Un ciclista que fue arrollado por un camión pide que el chofer dé la cara
El accidente sucedió el lunes 2 de noviembre cuando un camión Mercedes Benz, patente AKJ 989, con el logo del Servicio de Vialidad Nacional, que circulaba por la avenida España en dirección al Calvario, atropelló a un ciclista que iba en el mismo sentido. El hecho ocurrió cuando el camión dobló hacia la derecha, atropellando de ese modo a la bicicleta.
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Adrián Bang, el ciclista involucrado, se acercó a El Eco de Tandil a contar lo sucedido y pidió que el camionero dé la cara.
“En 30 años de andar en bicicleta nunca me pasó algo así, y se dio la fatalidad de que en el momento en que estaba alineado con el camión el chofer dobló y quedé de costado debajo de los tanques de agua y el combustible, y entre las ruedas. El pedal de ese lado de la bicicleta se me clavó en el tobillo. Fue un apretón considerable, la lesión fue menor pero la bicicleta quedó comprimida entre las ruedas delanteras y traseras”, explicó.
Y afirmó que la bicicleta era “una reliquia, era la mejor bicicleta de competición en ruta que había hace 25 años, y el año pasado estaba nueva, tenía 120 kilómetros nada más cuando la compré. Lo único que se salvó fueron partes mínimas como el caño del asiento, el piñón. En la competición en ruta no hay golpes ni saltos, entonces que se haya comprimido entre las ruedas de un camión la destruye por completo”.
La actitud del camionero
El reproche del ciclista apunta a la actitud que tuvo el camionero, Fernando Gutiérrez, quien en primer lugar habría intentado darse a la fuga y ahora desapareció sin preocuparse más por Bang.
“Ni bien levanté la cabeza vi el camión a media cuadra y al rato escuché, mientras me retorcía de dolor, que alguien decía ´no lo podés dejar así´”, rememoró.
Sin embargo, momentos después “vi del conductor una buena voluntad arrolladora, evidentemente atajándose del abandono que había hecho en primera instancia, y de que posiblemente me haya visto cuando estaba doblando, creo que no puede no haberme visto”, especuló.
Y consideró que “tal vez se sintió muy comprometido y por eso me quiso dar plata para el remís y prestarme una bicicleta. Fue a hacer la denuncia al seguro pero después de eso nunca más me atendió el teléfono, yo le dejé mensajes en el contestador y jamás me contestó. El bicicletero me dijo que el que ve la bicicleta así no puede creer que el que iba en ella está vivo”.
“Yo quiero que reconozca mi bicicleta, porque para mí era algo invaluable, quiero que reconozca el valor y la dimensión de lo que pasó”, concluyó.
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