Cruce entre la policía y un grupo de jóvenes en Las Tunitas
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Un nuevo cruce se registró anoche entre efectivos de la policía y jóvenes que habitan en el barrio Las Tunitas, que incluyó piedrazos y la utilización de balas de goma por parte de los uniformados para dispersar a los revoltosos.
Todo comenzó a gestarse pasadas las 21.30 cuando se estaba llevando a cabo un operativo vehicular.
La policía interceptó a una moto que era guidada por un menor y al realizar el cruce informático, el rodado presentaba pedido de secuestro activo, por lo que se procedió al secuestro y a aprehender a su ocupante.
El hecho
En el momento en que la policía estaba realizando el secuestro del rodado, apareció en escena un grupo de jóvenes que comenzaron a arrojar piedras al móvil policial y también al Destacamento que funciona en el lugar.
Ante el ataque, llegaron más policías y fue en ese momento que se produjo la mayor tensión, con personas que no fueron identificadas lanzando piedras de todo tipo y tamaño y la policía reprimiendo con balas de goma para dispersar a los atacantes.
Al llegar El Eco de Tandil al lugar se encontró con varios móviles y motos de la policía custodiando el Destacamento ubicado en Juldain y Fortineros, y recorriendo el barrio a modo de prevención.
Vecinos
Un grupo de personas, situada a unos 100 metros del núcleo central donde había sucedido el conflicto, en diálogo con este medio mencionaron que “siempre pasa lo mismo, es el mismo grupo que acá hace de todo y no se los puede tocar. Ahora atacaron a la policía, que había agarrado a uno con una moto robada”.
Los indignados vecinos también mencionaron que “todos saben que el grupo hizo esto, es el que se junta a una cuadra del Destacamento, prenden fuego e ingieren distintas cosas. Es increíble que en este barrio los comercios tengan que cerrar temprano porque nunca se sabe si van a romper algo o robarles”.
Para completar el panorama que presentaba la fría noche, un ciudadano que trabaja en las instalaciones del club Defensores del Cerro, expresó que “a nosotros hace poco nos arrancaron la puerta para prenderla fuego. Hacen lo que quieren y siempre con una actitud desafiante. Ahora estamos buscando los recursos para poner rejas”.
La situación se torna preocupante y como dijo una señora a este medio: “Con la llegada del invierno, al oscurecer más temprano, tenemos que tomar mayores recaudos para buscar que no nos pase nada. Acá sabemos quiénes son los que trabajan y se esfuerzan todos los días de manera digna, buscando el bien para sus familias. Pero también conocemos quiénes son los que están en la joda, hay mucho menor delincuente que se mueve con absoluta impunidad. No los frena ni la presencia policial, es más, los enfrentan porque saben que si los atrapan entran y salen por la otra puerta”.
Piedras
La táctica utilizada por los uniformados presentes en el lugar fue la de buscar que la situación se apaciguara. Este medio pudo corroborar cómo un grupo de 10 jóvenes pasaba a escasos metros del Destacamento e insultaba a los efectivos, como buscando la reacción violenta de éstos, que no se produjo. Pasados los minutos los móviles presentes en el lugar comenzaron a recibir nuevamente piedras que caían, según lo narrado, desde distintos sectores, por lo que si bien hubo un refuerzo de custodia para el Destacamento, los vehículos de la policía, para evitar roturas, debieron apartarse del lugar.
Estadísticas
La policía tiene bien determinada cuáles son las zonas de mayor problemática en la ciudad, por lo que siempre se requiere de una mayor atención.
Las Tunitas es uno de los barrios en donde se genera la mayor conflictividad, donde vecinos incluso padecen la inseguridad de aquellos con los que conviven a escasos metros en la misma cuadra. Así lo indican las estadísticas que la policía tiene y así lo expresan los propios vecinos del barrio, cansados del accionar violento de varios jóvenes que habitan el lugar.
Una vez más, como ocurriera en el verano, cuando hubo una batalla campal con la intención de prender fuego el Destacamento, anoche, un desafiante grupo tuvo la excusa necesaria de arremeter contra la policía, buscando evitar el secuestro de una moto robada.
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