El Juzgado Civil y Comercial 1 celebra 45 años en medio de un proceso de modernización
Hace 45 años, y en respuesta a la demanda de una ciudad en crecimiento, se creó el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial 1, del Departamento Judicial de Azul con sede en Tandil.
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Con el tiempo, la Justicia entendió que el contexto permitía avanzar con la creación del Juzgado 2 primero y el 3 después, para responder el nivel de demanda, siempre manteniendo la cabecera en la vecina localidad. Sin embargo, el camino que inició la dependencia marcó los lineamientos de una actividad que se consolidó con el tiempo.
En la actualidad en forma mensual ingresan unas cien causas, que se acoplan a las cerca de dos mil que se encuentran en movimiento permanente, en el flujo diario de funcionamiento de la dependencia.
De ese volumen la mayor cantidad refiere a juicios ejecutivos, mientras que los restantes son los que tienen derechos involucrados y que presentan una complejidad mayor. “Son los menos pero los más importantes cualitativamente”.
El titular del Juzgado, José Martín Zárate, y la secretaria, Silvia Polich, compartieron ante El Eco de Tandil la dinámica de trabajo en las oficinas de San Martín 596, el nivel de litigios y las perspectivas de avance para mejorar la calidad de los procesos.
En ese sentido el juez marcó que hace 45 años la modalidad de abordaje era “completamente distinta” e incluía visos de más cercanía. Sin embargo, en la actualidad, por los tiempos y por el aumento de la litigiosidad, la demanda judicial exige otro tipo de respuesta que obliga a modernizar el servicio “no solo en cuestiones técnicas sino también conceptuales”.
Con dos décadas de trabajo en la dependencia, la secretaria Silvia Polich recordó que en aquel momento ya era un juzgado “grande” en el que se tramitaban “muchas causas” referidas al ámbito de competencia.
Hace unos siete años, en sintonía con la designación del juez Zárate, se inició un camino que apunta a mejorar la calidad de atención y el acceso de los ciudadanos a la Justicia.
Al cambio de mirada que demandó la impronta inicial, los objetivos de los funcionarios actuales apuntan a mejorar los resultados, donde los ciudadanos, además de confiar, cuenten con los elementos para respaldar lo que se hace.
Autocrítica y cambio
Zárate admitió que desde el inicio de su gestión advirtió que la Justicia “está en deuda” y que eso no requería de mayor estructura sino de un cambio de óptica en cuanto al modo en que “nos presentamos ante la gente”, como servidores de un “bien intangible pero necesario”.
“Hubo un escenario de mucha autocrítica, de plantear cuáles son los objetivos, el lugar en el que estamos y qué es lo que tenemos que darle a la gente como respuesta”, reconoció.
Esta línea coincide con el perfil y la visión del titular del Juzgado pero además se logró gracias al equipo de trabajo que forma parte de la dependencia. “Esto no es sino el resultado de un esfuerzo colectivo; somos muchas personas que construimos la justicia y tratamos de servir, ser útiles a las personas por intermedio de los abogados”, remarcó.
Con autocrítica sostuvo que el mecanismo era “obsoleto y lento”, además “se escondía” y que “de repente debió ponerse a la altura de los tiempos, empezar a agilizar, mostrar la cara y que las falencias no podían ocultarse detrás del Poder Judicial”.
“Era una manera bastante cobarde y que nos alejó de la sociedad”, a punto tal que “todas las críticas que nos hace la gente son válidas y la única manera que tenemos de torcer la historia es trabajar más”, expresó.
Desde su perspectiva, la secretaria del Juzgado aportó al planteo al expresar que “escuchamos las críticas para mejorar el servicio de justicia que se brinda”, que también es posible gracias al equipo de trabajo que forma parte de la dependencia. “Es dinámico; todos los días se aprende y se aplican cambios en pos de la mejora del servicio”, enfatizó.
Reducción
de los plazos
En ese marco hace su aporte la adhesión al proyecto Justicia 2020 que evoca la participación ciudadana en la creación de un espacio de diálogo en el que se pueden realizar propuestas, compartir ideas y conocer los proyectos que están en marcha para mejorar el servicio de justicia.
Ello llevó a que “cualitativamente” los procesos como daños y perjuicios, cobros sumarios, o aquellos donde se discute una situación de derechos controvertidos se redujeran de un promedio de entre ocho y diez años a dos. Ese resultado en la disminución de los tiempos es lo que genera satisfacción en los ciudadanos.
“Desde que estamos en el programa, hace dos años, nos concentramos en determinadas acciones de prueba para concluir en una etapa más o menos administrada de cinco y seis meses y llegar a una sentencia ágil dentro de esos plazos”, definió el juez.
Polich indicó que esta tendencia no solo refiere a la reducción de los tiempos sino también a la posibilidad de establecer un contacto del juez con las partes ya que las audiencias testimoniales y confesionales son videograbadas.
“Antes la persona declaraba y se iba dejando constancia por escrito”, lo cual implicaba más tiempo y esa tarea se delegaba a un auxiliar de justicia, y hoy esta posibilidad permite “otra percepción de los hechos”.
A la par de este aspecto, se incluyeron otros avances que permiten agilizar los procesos, como la digitalización y la presentación de escritos electrónicos, reformas que demandaron una actualización del equipamiento para poder implementarlas.
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