Necrológicas
DORA ZULEMA REBOLLO Vda. DE ITHURRALDE (ZULE)
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A la edad de 81 años, el pasado 22 de enero se produjo el deceso de una conocida y respetada vecina de Tandil, doña Dora Zulema Rebollo viuda de Ithurralde, por todos conocida como Zule.
Zule había nacido en Tandil el 19 de noviembre de 1935 y es recordada por su labor al frente del comercio avícola ubicado en Del Valle y 14 de Julio.
Casada con Eduardo Alberto Ithurralde (f), tuvo dos hijos, Hugo Alberto y Sergio Gustavo, quienes le dieron a sus hijas políticas Norma Farrán y Mónica Bark.
Con el tiempo llegarían sus queridos nietos Sofi, Gastón, Eze, Stefi y Caro, y finalmente, la bisnieta Emma.
Dedicatoria
“El 22 de enero tuvimos que despedirnos de vos, abue!..
Siempre fuiste una persona muy especial para todos.
Te vamos a extrañar y recordar muchísimo, ya nada sera igual sin vos.
Ahora estás junto al abuelo, al que tanto extrañabas.
Te amamos infinitamente. Buen viaje!!!
Tus nietos, hijos y nueras”.
PEDRO ENRIQUE PALACIOS “PERICO”
El 17 de enero pasado, a los 72 años, se produjo el deceso del vecino Pedro Enrique Palacios, conocidos por todos por su apodo de Perico.
Había nacido el 25 de julio de 1944 en la localidad de Napaleofú y dedicó su vida a las tareas rurales.
Perico tuvo cuatro hijos. Durante su primer matrimonio nacieron sus tres hijas mujeres: Lucía, Liliana y Norma, en tanto que con su segunda pareja tuvo al único hijo varón, Alejandro.
“Fue un hombre que no tuvo una vida fácil, persona de pocas palabras y muchos amigos. Seguramente tenía una mochila cargada de sueños, como todos nosotros. Algunos los habrá cumplido a su manera y otros se convirtieron en sueños rotos.
Pero con todos sus aciertos y errores, sus luces y sus sombras, fue el mejor padre que pudo.
Amante de los caballos y de las domas y de las domas, fue miembro de la agrupación de gauchos de la Escuela 60.
Tuvo 15 nietos.
Hizo lo mejor que pudo en esta vida, dejó gran enseñanza y una gran lección.
Partió de este mundo el 17 de enero de 2017, a las 4, a los 72 años, dejando mucha tristeza y dolor a sus seres queridos.
Siempre te recordaremos, Perico querido. Cada instante y cada sonrisa compartida quedará en lo más profundo de nuestros corazones.
Cuídanos desde el cielo, Viejo!. Te amamos Pá!
Lucía y Ale”.
HUMBERTO LUIS CECI (CHICHE)
El 14 de enero pasado partió al Cielo Humberto Luis Ceci, conocido entre sus allegados y amigos por el apodo de Chiche.
Había nacido el 26 de julio de 1936 en la ciudad cordobesa de Laboulaye.
En el año 1960 conoció Tandil y decidió quedarse a vivir. Para él Tandil era su ciudad, ya que aquí formó su familia y tuvo su fábrica de tejidos de alambres por 40 años .
Dedicatoria
“Partiste. Ya no estás, seguramente te fuiste a alambrar el cielo.
Nos esperaste a todos y a cada uno. Te fuiste a dormir la siesta y partiste justo a esa hora en que te preparabas para disfrutar el fin de semana con los tuyos.
Esta vez, cambiaste el recorrido y te fuiste solo, pero nos dejaste todo: tu amor, tu grandeza, tu honestidad, tu sencillez, tu ejemplo de laburante, de esposo, padre y abuelo.
Estás en nuestros corazones y allí permanecerás por siempre.
Como dice Juan en el Evangelio: ‘Yo soy la Resurrección y la Vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás’”.
Tu familia”.
MARTA ROSA CONTRERAS DE SORROCHE
El pasado 16 de enero, a los 70 años, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se produjo el deceso de la vecina Marta Rosa Contreras de Sorroche.
Nacida en Olavarría el 14 de septiembre de 1946, residía en Tandil desde hace cuatro décadas y media.
En el año 1972, cuando sus padres ya vivían en Tandil y ella estaba afincada en la Capital, decidió casarse con quien sería su gran compañero de vida: José María Sorroche.
Buscando calidad de vida, el matrimonio eligió a esta ciudad para afincarse y construir una familia que hoy goza del afecto y el respeto de la comunidad.
Con el tiempo fueron llegando los hijos Gustavo, Mariano y Sol; los hijos políticos Leticia Fernández, Gabriela Alvarez y Andrés Godoy Correa. La alegría se multiplicó ante la llegada de cada uno de sus nietos: Nicolás, Mateo, Gonzalo, Simón, Gregorio y Quimey; así como con sus nietos del corazón Franco, Ornella y Delfina.
Además de las tareas propias vinculadas a la formación y atención de la familia, Marta Rosa Contreras de Sorroche trabajó junto a su esposo en la gestoría. Por si fuera poco, de grande desarrolló su vocación de maestra en escuelas estatales y en el colegio Estrella de Belén, cumpliendo así también el sueño que la motivara cuando de joven optó por estudiar.
Marta Rosa era una mujer frontal, con pocas vueltas. Y de esa manera partió. Vivió con pasión y era una mujer de fe que estaba siempre dispuesta a ayudar y a aconsejar a quien lo necesitara, regida por los principios contenidos en el Evangelio, al que tanto defendía.
Hoy su familia la despide con amor y observa en ella un ejemplo que guiará desde el Cielo a cada uno de sus integrantes.
MARTA LILIANA HERRERA DE SOSA
El 20 de enero, a los 60 años, se produjo el fallecimiento de Marta Liliana Herrera de Sosa, una querida vecina.
Conocida por todos como Lili, había nacido en Necochea el 25 de julio de 1956.
A los 21 años, al casarse con Orlando César Sosa, se radicó en Tandil. La llegada de cada uno de los tres hijos -Walter Javier, Diego Orlando y Martín Osvaldo- fue motivo de alegría.
Luego el grupo familiar se iría ampliando con las hijas políticas Eva y María; y sus queridos nietos Tania, Melany, Brisa, William, Lara y Jonatan.
Lili fue ama de casa y tuvo un activo rol en la crianza de sus hijos, en tanto que en los últimos tiempos se desempeñaba en Villa Don Bosco.
Su familia la recuerda como una buena mujer, madre y abuela ejemplar, concepto con el que coinciden quienes tuvieron el placer de conocerla.
DONATO MIRRA
A los 84 años, el 16 de enero pasado dejó de existir Donato Mirra, un inmigrante italiano que hace más de medio siglo eligió a Tandil como su lugar en el mundo debido a los recuerdos que esta comarca le traía de su tierra natal.
Donato había nacido el 14 de abril de 1932 en la comuna Sant’Elia a Pianisi y en 1952 llegó al país -donde ya vivía una hermana- junto a su padre y a sus hermanos.
Como muchos inmigrantes que llegaron al país tras la guerra, los Mirra apostaban a progresar, poniendo de sí el esfuerzo denodado y el trabajo honesto.
Inicialmente Donato se radicó en La Plata, donde conoció a su compañera inseparable, Lucía Lavallen.
Antes de llegar a Tandil en 1965, el matrimonio ya tenía tres hijos, un varón y dos mujeres, en tanto que luego llegaría la hija menor.
Primeramente Donato ingresó a trabajar a una fábrica tandilense, hasta independizarse y abrir su recordado taller de bobinados.
Donato Mirra era además un apasionado por la música. Ya a los 18 años tocaba el clarinete en una banda en su Italia Natal, en tanto que junto a sus hermanos y amigos integró en La Plata el grupo “Característica Tropical”.
Fue además un gran ejecutor del acordeón.
De grande ese amor por la música lo canalizó a través de los varios coros que integró, entre ellos el Municipal de la Tercera Edad. Fue feliz también en el taller de canto de Esteban Arévalo, donde participaba a su nieta.
Dedicatorias
“Ese 16 de enero, apenas empezaba cuando decidiste partir hacia un lugar donde no existe el dolor…
El tiempo que nos regalaste lo disfrutamos lo mejor que pudimos, cada uno a su manera, pero con el mismo amor.
Hoy queremos recordarte feliz en tu taller de bobinados con el que sacaste adelante a toda la familia, en el campo que tanto disfrutabas, cantando con los coros y las muestras del taller de canto donde entre risas y canciones hacías lo que tanto amabas: cantar!.
Acompañarte en esos momentos, verte sonreír y disfrutar, es lo más hermoso que nos regalaste.
Siempre amabas la música, desde tu Italia natal donde empezaste en la banda, durante toda tu vida le dedicaste un tiempo a la música.
Hoy solo nos sentimos agradecidos con Dios por habernos permitido tenerte durante 84 admirables años y sabemos que -a pesar de que ya no vemos ese ‘envase’ físico- vos nos estás acompañando igual en todo momento, porque vivís en nuestros corazones.
Te amamos”.
“Tu compañera de toda la vida te extraña mucho. Te voy a extrañar hasta el fin de mis días. Un beso y un abrazo enorme.
Lucía.”
MARTA AZUCENA TORRES DE MOLINA
A los 71 años, el 19 de enero falleció la vecina Marta Azucena Torres de Molina, una mujer que residió prácticamente toda su vida en Villa Italia, en Dinamarca al 400,
Había nacido en Tandil el 10 de octubre de 1945 y era la única hija de Aurelia Luisa Torres.
Laboralmente se desempeñó durante más de una década y media como mucama del Sanatorio Tandil, inicialmente en los pisos y posteriormente en quirófanos.
Marta Azucena Molina formó su familia con Mario Valentín Molina, cuyo deceso en marzo de 2010 fue un duro golpe del cual no pudo recuperarse. El matrimonio tuvo un único hijo, Mario Alberto.
La familia se amplió luego con la llegada de los cuatro nietos: Cristian Gabriel, Matías Valentín, Facundo y Franco Molina, y posteriormente con los muchos bisnietos.
Marta Azucena era una abuela presente que brindó -y recibió también- mucho amor a sus nietos y bisnietos.
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