En una marcha cargada de bronca e impotencia, amigos y familiares de Romanela exigieron justicia
“No hay paz si no hay justicia. Basta de impunidad al volante”, decía uno de los carteles que sostenía en sus manos uno de los familiares de Romanela Aldana Ruiz Sánchez, la joven de 23 años que murió tras ser embestida por un automovilista que se dio a la fuga dejándola tendida inconsciente en el asfalto.
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Y así fue lo que se vio ayer en la manifestación, que comenzó en el lugar del siniestro vial y terminó con un escrache en la casa del dueño de vehículo donde las personas queridas de Romanela buscaron la forma de expresar la bronca y la impotencia, en medio de un clima tenso que se respiró durante toda la movilización.
Alrededor de las 18 unas 300 personas se congregaron en Marconi y Roca, el lugar donde sucedió el accidente, y se encolumnaron detrás de la leyenda “Justicia por Romi y sus bebés”.
“Todos unidos por vos. Justicia por Romanela”, se podía leer en otra pancarta. Comenzaron a avanzar por Marconi y en pocos minutos cayó la noche que los acompañó a lo largo de todo el trayecto junto a las antorchas y velas que iluminaron sus pasos, así como también los globos blancos.
En tanto, muchos de los manifestantes sostenían fotos de Romanela y otras de los dos pequeños que perdieron a su madre.
No solo el dolor los movilizaba. También la bronca. Y la impotencia. La rabia de saber que esa persona que la atropelló la dejó tirada en el piso, inconsciente, y no fue capaz de asistirla, de al menos intentar salvar su vida.
“Queremos al verdadero culpable, que no quede impune”, expresaba otro de los carteles en referencia a las dudas que aún existen acerca de quién conducía el vehículo que protagonizó el choque.
El grito de
justicia
Con palmas marcharon e hicieron oír el grito de justicia por las calles de la ciudad. Si bien en un principio la intención era ir primero a Fiscalía, desistieron de esa idea en el trayecto, mientras transitaban 9 de Julio y Las Heras, desde donde doblaron para luego regresar por Rodríguez hasta el Municipio.
Una vez allí, el grito de justicia se hizo más fuerte. “Lunghi da la cara”, vociferaban. Mientras tanto, el secretario de Protección Ciudadana Atilio Della Maggiora y el subsecretario de Protección Ciudadana David Tiffner estaban parados en la puerta del Municipio esperando seguramente la entrega de algún petitorio como generalmente suele suceder en este tipo de manifestaciones.
Pero los familiares no tenían nada preparado para leer, simplemente querían ser recibidos por el Intendente. Como Lunghi no estaba allí y probablemente no hayan notado que los funcionarios estaban en la puerta, en un momento determinado, ya más cargados de bronca, ingresaron al edificio comunal, donde siguieron pidiendo justicia y ser recibidos por la máxima autoridad.
Si bien no hubo una charla formal, sí un breve diálogo entre el secretario de Gobierno Oscar Teruggi con el suegro de la joven fallecida, a la cual le ofreció acompañamiento e ingresar en el programa de asistencia a la víctima. No obstante, muchos de los manifestantes en el momento no se enteraron de ese intercambio.
En la comisaría
Al salir del Municipio, decidieron continuar el clamor por justicia en la comisaría Primera.
“Que salga el comisario”, vociferaban y “ustedes son los que tapan todo”. La situación se tornó mucho más tensa cuando los familiares se pusieron cada vez más nerviosos ante la falta de respuestas de las autoridades y quisieron entrar a la fuerza a la comisaría, pero finalmente el jefe distrital de Policía, Rubén Frassi, y el titular de la Seccional Primera, Carlos Yáñez, recibieron a la madre de Romanela y su pareja.
Mientras tanto, los manifestantes continuaron expresando su enojo. “La dejaron tirada como una basura. Que den respuestas”, “Métanlos presos, cuánto les pagaron”, clamó la hermana de la víctima con un dolor que se transformaba en ira, en insultos, y finalmente no pudo evitar quebrarse en llanto.
“El loco no es culpable, está tapando a la hija”, gritó otra de las manifestantes. “Vamos a prender fuego la casa si no hay respuestas”, advirtieron.
Y aseguraron que van a ir todos los días a exigir respuestas hasta que se haga justicia. “A Romi no nos la van a devolver pero queremos justicia”, dijeron.
“Se ve que ustedes nunca perdieron un hijo”, le espetó una de las manifestantes a los policías, a lo que justamente Francisco Rodríguez, que es policía y sufrió el asesinato de su hijo “Nito” seis años atrás, dijo “yo sí”, lo cual los tranquilizó un poco al darse cuenta también de que esos efectivos nada tenían que ver con el luctuoso hecho que tuvo como víctima a Romanela.
Pintadas
La madre de Romanela y su pareja salieron de la comisaría con una sensación de vacío, ya que probablemente esperaban noticias que auguraran alguna detención en las próximas horas, pero las autoridades policiales en cambio les pidieron un poco de paciencia porque se están realizando los peritajes correspondientes y otras diligencias propias de la investigación, por lo cual aún no se puede determinar con exactitud quién iba al volante al momento del trágico siniestro vial.
Les pidieron tiempo hasta hoy, cuando les darían algún tipo de respuesta y en ese sentido prometieron dirigirse a las 10 a la Fiscalía con el fin de conocer los avances en la causa.
Javier Villaverde, el marido de la madre de Romanela, contó que “nos dijeron que lo que pudieron hacer es secuestrar el auto, pero hasta que no se hagan todas las pericias no pueden hacer nada. Tiene que actuar el fiscal. No hay nadie preso porque no saben quién fue todavía”.
La ausencia de la respuesta que esperaban, desató más ira en los manifestantes que pintaron con aerosol la vereda de la comisaría: “asesinos, corruptos, policía” y “Romanela, justicia”, a la vez que dejaron algunas velas blancas encendidas en el lugar.
“Están encubriendo a la culpable porque tiene plata”, “Que se entregue la hdp que la dejó tirada”, “Asesina, hay que prenderle fuego la casa”, gritaban. “Miren estas criaturas, estos dos bebés”, decía una de las familiares mientras le mostraba la foto de los pequeños que perdieron a su mamá a los policías.
La madre de Romanela y su marido se retiraron convocando a los presentes para hoy a las 10 en la fiscalía.
El escrache
No obstante, un grupo de los manifestantes se dirigió a la casa donde se encontró el vehículo que atropelló a la joven e hizo un escrache.
Pintaron la calle con aerosol y quemaron gomas, mientras la Policía escoltaba la vivienda, cuyas paredes ya tenían las inscripciones acusatorias.
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