Se abrió un curso de introducción a la equinoterapia en la Universidad y buscan que se dicte una cátedra
La Asociación Tandilense de Equinoterapia “La Paloma” cosechó importantes logros en el último tiempo que llevan al reconocimiento y jerarquización de la disciplina, que a partir de ahora forma parte de las actividades extracurriculares de la Unicén. Y la expectativa a futuro es que se introduzca como cátedra de posgrado.
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Julieta Malleville, una de las integrantes de la asociación, explicó que parte del objetivo social que persigue “La Paloma” incluía establecer un vínculo con centros educativos superiores y principalmente con la Unicén y la Facultad de Veterinarias.
“Nosotros como institución hace como 5 años que somos centro formador de especialistas en equinoterapia. No hay una carrera a nivel universitaria ni en Argentina ni en el mundo, sino que uno se va formando a través de distintas disciplinas, y luego puede participar en un equipo porque en la equinoterapia lo fundamental es que sea a través de un equipo de personas, es una trasdisciplina”, sostuvo.
Hace aproximadamente 3 años que comenzaron a vincularse con la Secretaría de Extensión de la Facultad de Ciencias Veterinarias para poder concretar este proyecto de formación en terapias con caballos y aseguró que se sienten “muy agradecidos”.
Voluntariado
El año pasado presentaron un proyecto de voluntariado universitario para formar alumnos de distintas universidades. El mismo fue ganador a nivel nacional por lo cual recibió un financiamiento de la Secretaría de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación de Nación para llevar adelante el proyecto por un año.
“Para poder desarrollarlo nos pareció interesante en ese proyecto vincular con la parte que tenemos de un programa de becas con equinoterapia en adultos mayores, porque para nosotros es un proyecto innovador que empezamos a implementar desde agosto de 2016”, manifestó.
Laura Malleville explicó que tienen 50 adultos mayores beneficiarios de becas que vienen del Hogar San José y que participan del taller de equinoterapia, así como también algunos del Hogar Santa Pilar, por un convenio con la Secretaría de Desarrollo Social.
Ese proyecto fue presentado en un concurso de mentes transformadoras en el cual quedaron finalistas y fueron a presentarlo a la Casa Rosada.
“El financiamiento actualmente sigue siendo de nuestra asociación, y los donantes individuales que aportan a través del sistema con tarjeta de crédito, o con el convenio que tenemos con tarjeta Naranja, ese recurso que se obtiene a través de ganar el otro proyecto también va a ser destinado a poder sustentar parte del programa, es para la preparación de los alumnos del voluntariado”, indicó.
El curso
Julieta Malleville explicó que a partir de haber sido ganadores del proyecto de voluntariado, desde la Facultad de Ciencias Veterinarias consideraron que había que hacer “algo más”.
Y así fue como se abrió el curso introductorio a la equinoterapia destinado a estudiantes de la carrera de veterinarias de todos los años.
En tanto, confió que “nuestro fin como organización es que se introduzca como una cátedra de posgrado en lo que es terapias asistidas porque así existe en distintos países del mundo”.
En cuanto al curso, que ya comenzó a dictarse, Laura Malleville admitió que “superó las expectativas tanto de la facultad como las nuestras porque se inscribieron cerca de 112 y era para 30. Tuvimos que ajustar nuestros horarios para poder incorporar más alumnos y hacer un doble turno, hicimos dos comisiones de 30, así que pudimos cubrir 60. Se hizo por sorteo a través del centro de estudiantes, ya hace 2 semanas que dimos inicio”.
Un despertar
Por su lado, Mariana Galufa afirmó que “yo soy ex alumna, y veterinaria. La verdad que ver y encontrarnos con seres tan sensibles es un cambio, chicos de todos los años desde primero hasta algunos que están preparando la tesina, y hubo preguntas de por qué decidieron hacer el curso y todos con ganas de ayudar”.
Y explicó que muchos descubren que “a través de los animales pueden ayudar a otros”.
Laura Malleville señaló que el mensaje que buscan transmitirle a los alumnos es que “no solo se puede ser veterinario desde un lugar estructurado, sino también de los beneficios que los animales nos pueden brindar, así que fue un despertar”.
“Muchos nos dieron la gran noticia de que estaban nuevamente entusiasmados, o que había habido como un clic en el cual ellos estaban inmersos en la veterinaria todavía buscando el para qué y que a través de esta nueva apertura, esta puertita que se les abría de las terapias con animales, lo habían encontrado”.
El curso tiene una duración de 3 meses y quienes brindan la capacitación lo hacen ad honorem.
Una gran oportunidad
“Este curso es un inicio para ver la demanda de los alumnos, que están necesitando, que podemos brindar desde la asociación, y darle a Tandil también este pasito adelante porque esto es algo que se viene, que en Europa se trabaja muchísimo, y la idea es poder entrar a que más chicos se interesen por la investigación científica y eso tiene que ser a través de las universidades”, argumentó.
Por tal motivo, consideró que se trata de “una gran oportunidad, para Tandil, para la Facultad de Veterinaria, para la equinoterapia, y para este bien común que creemos de los beneficios de la terapia pero que hoy en la Argentina está faltando documentar, y eso solamente se hace a través de la investigación científica. Así que este entusiasmo nos marca que vamos por buen camino”.
En esa línea, adelantó que el curso es un “puntapié inicial” para que haya una cátedra.
“En cualquier sistema educativo tiene todo un protocolo, debe pasar un tiempo como cursos extracurriculares hasta ver el impacto que tiene, el cual hasta el momento fue brutal y las expectativas son buenas, así que es el objetivo y la facultad también lo tiene pensado. Nuestras ganas y pasión tiene que ver con que ya se está haciendo en otros países y queremos que en la Argentina estemos un poquito más adelante”, señaló.
Pioneros en equinoterapia con adultos mayores
Días atrás, integrantes de “La Paloma” estuvieron presentando su trabajo con adultos mayores en el Foro Latinoamericano de Equinoterapia en Brasil, porque no solo son uno de los pocos centros del país que trabajan con adultos mayores y sino que también hay muy pocas asociaciones que lo hacen en Latinoamérica y en el mundo.
“En nuestro caso son adultos mayores en estado de vulnerabilidad o de vejez frágil, aquellos que han sido institucionalizados. Fue un desafío para nosotras pero los resultados son maravillosos”, evaluó Laura Malleville.
Una inyección de entusiasmo
Consideró que “se les ha dado una inyección de entusiasmo porque son personas que están como esperando el momento, y a través de nuevas experiencias con caballos reviven situaciones de su niñez, nace el entusiasmo. En el hogar nos contaron que por ahí tienen ganas de levantarse de la cama, de bañarse y eso es maravilloso para nosotros”.
El programa que se desarrolla con adultos mayores también ocurre con el de Hogar Los Peques, que son niños judicializados, y buscan demostrarles que la “pueden pasar bien, que hay una manera amorosa de tratarlos, el respeto sobre los animales, que sean queridos, plantar esa semillita, porque el cerebro lo grava y en algún momento lo busca, porque lo que no conoce no se puede buscar”.
“Si a un niño le puedo mostrar que hay otras maneras, el día de mañana puede ser un niño resiliente, uno quiere dejar instalada en ese ser una semilla”, manifestó.
Y destacó la importancia de los veterinarios en la equinoterapia porque “este animal que tiene que estar a nivel físico, mental, muy bien, no es el caballo de desecho, sino por el contrario”.
“Nos contaban en veterinaria que están acostumbrados a ver al animal como en partes, como una cuestión muy orgánica o desde la producción, y nosotros apuntamos a qué me da el caballo más allá de lo económico”, sostuvo.
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