Necrológicas
DOMINGO JUAN BUSCAGLIA
El 6 de julio pasado, a los 85 años falleció un querido vecino de Tandil, Domingo Juan Buscaglia.
Había nacido el 21 de diciembre de 1930 y vivió gran parte de su juventud en Cerro Leones, dedicándose a las tareas rurales.
Allí conoció a Elsa Lucía Goicochea, con quien compartió 55 años de su vida. Ese matrimonio dio a luz a sus dos hijos: Walter Daniel y María del Rosario Buscaglia,. Luego llegaron los cuatro nietos: María Guillermina, María Fernanda y Gonzalo Daniel Domínguez, y Juan Ignacio Buscaglia; y los dos bisnietos Lautaro Domínguez y Vicente Pérez Domínguez.
Se desempeñó en distintas actividades y residió también en Mar del Plata y Maipú, donde trabajó con su camión en una empresa encargada de realizar el tramo de la Ruta 2, entre ambas ciudades.
También tuvo un comercio del rubro fiambrería y despensa en la esquina de Yrigoyen y Las Heras, para luego realizar tareas de tambo en Napaleofú y durante 14 años en la Escuela Agrotécnica Ramón Santamarina.
Sus familiares resumen a su vida al marcar que fue “una persona excelente, como esposo, padre, amigo y vecino. Su palabra era igual que un documento. Amaba la vida y todo lo realizaba con alegría”.
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SERGIO MARCELO FARAH
El pasado 16 de julio, a los 50 años, se produjo el deceso de un querido integrante de la comunidad tandilense, Sergio Marcelo Farah.
Su amigo Andrés escribió sentidas palabras para recordarlo.
“Turco, Sergio, amigo: Esto no son palabras, son sentimientos…
Alguien me dijo alguna vez: ‘se ven muchas caras y pocos corazones’.
Enfermedades, problemas, disgustos, encrucijadas, alegrías, festejos, sueños, felicidad… Eso: felicidad, eso que este mundo no pudo darte frecuentemente.
Sin embargo, vos sí supiste brindar a tus hijos, a tu familia, a tus amigos, compañeros de trabajo e incluso a quien ocasionalmente conociste y ‘pegaste onda’.
Hiciste por mí mucho. Hiciste mucho por mucha gente v siempre desinteresadamente. También hiciste mucho por Juanchi, siempre con lo más importante: el corazón, el alma!
Nunca fuiste de sonrisa fácil y siempre generabas una sonrisa. Por tu humor tan particular, por tus salidas inesperadas, por tu buena onda y bondad, que quienes no tuvieron la suerte de conocerte, no podrán entender.
Yo te cuento esto que siento, “Turco”…. Y sabé que estoy seguro que lo mismo sienten el “Cabeza” Germán Dehrs, “Chiqui” Fernando Caresía, Julio “El Momo” Dehrs, “El Negro” Reverón, “El Gran Enano” Fernando Schang, Amaro y Goyo Schang, “El Flaco” Peralta, “El Negro” Darlo Pardo, Diego “Vagoneta” Soler, Sergio “El más serio” Givonetti, Guille “Horacito” Suárez, Adrián “El Narigón” Córsico, Pedro “Pedrito” Cuarterolo, “El Chato” Fernández, el “Doc Ropo” Vendrame, “El Porteño” Diego, Walter “El Flaco” Brito y su gran hermano y amigo Teo, El “Vasco” y todos los que trabajan en la seguridad de Jonestur; Bruno Trama, Leo y todos los que laburaban con vos; Marcos, Fernando y toda la familia Paskvan; “Cachete” Seba Espada, Daniel “Dani” Trueba, el otro turco encubierto “El Man” Ale Conti… y……. tanta buena gente que se “disipan” en estos momentos difíciles, pero estuvieron y están.
Claro, como siempre, lo importante se dice al final: las personas importantes y que siempre -siempre- estarán junto a vos: Lidia, tu mamá, esa gran mujer, madre y esposa; “Beto”, tu Pá, hombre íntegro, trabajador. austero. solidario y servicial; tus hermanas Claudia y Alejandra, dos mujeres que -al igual que vos- solo supieron y saben luchar; tu inseparable hermano Seba, con quien se apoyaban mutua e incondicionalmente entre otras tantas cosas; Richard, ese cuñado con sueños, trabajador, generoso…; tus sobrinas y sobrinos que te quieren por lo que sos y no por ser familia; Vero: esa mujer que (no por coincidencia) estuvo a tu lado. Se enamoraron y tuvieron dos hermosos hijos ( Ro y Agus).
Por último, Turco , quiero que sepas que además de quererte, admiré siempre tu fortaleza, tu semblanza, honestidad y tu hidalguía. Pocas veces eso se ve en una misma persona, y vos lo hiciste, naturalmente… (Te digo la verdad? lo hiciste sobrenaturalmente!).
Te quiero Turco: sos uno de esos pocos a los que se les puede decir: un gran tipo!’
Andrés.
DORA ANGELICA GUIMARANZ Vda. de MURRONE
El pasado 7 de julio dejó de existir una respetada vecina que contaba con 89 años de edad: Dora Angélica Guimaranz de Murrone.
Había nacido en Rauch, el 7 de enero de 1927.
Siendo joven se radicó en Tandil, donde se casó con el gran amor de su vida, Saberio Alberto Murrone, con quien compartió más de seis décadas.
De ese matrimonio nacieron los dos hijos de la familia: Julio César (f) y Alberto Antonio.
Dora estudió corte y confección y durante muchos años colaboró con su esposo en sus tareas de sastre. Residió en calle Chacabuco, frente a la plaza Moreno, donde incluso instaló una peluquería, tras adquirir los conocimientos del rubro.
Con el correr de los tiempos fueron llegando los cuatro nietos: Pablo, Natalia, Laura y César, quienes posteriormente sumaron a la familia a los nietos políticos y a los nueve bisnietos: Ezequiel, Franco, Ludmila, Milagros, Mía, Enzo, Francisco, Luna y el pequeño llegado al mundo hace pocos meses.
Descripta como una muy buena persona, franca y abierta, hoy sus familiares la despiden con amor.
3-DORA ANGELICA GUIMARANZ Vda. de MURRONE
V MARIA JESUSA BAIS DE HERRERA
A los 64 años, el pasado jueves 21 se produjo el deceso de una querida vecina, María Jesusa Baiz de Herrera, quien fue descripta y recordada con sentidas palabras por sus seres queridos.
Su esposo escribió:
“Compañera de la vida:
Qué puedo decir después de haber compartido 37 años a lo largo de este camino de amor, con alegría, llantos y emociones…
Decidiste unirte a unos bellos ángeles, dejando un vacío profundo en mi vida y corazón.
Fuiste una guerrera y luchadora que enfrentó con garras la lucha que te propuso el destino.
Marica, amor mío, te agradezco por nuestros hijos, Lucre, Ceci, Juan, Valeria y estos bellos nietos que más de una vez fueron nuestros alegres pajaritos.
Que Dios te dé el lugar más hermoso para descansar. Yo, tu compañero de vida, no te digo adiós sino hasta luego, amor mío.
Acá me quedo con este vacío, esperando encontrarte en aquel cielo divino”.
Dedicatorias
“Mamá: es difícil decir adiós. Es algo distinto, porque no es buen día sino -mamita querida- un hasta luego vacío.
Madre santa, luchadora, hoy tus hijos se abrazaron del dolor, dejando tu partida un tremendo silencio no entendido.
Viejita hermosa, son tres pollitos que extrañarán ese nido cuando quieran regresar ya esté vacío.
Dios: te pedimos que le des el mejor descanso a ese ángel que hoy se va de nuestro destino. Acá quedamos con ese inmenso dolor, sin palabras, siendo el silencio nuestro amigo.
Serás nuestra estrella que nos guíe en el camino.
Tus hijos”
“Marica:
Sos, serás una persona muy especial, viejita hermosa.
Gracias por darle a mi vida ese amor cuando había vacío.
To, tu nuera, te amaré en silencio y a la noche le diré a Dios que se llevó a una grande, dejando a mi corazón vacío.
Te amo.
Tu nuera Luciana”.
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