Necrológicas
PIO ANTONIO DOBAL
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A los 85 años de edad, el pasado 25 de diciembre se apagó la vida de Pío Antonio Dobal, causando un profundo pesar y un inmenso dolor entre sus familiares y amigos.
Hace cinco años había perdido a su compañera de toda la vida, Rosa. Pudo sobreponerse a ese duro golpe gracias a su carácter positivo y a no dejarse estar sino siempre mirar para adelante.
De su matrimonio con Rosa nacieron Walter y Carlos, quienes les dieron cinco nietos: Karina, Melisa, Emiliano, Rocío y Carla, y dos bisnietas, Cynthia y Abigail.
“Toda su familia, amigos y conocidos lo recordaremos y llevaremos en la memoria como una persona generosa, positiva y de buen carácter, muy querido por todos (todos -según Pío- eran sus amigos), jamás olvidaremos los pulgares para arriba en señal de aprobación.
Como Testigo de Jehová tenía fe firme en la esperanza que da la Biblia de la resurrección. Confiaba plenamente en las palabras de Jesús que registra el evangelio de Juan 5:28,29 ‘…vendrá la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán la vos de Jesús y saldrán….’.
Toda la familia agradece a los médicos, enfermeros y mucamas de la sala de traumatología del Hospital Ramón Santamarina por su calidez, atención, amabilidad y humanidad con lo que lo trataron a Pío durante su internación, en especial a los enfermeros Marta y Gustavo.
Nuestro agradecimiento también se extiende a la empresa Crespo, Iacaruso y Santillán por su trato cordial, respetuoso y humano. A todos muchas gracias.
Sus restos previo velatorio, recibieron inhumación en el cementerio parque El Paraíso”.
MARIA ISABEL ETCHECOPAR DE VALENZUELA
El 22 de diciembre pasado, en Olavarría, se produjo el deceso de María Isabel Etchecopar de Valenzuela, quien tenía 55 años de edad.
Había nacido en 13 de julio de 1961 en María Ignacia (estación Vela).
Madre de Bruno Sebastián y César Raúl, hace 23 años unió su vida con Edgardo Arturo Valenzuela, tuvo dos hijas, Ludmila Ayelén e Iara Isabel.
María Isabel fue ama de cada y fue descripta como una madraza, teniendo bajo su responsabilidad la crianza de sus hijos en Sierras Bayas, mientras su esposo realizaba su carrera policial.
Dedicatoria
“Probablemente sea la cosa más fea y difícil que nos toca vivir que siquiera sé cómo comenzar: Mamá, me obsequiaste dos hermanos y una hermana increíbles. Y también un padre, quien me confesó que fuiste el gran amor de su vida. Gracias por eso.
Podría escribir millones de cosas que harían a la gente enamorarse de vos, pero tengo que ser breve. Hay una frase de una de mis bandas favoritas (Las pastillas del abuelo) que forma parte de mí y a su vez te describe a la perfección: “Guerrera que tiene como escudo la pasión, como espada su poder de acción, valiente corazón”. Con una fuerza única protegiste, defendiste, cuidaste y amaste a tus hijos con pasión. Diste todo y más, porque siempre quedaba más.
Eras -aunque para mí todavía “sos”- la mujer más hermosa y perfecta (con todas tus imperfecciones) que voy a conocer en la vida. Sos mi orgullo, vos y mi familia.
Quizás nunca entienda la vida, o esta situación es la que me hace cuestionarla una y otra vez. Pero sólo sé una cosa y es que en todo lo que me enseñaste, me mostraste el amor único y especial que solamente una madre puede dar.
Yo, como todos, te voy a necesitar y extrañar todos los días ¡muchísimo mamá!
No sé cuándo se calme el dolor, pero vamos a intentar ver el camino con amor, que fue por donde nos guiaste toda la vida. Así como dijo una vez el gran Spinetta “y deberás amar, amar, amar hasta morir y deberás crecer sabiendo reír y llorar”.
Espero que donde estés seas inmensamente feliz. Te amo con toda mi fuerza mami, tu hija mayor”.
ALBINO FELIPE SIRO
El 27 de diciembre pasado falleció Albino Felipe Siro, quien tenía 56 años.
Había nacido en Tandil, el 21 de septiembre de 1960.
Felipe, como todos lo conocían, era el segundo de hijo de Delia Alvarez (f) y Felipe Siro (f). Sus hermanos eran Graciela y Eduardo.
Hombre de trabajo, se dedicó a la albañilería y a lo que apareciera.
Felipe fue muy buen amigo.
Lamentablemente una enfermedad lo fue deteriorando de a poco, hasta terminar con su vida siendo aún muy joven.
Su vida transcurrió en el barrio de El Tropezón, donde cosechó muchas amistades.
Era soltero y no tenía hijos, pero disfrutó de los sobrinos, quienes -junto a tíos y al resto de la familia- siempre lo tendrán presente.
V OSVALDO R. ROSAS (“TITO”)
El pasado 26 de diciembre, a los 85 años, falleció Osvaldo R. Rosas, conocido como “Tito”.
Había nacido en el barrio de la Estación y durante 25 años fue maquinista del ferrocarril. Luego pasó a adquirir el taller de frenos llamado Ro-Vi-Fren.
Su familia destaca que fue un ejemplo de honradez y honestidad, inculcando a sus nietos su pasión por la pesca.
Sus restos fueron velados en casa Alessi y Manna, recibiendo inhumación el martes 27.
“Tito: te recordaremos con mucho cariño. Tu esposa, hijos, nietos y demás familiares”.
ABEL RODOLFO YANNONE
El 28 de diciembre se produjo el deceso del querido y respetado vecino, Abel Rodolfo Yannone.
Había nacido en Balcarce, el 5 de junio de 1951 y durante la primera etapa de su vida laboral se dedicó a las tareas rurales en la zona de Napaleofú, La Alianza y San Manuel.
A comienzos de la década del ’80 se radicó en Tandil e ingresó a trabajar a la cooperativa El Hogar Obrero. Finalmente, hasta sus últimos días fue remisero.
En 1974, Abel Rodolfo Yannone contrajo enlace con Silvia Graciela Rodríguez. El matrimonio se vio alegrado por la llegada de tres hijas: Karina, Natalia y Soledad, quienes le dieron cinco nietos: Rocío, Valentina, Bautista, Ramiro y Matilda.
También sufren su partida su madre Magdalena, su hermano Héctor, su cuñada Alcira y demás familiares.
“Te recordaremos. Hasta siempre”.
ESTHER NILIA ROUMEC (COCA)
A los 78 años, el 27 de diciembre último falleció una apreciada vecina de Villa Italia, Esther Nilia Roumec, más conocida como Coca.
Coca había nacido en Darragueira, pueblo del oeste de la provincia de Buenos Aires, el 1 de octubre de 1938.
Llegó a Tandil cuando apenas tenía cinco años, junto a sus padres y a sus hermanos Ricardo Néstor (Chicho), Nora Mabel (Yiya), Emir Oscar (Coco) y Alberto Adrián (Chiquito). En estas tierras nació Marta Luisa, la única hermana que sobrevive a Coca.
Coca fue una mujer de trabajo que desde los 14 años se insertó el mundo laboral, cumpliendo tareas en el peladero de pollos de Vicental.
También trabajó en casas de familia y en el comedor El Gallo Rojo, al cual llegó a adquirir.
Su partida enluta a su hermana Marta Luisa Roumec de Malinovsky, a sus hermanos políticos Jorge Malinovsky y Bety Sáez, sus sobrinos y demás allegados.
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