Ahora testean a pacientes con rinitis y congestión nasal, lo que podría incrementar los diagnósticos
El infectólogo Jorge Gentile coincidió con la decisión de considerar sospechosos de Covid-19 a las personas que presenten mucosidad. Consideró que provocará “abundancia de testeos y se va a diagnosticar más”. Destacó que entre el 20 y 40 por ciento de los casos son asintomáticos. Respecto de la segunda ola, señaló que “está más cruda, pero también estamos más inmunizados” y destacó que los cuadros médicos se encuentran más preparados.
El infectólogo Jorge Gentile, integrante del Comité de Seguimiento del Covid-19, evaluó las particularidades de la segunda ola de la pandemia y la incorporación de otros dos síntomas –rinitis y congestión nasal- en torno a la configuración del caso sospechoso. Coincidió con la medida dispuesta por el Ministerio de Salud de la Nación, ya que redundará en “abundancia de testeos” y permitirá incrementar los diagnósticos, teniendo en cuenta que entre el 20 y el 40 por ciento de los infectados son asintomáticos.
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El diálogo con Eco Noticias, el reconocido especialista sostuvo que incorporar las rinitis y congestiones nasales como señales posibles de contagio, “va a diagnosticar más casos si se hisopa, probablemente” y agregó que “esos síntomas se llaman sospechosos porque no confirman, entonces lo que va a provocar es una abundancia de testeos y se va a diagnosticar más”.
En ese sentido, consignó que “hay que considerar que un 20 a 40 por ciento de los casos son asintomáticos. Entonces, por eso, cuando uno pueda detectar algo por un síntoma que se supone que es el que transmite más, hay que hacerlo. Me parece bien esa determinación”.
Más inmunizados
Por otra parte, ratificó que en estos momentos “la gran masa de gente” afectada por el Covid-19 está entre los 30 y 59 años, pero aclaró que no ocurre sólo en Tandil sino en todo el país. En tanto, indicó que todavía no se sabe si se debe a que la población más adulta permaneció aislada o si es efecto de la vacuna.
El infectólogo analizó que esta segunda ola “está más cruda, pero también estamos más inmunizados, de alguna forma” y evaluó que “estamos en medio de la pandemia, entonces todo lo que veíamos que sucedía en Bérgamo, en París o en Nueva York está sucediendo acá. Es lo mismo que se manifiesta con esa intensidad”.
En cuanto a las ventajas, sopesó que “quizás hay más ejercicio en habilitar camas y los cuadros médicos se han hecho más confiables en lo que hacen porque están tratando Covid hace más de un año. Entonces, conocen más de los tratamientos, de las posibilidades, del uso de los recursos adecuados. Creo que desde ese punto de vista, ese training dio cierta ventaja y un poco de resistencia para aguantar esta fase”.
En igual sentido, reparó en que la ciudadanía también se entrenó. “En la población también se observa. Creo que está más compenetrada y comprende más cómo es la situación, en cuanto a la demanda médica por ejemplo”.
El sistema de salud
Al evaluar los datos actuales acerca de la situación epidemiológica, sostuvo que “no hay muchos más números ni más situaciones que las que se reflejan en los partes diarios. Se han atendido casi 16 mil enfermos, más de 300 han fallecido, las clínicas de la ciudad y el Hospital están completos en cuanto a saturación, en cuanto a camas y a posibilidad de atención”.
Respecto a la realidad que atraviesan los centros de internación, reconoció que “eso ya lo sabíamos y lo aceptábamos, porque es una pandemia. Entonces, el sistema se fue acomodando. Está ocupado pero sabiendo que casi se triplicaron las camas de terapia intensiva. Lo mismo las instituciones privadas que albergan cada una entre 15 y 20 casos de Covid internados. Se ha dispuesto casi todas las posibilidades sanitarias para atender el Covid”.
Prioridades
En simultáneo, explicó las decisiones que tomaron los centros sanitarios ante el coronavirus, que se vieron obligados a postergar algunas intervenciones. “Si hay epidemia, hay riesgo, entonces se le da más prioridad. Se trata de atender al que está con Covid comprometido severo y a su vez, el resto de las patologías se siguen atendiendo. Partos va a seguir habiendo, los oncológicos y las cirugías oncológicas también, y las de urgencia también”, enumeró.
Por otra parte, expuso que “esto no lo inventamos nosotros, es un organigrama. Cuando una institución tiene más del 15 ó 20 por ciento de las camas ocupadas con Covid, las cirugías programadas se suspenden, es decir aquellas que no es inmediato operar y que pueden postergarse. Las que son urgentes, como traumatismos, relacionadas a cardiología, por ejemplo un stent o la atención de un infarto, eso sigue como siempre”.
“No es tan fácil”
El infectólogo no atinó a dar un plazo para que las restricciones y el esfuerzo de los tandilenses comiencen a redundar en una baja en los contagios. Ante la consulta puntual, admitió que “es la pregunta difícil”.
“Todas las medidas que se tomaron son las de siempre, sabemos que tienen parte de eficacia pero son difíciles de sostener, están con el techo bajo y el piso alto”, evaluó.
Como hipótesis de un escenario ideal, compartió que para que no se contagie nadie, la indicación sería “no respirar”, entonces “es muy difícil” y agregó que “no se sale, no se trabaja, no hay transporte, entonces se puede tolerar esa situación o implantar hasta que se puede. Creo que se va a ir liberando”.
Con respecto al correlato en los partes en cuanto al número de casos, advirtió que “habitualmente son dos o tres semanas que uno cree que tiene que haber reflejo de las medidas, con lo cual somos cautos porque es como si nosotros manejáramos la epidemia, y eso no es verdad. Como si nosotros cerráramos esto y sucede tal cosa, no es tan fácil. Ya nos pasó en la otra etapa también, que hubo un confinamiento extremo sin resultados visibles a largo plazo”.