En Tandil, el sector a favor de la legalización del aborto siguió el debate con gran expectativa
El sector que apoya la legalización del aborto en la ciudad, se reunió en el centro cultural La Compañía para escuchar las alternativas de la sesión en el Senado y esperar el resultado final de la votación. Una de las referentes de la Campaña Nacional por el Aborto Legal se refirió a la situación actual del tema y al futuro de la demanda por la interrupción del embarazo más allá del desenlace parlamentario.
Ayer a partir del mediodía, el centro cultural La Compañía se tiñó de verde porque un centenar de personas se reunió allí para palpitar colectivamente la histórica sesión que se realizó en la Cámara de Senadores de la Nación con motivo del debate por el proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Dicha medida consiguió media sanción en diputados el pasado 14 de junio, pero halló mayor resistencia en esta instancia parlamentaria. Ante un panorama poco alentador, con 31 votos a favor y 38 en contra, las mujeres, hombres y niños que llegaron hasta el lugar para seguir la transmisión en una pantalla gigante, aguardaron el desenlace de una discusión que hizo madurar a la democracia argentina.
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Gisela Giamberardino, referente local de la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, conversó con El Eco de Tandil sobre los vaivenes de un tema que dividió a la sociedad y ha motivado una lucha sin precedentes dentro del movimiento feminista, incipiente hasta hace pocos años.
-¿Qué sucede en Tandil con las políticas públicas existentes en torno al aborto y que pasaría si se aprueba la ley?
-El tema del protocolo no tiene que ver con esta ley sino con una legislación previa que es la de Interrupción Legal del Embarazo (ILE). Esa ley permite interrumpirlo en tres casos: enfermedad o peligro de muerte de la madre o el feto, o en caso de violación. Está vigente desde 1921. Hace tres años que tenemos la ILE en la provincia de Buenos Aires. ¿Cómo se implementa? A través de las consejerías pre y post aborto en los hospitales públicos, que deberían garantizar que, si alguna persona gestante llega solicitando el aborto por estas tres causales, por ley es obligatorio que la respuesta sea interrumpir ese embrazo. Acá en Tandil no se cumplía y desde marzo está funcionando este protocolo. En la Provincia hay una gran preocupación porque los protocolos siguen sin aplicarse con el argumento de la objeción de conciencia personal, que nunca puede ser institucional. Está siendo utilizada de manera corporativa por los médicos que ideológicamente están en contra de interrumpir un embarazo, inclusive en los casos que la ley ya contempla. Hasta hace meses si llegaba una chica en esas condiciones la derivaban a Mar del Plata porque todo el servicio del Santamarina es objetor.
Tuvimos un ping pong de situaciones y desde marzo de este año los protocolos se están aplicando, hablamos con Gaston Morando en ocasión de una reunión en el Municipio. Nos dijeron que estaba funcionando bien la aplicación. Toda institución pública tiene que garantizar un profesional no objetor de conciencia y eso no sucedía en el Santamarina. Además, debe haber un registro oficial de objetores para que cada mujer pueda acceder a esa información a la hora de hacer la consulta.
-Independientemente de lo que decidió el Congreso, ¿qué acciones van a continuar llevando adelante desde la Campaña?
-Lo que hacemos y vamos a seguir haciendo más allá del resultado del debate es monitorear las políticas públicas sobre los derechos sexuales y no reproductivos de las mujeres. “Será ley o será lucha”. Los ecos de esta lucha nos interpelan más allá de la maternidad y el embarazo, nos hace pensar cómo vivimos nuestra propia sexualidad. Empezar a pensarnos como mujeres y qué tipo de feminidad estamos construyendo.
Para resumir: haremos el monitoreo de políticas públicas sobre los tres conceptos de la campaña (Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal, seguro y gratuito para no morir).
La educación sexual no se lleva adelante en muchas escuelas confesionales, es un desafío que demanda la sociedad. Cómo se aplican las leyes, cómo podría hacerse, no son solo las denuncias de lo que no se aplica o lleva a cabo, sino que también debemos pensar estrategias a nivel local, en cada ámbito. Ver cómo hacer para llevar la educación sexual integral a todos lados y garantizar la provisión de métodos anticonceptivos.
-¿Cuáles cree que son las razones que operan en quienes están en contra de la legalización?
-Que voten a favor o en contra va a tener repercusiones e los partidos políticos, porque votan en contra de un derecho. Que la gente diga abiertamente estar en contra de los derechos, porque es un derecho que tiene que ver con la salud pública, me llama la atención.
Cuando hablamos de jerarquía católica, hablamos de que operan también a través de organizaciones de la sociedad civil. Por ejemplo Cristo rey, Conin. El doctor Albino, de Conin, está en contra de todo. Sepamos que Albino tiene una idea nefasta de la sexualidad, de lo que es ser mujer y también de la pobreza.
Me llamó la atención ver en la marcha del domingo, la de los celestes y blancos, que dicen defender las dos vidas, a un concejal radical que es Loreal, para mí es muy claro que eso es estar contra los derechos, contra la democracia.
Es un poco la razón católica y el heteropatriarcado encarnado en las mujeres, porque nos enseñaron a pensar en contra de nosotras mismas, contra el deseo y contra el goce. Hay argumentos tremendos y ofensivos. Yo creo que vivir mejor es decidir nuestras vidas con autonomía, no es menor elegir reproducirse o no, o vivir una vida sexual plena.
-¿Cuál es su visión del movimiento feminista actual?
En este régimen heteropatriarcal tenemos mucho que ganar pero nos hemos dado cuenta de que podemos tener cómplices. Construimos sororidad. Nos reconocemos cómplices a través de las opresiones que nos hermanan y eso te da la posibilidad de liberarte. El movimiento de mujeres ha enriquecido muchísimo lo que necesitábamos como sociedad. Hay nuevos modos de hacer política que nos contemplan como sujetos. No es una amenaza, pero no vamos a parar, ya nos dimos cuenta por dónde va. La novedad es que cada vez se suma más gente, de la universidad, de las escuelas. El modo de hacer política del feminismo tiene que ver con la construcción horizontal y la escucha. Logramos la construcción política de una demanda, la necesidad existe, lo que hubo que hacer fue trasladar lo que sucedía en la calle a los recintos.
Y entonces empezamos a hablar de aborto, maternidad, sexualidad, autonomía para tener una vida sexo afectiva plena. Estamos construyendo la victoria de este derecho, si no es ahora será el año que viene. Y vamos a seguir pensándonos como mujeres sujetas políticas.
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