Necrológicas
DANIEL URRACO
El 24 de noviembre falleció a los 67 años el vecino Daniel Urraco, nacido en su querida ciudad de Rauch.
En la vecina localidad vivió hasta su adolescencia, momento en el que junto a sus padres y hermanos se radicó en Tandil, donde trabajaba y estudiaba en el turno noche de la Escuela Técnica.
En el año 1970 comenzó a desempeñarse laboralmente en Metalúrgica Tandil, hasta que en 1993 sufrió un infarto y debió retirarse, jubilándose por incapacidad.
Formó una hermosa familia junto a Ana Lía Paz, con quien tuvo tres hijos: Ariel, Andrea y Sergio. Aunque no se los dijera, velaba por ellos, dándoles estudios universitarios a los tres.
Adoraba a sus seis nietos: Lucas, Marco, Valentina, Delfina, Agustín y Helenita, de sólo cinco meses.
Amante de la pesca y de la naturaleza, la disfrutaba con sus amigos y también solían acompañarlo sus hermanos y sobrinos.
Tenía muy buenos recuerdos de sus primaria en la Escuela 13, en el campo de Rauch, y manifestaba su deseo de que al fallecer fueran allí sus cenizas, o en el balneario de esa ciudad, si el camino por lluvia no lo permitía… Pero todo se puede cumplir.
Era una persona con grandes principios morales, servidor en todo lo que a su alcance. Por eso todas las personas que lo conocieron lamentan su partida y desean que descanse en paz, junto a sus padres y demás seres queridos.
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GERARDO CURIE
El pasado 2 de diciembre, a los 77 años, se produjo el deceso de Gerardo Jesús Curie Recharte.
Había nacido el 3 de octubre de 1939 en Sicuani, en el departamento peruano de Cuzco. Vivió su infancia y parte de la juventud en su tierra natal, junto a sus nueve hermanos y padres.
A los 22 años llegó a la Argentina, a la ciudad de La Plata, para estudiar ingeniería electrónica.
En la época de la dictadura se vio obligado a trasladarse a Tandil, donde se desempeñó como técnico en televisores y transmisores.
También en su tiempo libre jugaba al ajedrez y fue miembro del club Santamarina, donde participaba en torneos a nivel regional y provincial.
Otra de sus pasiones era la música. Tocando su guitarra y cantando recorrió varios escenarios junto a otros artistas de estas tierras.
Después de muchos años de vivir aquí decidió volver a Perú, donde conoció a su esposa, Georgina Centeno, con quien tuvo dos hijas, Deysi y Brunella.
Aquí también se desempeñó como músico participando en un trío -con dos de sus hermanos- llamado El Grupo del Recuerdo, el cual hacía música latinoamericana, entre ellos folclore argentino y boleros.
En el año 2004 decidió volver junto a su familia a la ciudad de Tandil, para radicarse en esta tierra.
Fue fundador de la Colectividad Peruana de Tandil, para cultivar y compartir con la población las costumbres y tradiciones milenarias. También volvió a jugar al ajedrez y se reencontró con amigos, participando incluso de los Juegos Bonaerenses.
“Fue así como Gerardo hizo su paso por la tierra, dejando grandes enseñanzas y valores no solo a su familia sino también a sus amigos y familiares, que lo recordarán por siempre”.
SILVIO FRANCISCO LASTRA (“POCHO”)
El pasado 6 de diciembre, a los 81 años, falleció el vecino de Villa Aguirre Silvio Lastra, conocido como “Pocho”.
Nacido en Juan N. Fernández, el 9 de octubre de 1935, su infancia transcurrió en la localidad de San Manuel.
A los 12 años llegó a Tandil y trabajó en Villa Aguirre, con un carro lechero.
Luego de la conscripción se desempeñó como ayudante de cocinero en diferentes hoteles tandilenses, en tanto que durante la temporada lo hacía en la ciudad de Mar del Plata.
Allí conoció a Alicia Cornejo (f), con quien mantuvo mediante cartas un noviazgo, hasta que decidieron casarse y radicarse en Tandil.
La familia se completó con la llegada de Susana, Ernesto y Daniel, quienes le acercaron a “Pocho” hijos políticos y luego esos cuatro nietos que tanto quería: Martín, Juan Lucas y Manuel. También tuvo el placer de ser el bisabuelo de Lauriano, Ian y Ulises.
En el año 1964 había ingresado a trabajar en Metalúrgica Tandil, donde fue un operario ejemplar durante 30 años, hasta alcanzar la jubilación.
Su barriada siempre fue en Villa Aguirre, frente a las vías, donde era querido por sus vecinos, que bien sabían el esfuerzo de “Pocho” por sus pasatiempos: la quinta, las flores y las gallinas.
Hoy su familia lo despide con amor y con el orgullo propio de haber tenido una persona a la cual imitar.
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