Vecinos de Lavalle al 1700 afirman que la zona es ?tierra de nadie?, con robos diarios
Habitantes de viviendas cercanas al edificio cuya construcción fuera abandonada por una empresa porteña y posteriormente tomado por ocupantes ilegales expresaron el calvario que atraviesan, dado que entienden que ?la inseguridad es total?.
El miedo es tal que antes de efectuar cualquier manifestación pidieron encarecidamente la reserva de identidad, ya que los ejemplos de represalias abundan.
?A unos vecinos les robaron hace 21 días, denunciaron el caso y la respuesta que recibieron fue un nuevo robo, en este caso en un galpón?, marcaron. ?Les violentaron una reja y rompieron con una llave tubo una puerta trasera, tras lo cual se llevaron todo lo que encontraron a su paso?.
Pero el caso no es el único, ya que a diario hay robos, desde acciones de rateros hasta asaltos como los sufridos en su momento por varios remiseros y ?más cerca en el tiempo- por un delivery de una rotisería.
Paralelamente, ?es habitual y frecuente ver muchos patrulleros porque día por medio allanan el lugar, pero la cosa sigue y tras los operativos masivos nadie patrulla y esto es tierra de nadie?, se escuchó.
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En la incertidumbre
Una vecina señaló que ?la policía nos dice que no puede hacer nada porque fiscalía no les da la orden de detención, pero no sabemos qué hacer y con qué nos vamos a encontrar cuando abrimos la puerta de nuestras casas?.
La situación llega a tal grado que los vecinos no quieren salir de sus casas. ?Hubo quienes el fin de semana no podían eludir una cena, por lo que salieron a pie para tomar un remís como a dos cuadras. Hay que salir escondidos para que los ladrones no vean que la casa queda sola. Si los ven irse, saben que son robados. No se sabe a quién le toca cada día?.
Otra voz expresó que ?esto es tierra de nadie, pese a que pagamos nuestros impuestos y esperamos soluciones. Sólo hay patrulleros cuando hay allanamientos, si no, parece que tuvieran miedo de cuidarnos?.
Los residentes en la zona dicen saber quiénes causan esa situación, pero no pueden esperar demasiado de la fuerza de seguridad. ?El martes estaban allanando y entraban menores con botellas de cerveza delante de la policía, que no los vio?, se dijo con indignación.
En el amplio terreno se encuentra emplazado un edificio de tres plantas y también se han hecho viviendas precarias.
?Puntualmente los del problema son los del edificio. La otra gente ha hecho casitas y no se mete?, se dijo en otro momento.
Como base de tal afirmación se ejemplificó que ?tras un robo había como una huella de hormiga entre la casa robada y el edificio, ya que había cosas que se les había caído a los ladrones. Pero la policía no pudo allanar porque no había orden del fiscal?.
Un clamor
La seguridad en la zona es un pedido que se ha transformado en un clamor.
Alguien se acercó al director de Seguridad, dado que ?los vecinos queremos que el Intendente nos garantice seguridad. Son muy pocos los que están robando: seis o siete a la sumo?.
Pero son los suficientes para alterar el ritmo de vida de una barriada que era tranquila y que soñaba con el progreso cuando hace una década y media la firma Tarraubela anunciaba el complejo habitacional.
Ese sueño quedó trunco y la inseguridad es tal que ni determinados servicios quieren entrar a la zona. ?Cuando tomamos determinados remís tenemos que darles un código para que vengan, porque no quieren venir?, se dijo.*
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