Estiman que el proyecto para ordenar el tránsito en la zona de Larrea se tratará en la próxima sesión
El presidente de la Comisión de Tránsito y Transporte, José Luis Labaroní, dijo que hay consenso para aprobar el sentido de circulación de Larrea, Fugl y las transversales. El expediente está en el Ejecutivo, donde tomaron sugerencias del Concejo. La zona lleva más de un año sin cartelería indicadora y con los semáforos titilando.
El Concejo Deliberante aguarda que el Ejecutivo vuelva a elevar el expediente para definir el sentido de circulación de Larrea, Fugl y las calles transversales. El asunto se podría tratar en la primera sesión de julio, lo que le daría una solución definitiva a este tema de tránsito que está pendiente desde hace más de un año y que mantiene a esa zona sin carteles indicadores que establezcan el sentido de circulación, además de los semáforos titilando.
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A partir de sugerencias que generó el debate de la Comisión de Transporte y Tránsito del Legislativo, el expediente regresó a la planta baja para su modificación. Para avanzar, sólo aguardan formalidades y que la ordenanza se apruebe, con el objetivo de superar una polémica que mantuvo en vilo a la barriada desde la repavimentación de Larrea.
El concejal José Luis Labaroní, titular de la comisión, descartó complicaciones en torno a esta propuesta y adelantó que “hay consenso de la oposición con lo que presentó el Ejecutivo”.
En cuanto a las modificaciones propuestas, sostuvo que se trata de “cuestiones técnicas”, como el cambio de mano de Lobería y la colocación de un semáforo con giro a la izquierda el Lobería y Bolívar, pero además preguntaron las razones para ubicar otro en Tacuarí y Fugl.
Ratificó que se trasladaron al Ejecutivo sugerencias y dudas, pero “con el trazado que se presentó, hay mucho acuerdo”. Explicó que “al tomar Lobería, había gente que quedaba algo encerrada, una cuadra, entonces de Bolívar a Martín Fierro se le cambió la mano. En vez de ser de salida hacia Bolívar va a ser de entrada, y con eso solucionábamos el circuito”. Además, al cambiar el sentido, le agregaron un giro a la izquierda.
Por otra parte, explicó que mantuvieron una reunión con los funcionarios de semaforización para saber si era factible implementar la onda verde y les confirmaron que se puede programar.
“Junto con el proyecto, va a salir un cambio porque estuvimos analizando la parada del colectivo Amarillo y su recorrido”, señaló Labaroní y agregó que fueron al territorio, tuvieron una reunión con responsables de la línea, además funcionarios, para evaluar el recorrido.
En concreto, como va a haber semáforos en Fugl, cuando entre por Larrea a Bolívar, baja hasta Fugl y al girar a la derecha, en lugar de parar por Bolívar, como ahora, girará y se detendrá por Fugl. La idea es que haga la parada después del semáforo para aprovechar la onda verde.
El proyecto
La propuesta definitiva para ordenar el tránsito en esa zona contempla que Larrea tendrá circulación desde Brasil a Bolívar y Fugl desde Bolívar a Brasil, con doble mano entre Barrufaldi y Tacuarí. Es decir que esas situaciones se mantienen como antes de la pavimentación y debate que se produjo en torno al sentido de Larrea.
Una de las reformas se produjo en Lobería, que ahora tendrá mano ascendente, entre Bolívar y Martín Fierro.
Además, se colocarán semáforos en Serrano, Fugl y Larrea, y otro en López de Osornio que habilitará el giro a la izquierda. De este modo, sobre Bolívar se implementará la onda verde.
Los vecinos llevan más de un año sin señalización del sentido de las calles ni semáforos. En relación a los conflictos que les generó el desorden en el tránsito, el concejal admitió que “puede ser” y ratificó que espera que se vote en la próxima sesión, es decir, el 11 de julio.
Adelantó que se comunicó con el Ejecutivo a partir de las reformas que planteó la comisión y le adelantaron que no causarían inconvenientes. “Cada sugerencia que hacemos, cada cosa que movemos, son un montón de consultas que tenemos que hacer”, advirtió.
La idea original
Labaroní admitió que se vuelve a la idea primera del secretario de Obras Públicas, Roberto Guagna, cuando presentó el proyecto para gestionar los fondos destinados a la pavimentación de Larrea y argumentó que sería un acceso importante desde Brasil hacia el centro, para descargar parte del tránsito que recibe Avellaneda.
“Después, con el distribuidor, nos cambió un poco la idea, porque el ingeniero que lo hizo le metió algunos aditamentos que no se habían tenido en cuenta cuando se hizo el proyecto original y eso modificó un poco la idea. Lo que sí es cierto es que la gente va a venir por Fleming, va a bajar por Brasil, y los que vayan para el lado del club Independiente van a descargar por Larrea”.
Los bulevares
En cuanto al despeje de tránsito que sufrirá Avellaneda, el concejal Labaroní afirmó que “la avenida tiene que estar cargada, porque para eso es avenida. La idea es que la manada de autos vaya por las avenidas, para eso está la onda verde, para cruzarla de punta a punta sin tener grandes demoras”.
Al mismo tiempo, defendió los bulevares porque obligan a andar despacio. “A 50 kilómetros por hora, la onda verde funciona perfecto, y no se necesita andar a más. Primero, porque es una velocidad que permite andar bien y controlar el vehículo. A más de 50 kilómetros en un lugar donde hay bulevar y masividad de autos, se choca porque no se puede controlar el vehículo”.
Y sostuvo que “la idea es educar sobre esa concepción. Las avenidas no son para andar fuerte” e incluso se mostró a favor de bajar un poco la velocidad de circulación de la onda verde.
“Todo tiene una lógica, las avenidas no son para andar fuerte, son para llegar en un tiempo eficiente de un lado al otro, y en algunos lados habría que bajar la velocidad un poquito, fundamentalmente en aquellas avenidas que no tienen bulevar”, remató.