después nos hacemos un viajecito”, siempre pensando en positivo.
Te fuiste sin decir nada para no preocuparnos, de una enfermedad que no sabía que existía, pero nos dejaste sabiduría y respeto a tus hijos y a mí.
Pronto cumpliríamos 51 años juntos, lo pienso y no tengo nada que reprocharte, solo celitos porque vivías pensando en tus hijos, pero siempre les decías “cuiden a mamá”.
Ellos sentían mucha admiración por vos. Eras un padrazo. Nos dejaste un vacío enorme, pero sé que desde donde estés me estarás palanqueando para seguir esta vida.
Recordaré todos tus consejos y los cumpliré junto a tus hijos, nietos, cuñados y tu querida hermana.
Eras y serás una persona respetable y querida. Me lo demostraron tus compañeros y amigos que estuvieron en este triste momento.
Descansá en paz mi amor, no te olvidaremos.
Te amo, hasta que Dios nos vuelva a unir. Con Amor.
Carmen”
HORTENSIA MARIA LUCIO Vda. DE IBARRA
El pasado 3 de mayo, cuando contaba con 95 años, falleció Hortensia María Lucio viuda de Ibarra.
Había nacido el 25 de octubre de 1920 en la ciudad de Rauch.
Se casó con Alías Santos Ibarra y tuvieron un hijo: Miguel Angel Ibarra, quien nació en Rauch, en la casa de sus padres.
Ya radicada en Tandil, fue empleada del hotel Palace, siempre ayudando a su marido.
Residió en la calle Constitución y con el correr de los años pudo hacer -junto a su amado esposo- la casa en la calle Moreno 55.
Vivió con su esposo y su hijo, y luego con su nuera Nora Haydée Esteban, quien vino de Capital Federal. La pareja le dio dos hijos: Romina Valeria Ibarra y Leonardo Atilio Ibarra. Luego llegaron los bisnietos Nahiara y Arlette Loustalot Ibarra, y Elena y Elías Ibarra Biaggoni.
Fueron años muy felices los que disfrutó con sus nietos y bisnietos, quienes la van a extrañar mucho, ya que siempre estaba pendiente de ellos, hasta en sus últimos días.
“La vamos a recordar con mucho cariño y estará presente en nuestros corazones.
A su familia, amigos y vecinos les queda un gran vacío en su corazón, extrañándola y amándola para siempre.
Y le pedimos a Dios que su alma descanse en paz. La recordarán su hijo, hija política, nietos, nietos políticos y sus queridos bisnietos”.
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