Una estudiante vivió una gran experiencia en Las Grutas con la Fundación Marybio
La vivencia de Laura Colman comenzó cuando estaba de viaje en Las Grutas y quería ir a bucear. De casualidad, consiguió un folleto de la Fundación Marybio y como no encontró ninguna dirección, envió un mail a la página. Dejó un celular informando que era estudiante de Ciencias Veterinarias de la Unicén y que se marchaba al día siguiente.
Cuando llegó a la playa, tenía un mensaje de texto de Alejandro, el director de la fundación, quien le dijo que al otro día hacían una salida en la lancha y la invitaron a sumarse: ?Yo me puse muy contenta, es raro que te contesten así de rápido?, contó Laura.
La fundación se vincula a la comunidad para educar ecológicamente y tiene dos proyectos: de ballena franca y el de las toninas, y los integrantes estudian a los individuos de cada población. Cada año realizan un registro y secuencialmente, observan si son afectados por el avance del hombre en la zona, sea por la pesca o por el turismo, porque muchas veces, para cazar los atunes, los pescadores llevan consigo a los delfines. ?Mucho no se respeta, la caza de ballena tampoco. A veces es más cómodo el ?ya que salimos a pescar, pescamos todo??, consideró la estudiante que desde pequeña manifestó gran admiración por la fauna marina.
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Sobre Marybio
La fundación está ligada con la investigación científica de la fauna marina y tiene un convenio con Bélgica. La filosofía que persigue, asegura que la ciencia y el conocimiento son la base de la conservación y protección de la fauna.
Los integrantes son belgas y argentinos y tienen su base de investigación en Las Grutas y su sede, en Capital Federal.
El director, Alejandro Cammareri, es veterinario y estudió en la Universidad de Buenos Aires. Vivió dos años en Brasil, donde trabajó con delfines.
En Marybio también cuentan con una asesora científica que es belga y tiene otros colaboradores y biólogos.
El objetivo que tienen como fundación es llegar a un mejor entendimiento de la fauna marina y su interrelación con el ecosistema.
Mar adentro
Cuenta Laura que al día siguiente que recibió el mensaje, salieron en la lancha a las 9 y enseguida divisaron dos toninas y las siguieron. Mediante cámaras especiales tomaron fotos de las aletas, porque ?la dorsal de cada una es como una huella digital, de esa manera se las identifica?, informó.
Estuvieron allí hasta las 13.30 y según sostuvo la tandilense, ?me encantó y me sirvió para darme cuenta de que uno dice `yo quiero estudiar esto y dedicarme´ y hasta que no lo vivís, no te das cuenta?.
Actualmente sigue en contacto con la fundación e intentará regresar para seguir colaborando. A la vez, está tratando de realizar las aproximaciones necesarias para cursar especializaciones en biología marina, que es un área que la Unicén no ha profundizado.
También está interesada en la rama de producción ictícola, que le permitirá conocer más a fondo la anatomía de los peces con los que quiere trabajar.
?Esta experiencia me enseñó que todavía hay gente que se preocupa por este tema, que son abiertos a la comunidad. No es tan importante tener estudios, porque podés colaborar con sólo ser mayor de dieciséis años. Se puede conocer la naturaleza, tener contacto con los proyectos. Es una manera de educar?, aseguró y agregó que para ella lo más importante es que los ecosistemas convivan, lograr un desarrollo sustentable y encontrar un equilibrio.
Para conocer más sobre el sitio se puede ingresar a http://www.marybio.org.*
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