Con duras críticas contra las instituciones de la ciudad, marcharon para pedir justicia por Úrsula
Al igual que en el resto del país, una importante cantidad de mujeres se movilizó para exigir justicia por la joven que fue víctima de femicidio en la localidad de Rojas. Realizaron contundentes reclamos contra el funcionamiento de la Comisaría de la Mujer, la Fiscalía, Defensoría, el Servicio Local de la Niñez, la Dirección de Género y los Juzgados de Familia en Tandil.
En consonancia con lo que sucedió en el resto del país, ayer por la tarde se realizó una movilización para exigir justicia por el femicidio de Úrsula, la joven de 18 años que fue asesinada de 15 puñaladas en la localidad de Rojas. Durante la manifestación, realizaron contundentes críticas a la labor de las instituciones que están vinculadas con el delito de violencia de género en Tandil.
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Cabe recordar que Úrsula Bahillo apareció asesinada de 15 puñaladas en un descampado en la ciudad bonaerense de Rojas, tras encontrarse con su expareja, el expolicía Matías Ezequiel Martínez, quien ya había sido denunciado por la víctima y quedó imputado por el delito de “femicidio agravado por premeditación y alevosía”.
Ayer pocos minutos antes de las 17, gran cantidad de mujeres se congregó en la Fiscalía Especializada en Género, situada en Uriburu y Alem, donde colocaron diversos carteles que planteaban el reclamo en torno a la labor de esa dependencia. “Sin reforma judicial no hay Ni Una Menos”, “No subestimen nuestra voz”, “Vaticano (el responsable de la fiscalía citada) atendé”, “Fiscalía todo el año sin atender”, “Basta de archivar nuestras denuncias”, exponían algunas de las leyendas.
Yanina Venier, de la agrupación Mala Junta, afirmó que la Fiscalía está funcionando “mal, violentando a las mujeres que denuncian” y cuestionó que “hace un año que está cerrada la atención al público, nunca abrió sus puertas el fiscal Vaticano, lo estamos llamando por teléfono para que atienda. La Fiscalía está cerrada desde hace un año cuando se creó, con la lucha que llevó que se creara”.
En ese sentido, al fiscal Vaticano le pidieron “no sólo que abra las puertas, sino también que se forme, que deje de archivar denuncias. El porcentaje de archivo de esta Fiscalía es horroroso, denuncias de amenazas y lesiones son archivadas porque el fiscal entiende, sin perspectiva de género, que no hay mérito. Eso es un riesgo altísimo para todas”.
Por su lado, Laura Sueldo, del Frente de Mujeres del Movimiento Evita expresó que “en Tandil también queremos exigir justicia, acá también nos matan, nos violentan, nos prenden fuego, tenemos como Movimiento Evita una experiencia horrible, queremos exigir la implementación de la Ley Micaela. Hace dos años que estamos esperando que el Estado aplique esa ley”.
Más presupuesto
A canto de “Si la Justicia es patriarcal necesitamos la reforma judicial”, “señor, señora no sea indiferente, nos matan a las pibas en la cara de la gente” marcharon desde la Fiscalía hasta la Defensoría Civil, situada en 9 de Julio y Montevideo, donde colocaron carteles que expresaban que “el silencio es complicidad”, “urgente otra defensoría”, “somos las malas víctimas”.
“No hay presupuesto para que esta defensoría funcione como debería funcionar, hace años que pedimos que en Tandil se abra una nueva defensoría o se abra dentro de ésta una oficina especializada en violencia y eso no sucede por falta de voluntad política y presupuestaria porque no importamos”, cuestionó Venier.
Consideró que “es central que esta Defensoría empiece a funcionar con perspectiva de género, con celeridad de las causas, atendiendo las urgencias de las mujeres. Es importante que sepamos que después de una denuncia todas tenemos que venir aquí a solicitar patrocinio gratuito del Estado en las causas de violencia de género y familia”.
En tercer lugar, las manifestantes confluyeron en el Servicio Local de Promoción y Protección de los Derechos del Niño, situado en Alem al 1100 donde la cartelería reflejaba los pedidos de “Por un Servicio Local con perspectiva de género”, “No a la judicialización de la niñez”, “Ser mujer pobre, migrante no es delito”.
“Laburamos muchísimo contra la discriminación de quienes trabajar acá a nivel municipal, hacia las pibas que sufren violencia, a quienes no sólo no acompañan sino que en muchas oportunidades terminan quitándole a sus pibas y pibes. Estamos acá porque el movimiento que hicimos el año pasado tuvo efecto y la Dirección Municipal de Niñez tuvo que cambiar a sus autoridades, incluidas a quienes están a cargo del Servicio Local, que están prontos a irse”, sostuvo la coordinadora de la Mesa.
Frente a ese panorama, planteó que “nuestra lucha no es en vano y tenemos que modificar la lógica de estas instituciones que reproducen la violencia hacia las mujeres, violencia institucional de gente que no conoce lo que nos pasa quienes sufrimos violencia de género”.
“Basta de complicidad”
En cuarto lugar señalizaron la Comisaría de la Mujer con carteles que exponían situaciones como “A Ursula la mató el Estado. La Policía es cómplice” y en la vereda escribieron “Yo sabía que a los femicidas los cuida la Policía”.
Respecto a esa institución, Venier manifestó que “desde hace años venimos insistiendo en que son necesarios mayores recursos, mayor cantidad de oficiales con formación en perspectivas de género, necesitamos que haya un médico o médica de policía, necesitamos que se constaten las agresiones cuando la mujer sufrió violencia y no que tengamos que ir al hospital y distintos lugares ante situaciones de violencia”.
“Cuando las denuncias son contra agentes de seguridad no se tiene que realizar en comisarías, sino en las fiscalías, se tiene que acabar la impunidad. Basta de complicidad, basta de acallar a las mujeres que tienen que denunciar agentes de seguridad. De acuerdo a las estadísticas que tenemos un altísimo porcentaje de las víctimas de femicidios murieron en manos de agentes de seguridad”, sostuvo.
Luego, continuaron el recorrido y llegaron hasta la Dirección de Políticas de Género, situada en 9 de Julio al 400 donde también realizaron fuertes críticas a su funcionamiento.
Al respecto, Venier señaló que hace años que vienen señalando que la Dirección de Género “tiene una visión acotada y asistencialista de la problemática con un equipo reducido y que aún resta que se forme en perspectiva de género. Las respuestas limitadas también nos empujan a seguir en vínculos violentos cuando no hay con que darle de comer a nuestros pibes y pibas, cuando no tenemos dónde vivir”.
Evaluó como fundamental que “empiecen a trabajar con dispositivos para varones agresores, no podemos pensar que se combate la violencia de género sólo atendiendo precariamente a quien la sufre”.
“Hace 2 años que el Municipio no implementa la ley Micaela a pesar de contar con dos ordenanzas aprobadas por unanimidad en el Concejo”, manifestó.
Denuncias contra la Casa de Abrigo
Por otro lado, Venier mencionó serias denuncias respecto al funcionamiento de la casa de abrigo Martha Pelloni.
“Estamos hartas que el refugio esté siendo denunciado sistemáticamente por trabajadoras y por mujeres con sus hijos que han sido alojadas ahí en situación de extrema violencia que son revictimizadas, maltratadas, violentadas por quien coordina esa institución (Verónica Rizzardi)”, lanzó.
Y planteó que “basta de violencia en el refugio. Es el colmo que el lugar donde más necesitan contención en situaciones de extrema violencia es un ámbito donde sufren sistemáticamente violencia”.
Los Juzgados de Familia
Por último, finalizaron en el Juzgado de Familia 2, situado en Belgrano y Rodríguez, donde colocaron carteles que manifestaban “no subestimen nuestra voz”, “justicia machista”.
Allí, Venier manifestó que ambos juzgados de Familia “son responsables de violencia institucional, de no formarse en perspectiva de género y de revictimizar a muchas mujeres y disidencias que sufren violencia de género”.
Las denuncias, explicó, podría efectuarse en Fiscalía o juzgados “pero en Tandil no quieren tomar las denuncias, y mandan a las mujeres a la comisaría. Es un problema muy grande porque el volumen de las denuncias es altísimo”.
Además, manifestó que los juzgados tienen “la potestad para trabajar con los agresores y eligen no hacerlo. Necesitamos que jueces y juezas empiecen a trabajar con perspectiva de género”.
En tanto, planteó que “discriminan a las mujeres y son cómplices de sacarle los hijos a las mujeres pobres que sufren violencia de género, el año pasado los 15 días más fríos del año acamparon familias que no tienen posibilidades de vincularse con sus hijos después de pasar situaciones de violencia de género, o consumo problemático. El sesgo de clase, racista y de género que sufrimos en los juzgados de Tandil es enorme”.
“Los jueces no son elegidos por el pueblos y se creen impunes y eternos en sus cargos, son los más reacios a formarse en Ley Micaela, y es urgente que transformen su forma de funcionamiento”, concluyó.