Familias estafadas por Tarraubella llevan más de 25 años esperando que les devuelvan su dinero
Los damnificados le relataron a El Eco de Tandil la odisea que vivieron desde que comenzaron a pagar ese plan de viviendas. Hoy, con un juicio y sentencia a su favor, no lograron cobrar un peso. Muchos fallecieron, otros se cansaron de tanta espera y los demás siguen luchando para obtener una respuesta.
En Lavalle al 1700 se erige la única torre que se construyó de lo que iba a ser el barrio Tarraubella, un emprendimiento que apareció como una gran oportunidad para muchas familias que no conseguían acceder a la casa propia de otra manera. Fue hace más de 25 años. Mes a mes, las personas que ingresaron al plan de viviendas pagaban su cuota en la sucursal de Tarraubella, situada en 9 de Julio al 300, o en el Banco Río. Jamás pensaron que todos sus ahorros, todos los años de sacrificio, se esfumarían de un día para el otro.
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Eran más de cien familias que tenían la ilusión de la casa propia. La primera torre de las muchas que estaban previstas comenzó a construirse a gran velocidad, y en pocos meses se hallaban prácticamente terminada. Las familias veían el sueño cada vez más cerca. Pero de pronto, un día la construcción se frenó. Cuando buscaron explicaciones se encontraron con que la Municipalidad no accedía a llevar los servicios por el costo que implicaba y tampoco la empresa quería hacerse cargo.
A partir de ahí una odisea fue la que vivieron. Tras el juicio y la sentencia favorable que ordenó que la firma les devolviera el dinero, nada sucedió porque los terrenos no están a nombre de Tarraubella y por lo tanto, no se pueden embargar. Además, no localizaron más propiedades a nombre de la firma o de los empresarios.
La torre, años después, fue completamente usurpada por 12 familias que hoy siguen allí. De vez en cuando los vecinos de la zona reclaman que los desalojen por los múltiples inconvenientes que ocasionan los ocupas.
Hoy, los damnificados aseguran que van a seguir peleando por lo que les corresponde a pesar de tantas adversidades. Muchos fallecieron sin poder tener los departamentos ni el dinero que habían abonado y otros aún hoy no accedieron a la casa propia. Esta es la historia de una millonaria estafa en primera persona, relatada por los damnificados a El Eco de Tandil.
El comienzo de la historia
Marta Aquilano, una de las damnificadas, recordó que fue aproximadamente en 1993 que comenzó a pagar las cuotas en el Banco Río todos los meses. “Se suponía que ellos iban a hacer 120 viviendas, estuve pagando 4 años y monedas, algo así como 46 cuotas pagas tenía”, afirmó.
Se construyó un edificio y la base de otro. María Elena Torres explicó que “debe hacer alrededor de 25 años que estamos con todo esto. Tenemos entendido que cuando estaba de intendente (Gino) Pizzorno dio el okey para que hicieran el barrio, pero cuando cambió la intendencia, (Julio) Zanatelli dijo que no se iba a hacer cargo de llevar los servicios hasta allá, las cloacas principalmente. Entonces se frenó todo”.
En ese contexto, Aquilano expuso que supuestamente la empresa tenía que haber previsto en el proyecto una planta depuradora propia para el barrio y no la tenía. “Como el Municipio no iba a pasar las cloacas porque no estaba presupuestado del otro lado de la ruta, se frenó. Una noche recuerdo que tuvimos una reunión con Zanatelli y Tarraubella. No sé si no le encontraban la solución o no se la querían encontrar”, indicó.
A lo que Marta Maíz agregó que “a lo mejor Tarraubella no estaba dispuesto a invertir tanta cantidad de dinero para hacer eso”.
Pero recordaron que los damnificados propusieron pagar más dinero para que pudieran hacer la planta depuradora y nunca tuvieron respuestas.
A pesar de que se movilizaron, no llegó la solución. María Elena Torres contó que sigue actualmente en contacto con el abogado periódicamente para ver qué sucede y lo último que le dijo fue que “están en tratativas de venta con esas tierras, pero no sé de qué manera las están promocionando porque él no está autorizado a poner carteles. Está todo trabado en las tratativas de venta”.
Marta Aquilano sostuvo que “si el juicio está ganado, creo que debería ir a un remate judicial. No sé por qué el juez no lo decreta”.
Y Marta Maíz recordó que eran como cinco manzanas de edificios. “Era un proyecto muy lindo, en el centro del barrio iban a hacer una plaza con un tanque de agua y un mini centro”, expuso.
Ilusiones destrozadas
María Elena Torres contó que estuvo buscando muchos barrios pero dentro de sus posibilidades era el único accesible. “Teníamos toda la ilusión ahí”, expresó con tristeza.
En el caso de Marta Aquilano, como no tenía hijos, no le permitían anotarse en ningún barrio del Estado.
Torres recordó que en los barrios pertenecientes a algún plan del Gobierno, les ponían un puntaje de acuerdo a la necesidad. “Verificaban cómo era tu vivienda. Yo vivía con mis padres y había cuatro habitaciones, entonces decidían que no lo necesitabas. Te descartaban. En Tarraubella si pagabas, entrabas y eran muy lindos departamentos, según el plano”, indicó.
De las cuatro damnificadas que se acercaron a la Redacción, dos nunca pudieron acceder a la casa propia y las otras dos lo lograron después de mucho sacrificio.
María Elena Torres aseguró que a pesar de tantos años, sigue insistiendo con la esperanza que algún día le devuelvan lo que le corresponde. “No sé si tengo la esperanza o no, pero no me rindo”, admitió.
Aquilano confió que se sintieron “abandonados” también por el abogado porque “cuando se ganó el juicio en primera y segunda instancia nunca nos llamó para comunicarnos. Nos enteramos porque pasábamos o porque llamábamos por teléfono”.
Torres lamentó que muchos damnificados ya no están porque fallecieron. “Una señora me dijo que su marido murió esperando ese juicio para hacer un viaje”, explicó, y lo mismo le sucedió al esposo de Marta Aquilano que también murió sin ver los resultados de la sentencia.
“Desde que ganamos el juicio nos quedamos estancados”, expresaron.
El abogado aseguró que la situación es compleja y la única esperanza sería la venta del predio
El abogado de los damnificados que fueron estafados por la firma Tarraubella, Rodolfo Corradetti, dialogó con El Eco de Tandil acerca de la compleja situación actual del barrio que nunca se terminó, con una sentencia favorable que obliga a los empresarios a devolver el dinero, pero que hasta ahora no se hizo efectiva debido a que no se han detectado bienes a nombre de ninguno de los condenados.
Corradetti explicó que tomaron el caso muchos años atrás, a partir de la consulta de aproximadamente 90 damnificados por la construcción que se llevó adelante en Lavalle al 1700 y que nunca se terminó.
Indicó que cada una de las personas había pagado una cantidad diferente de cuotas, desde aquellos que habían abonado prácticamente la totalidad de la vivienda, hasta los que habían saldado el 50 por ciento, otros el 30 hasta aquellos que solo tenían unas pocas cuotas.
“Es un grupo muy heterogéneo, hay damnificados que estaban juntando su dinero para su casa propia, otros que eran inversores, o gente de campo que quería tener su casa en Tandil”, afirmó.
Y agregó que “era un proyecto muy lindo, iban a ser varios edificios, una plaza, un colegio, un mercado dentro del predio, era todo un barrio”.
La causa judicial
En cuanto al juicio, Corradetti expuso que iniciaron una demanda por “Daños y perjuicios” y “Daño moral” cuya sentencia fue favorable para los damnificados en el año 2008. Luego fue apelada por la empresa y la Cámara de Apelaciones ratificó la sentencia de primera instancia en 2011.
En ese sentido, se condenó a Tarraubella Emprendimientos Urbanos S.A., Jorge Tarraubella, Eduardo Tarraubella, Mariel Tarraubella, Alejandro Tarraubella, y a la sociedad de hecho denominada Tarraubella a reintegrar a los actores las sumas percibidas por el negocio frustrado adicionándoles los intereses que aplica el Banco de la Nación Argentina en sus operaciones comunes de descuento a 30 días, desde la fecha de cada una de las erogaciones realizadas hasta el efectivo pago sujeto a liquidación.
La sentencia dice además que debe aplicarse el 30 por ciento más de lo que cada uno de los damnificados abonó en concepto de “daño moral”.
“Cada una de estas personas y las empresas tienen una inhibición general de bienes”, señaló.
Sin respuestas
A pesar de la condena favorable a los damnificados, hasta ahora ninguna pudo cobrar el dinero que la firma del adeuda.
Corradetti explicó que “si bien esta gente se dedica a construir, nosotros no tenemos conocimiento de la existencia de bienes a su nombre, ni de las empresas, ni de las personas, por eso hicimos la medida cautelar de inhibición de bienes para que, en caso de que tengan bienes, no puedan deshacerse de ellos”.
“Lo único que existe es ese predio, que son aproximadamente 5 hectáreas pero el terreno no está a nombre de Tarraubella sino del anterior propietario. Entonces nosotros no podemos trabar un embargo sobre ese predio porque no está a nombre de ellos. Tenemos trabado un embargo sobre los derechos y acciones que le corresponden a Tarraubella sobre ese predio”, puntualizó.
En tanto, aseguró que tras la sentencia se reunieron con miembros de la firma Tarraubella con el fin de intentar arribar a alguna solución. “Les hemos hecho varias propuestas de parte de los damnificados, que nosotros atendemos aproximadamente a 90 pero hay muchos más. Pero nunca accedieron a ningún tipo de arreglo”, lamentó.
Como no se ha descubierto hasta ahora ningún bien a nombre de la firma o de los propietarios de la misma, la única alternativa sería que se venda el predio para que los damnificados puedan cobrar lo que les corresponde.
Al respecto, indicó que “los terrenos están a nombre de un titular dominial y Tarraubella tiene un boleto de compraventa. Nosotros tenemos trabado en el expediente una medida cautelar sobre los derechos sobre ese boleto pero eso no me alcanza para rematar esos terrenos”.
En cuanto a las 12 familias que están usurpando la torre, explicó que en una de las medidas cautelares que hicieron los censaron porque “siempre estuvo la intención de llegar a un acuerdo con Tarraubella, que pudiera vender esa propiedad y nosotros poder cobrar”.
“Nosotros los censamos, en ese predio esta esa torre y en medio hay una casa en la que vive una persona que refirió que en cuanto le dijeran se iba. Los 12 departamentos están usurpados y cuando fuimos a hacer el censo los vecinos nos agradecían porque pensaban que pronto los iban a desalojar”, sostuvo.
Y añadió que “intentamos en infinidad de veces tratar de tener arreglos con Tarraubella para que nuestros representados recuperen su dinero, hemos llamado a los abogados, después cambiaron de abogados, es una historia muy larga. Yo entiendo perfectamente a los vecinos, el Municipio no tiene nada que ver pero lo que sí es cierto es que alguien los dejó entrar”.
Buscando compradores
Ante este complejo escenario, Corradetti explicó que de manera oficiosa intentaron conseguir candidatos para vender ese predio, pero “tenemos que tener el consentimiento de los Tarraubella, si aparece un candidato hay que llamarlos y pedir su consentimiento. Pero no tenemos legitimación, no tenemos derecho sobre los terrenos, solo una medida cautelar con los derechos y acciones del boleto de compraventa”.
“He contactado a tres o cuatro interesados, incluso una cooperativa que quería hacer un barrio, pero nunca hubo una oferta concreta de compra. Es una preocupación porque es una situación muy complicada porque la gente viene a preguntar, uno trata de explicarles qué se está haciendo, e inclusive algunos damnificados han acercado algún interesado en comprarlo, pero no se han concretado las operaciones. Siempre tenemos mucho cuidado de periódicamente reinscribir las medidas cautelares, hay que ir renovándolas”, finalizó.
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