La historia de Priscila, la nena que llegó sin esperanzas de vida al Hospital y hoy se recupera en su casa
Hace menos de 15 días sufrieron un accidente en la Ruta 226 y la menor estuvo en terapia intensiva con un grave cuadro. La ayuda de un automovilista cuando sucedió el hecho fue fundamental.
“La traía muerta en brazos”. Esa es la frase de la madre de Priscila Penna, la nena de 2 años y 9 meses que fue una de las protagonistas de un accidente en la Ruta 226 y que durante tres días no dio señales de vida, hasta que despertó durante la madrugada y dijo “mamá”.
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El accidente se registró el martes 31 de julio por la noche la Ruta Nacional 226, en el kilómetro 123,5, cuando un Peugeot 208, dominio OGP 828, guiado por Juan Pablo Penna, de 30 años, se despistó del camino rumbo a Tandil y volcó a la vera del mismo. En el coche iban también su esposa Rocío Sagardía, de 25 años, y su hija de 2 años y 9 meses, Priscila.
Un automovilista que circulaba ocasionalmente por el lugar, al ver la situación, frenó y asistió a la familia, llevando en su coche a la madre y a la nena hasta el peaje de La Vasconia donde, según explicaron desde Policía Vial de Balcarce que actuó en el hecho, los esperaba la ambulancia del SAME para seguir el periplo hasta el nosocomio local.
Los dos mayores que se encontraban en el vehículo fueron dados de alta de la guardia del Hospital Ramón Santamarina tras los estudios de rigor. En tanto, la niña ingresó en el Hospital Debilio Blanco Villegas con un grave cuadro de politraumatismo en el tórax y el cráneo.
Lo que pasó
Rocío Sagardia, en diálogo con El Eco de Tandil, recordó que esa noche “todo pasó rápido”. “Volcamos, no sé aún cómo salimos, los asientos se desprendieron para abajo y la nena, que iba atada en su silla, quedó como aplastada. Mi marido alcanzó a sacarla y corrimos cien metros hasta la ruta porque habíamos quedado como en un barranco”, dijo.
“Empezamos a hacer señas al primer auto que pasó y frenó a unos 50 metros adelante y después dio marcha atrás. Era un Chevrolet Aveo color azul. Es todo lo que recuerdo. Era un señor que no vivía en Tandil, creemos que por la cantidad de cosas que tenía en el auto era un viajante. Mi marido se quedó en la ruta porque no entrábamos. Yo la llevaba a la nena que tenía golpes en todos lados y un corte profundo en el cachete. Ojalá que algún día sepamos quién era esta persona, porque si no era por él mi nena hoy no estaría con nosotros”, relató la madre de Priscila.
En otro tramo de la historia puntualizó que “yo recién llamo a la ambulancia cuando el señor me presta su teléfono y nos encontramos con ellos en el peaje de La Vasconia. Al conductor le decían que tuvo que habernos dejado en el lugar, que fue muy peligroso lo que hizo, pero si no era él, el final era otro”.
Sagardia detalló que “cuando Priscila entra en el Hospital tiene un paro y el equipo médico la pudo estabilizar”. En tanto resaltó que “tanto yo como mi marido teníamos algunos golpes pero no queríamos quedar en observación, queríamos estar con la nena”.
“Ella estuvo tres días sin hablar, no teníamos ninguna esperanza. Pero en la madrugada del viernes se despertó y dijo ´mamá´. Después se volvió a dormir porque estaba con muchos medicamentos. El domingo sale de la terapia intensiva y el lunes a la tarde empieza a hablar normalmente. El martes, una semana después del accidente, ya le dieron el alta”, explicó.
Recuperación
Priscila ahora se recupera en su casa. Tanto su madre como su padre son de Tandil, aunque Juan Pablo Penna trabaja en un campo en San Manuel. Sagardia señaló que “la nena ahora está bien. Vamos todos los días al Hospital por algún tipo de estudio, sobre todo porque ella tiene una fractura en el pie. En un mes tenemos que ir a Mar del Plata para hacer una resonancia, pero por control más que nada”.
“Queremos agradecerle a todo el personal del Hospital de Niños por la contención y el trabajo realizado. La médica Lorena Moreno (N.d.R= Coordinadora de la Terapia Intensiva Pediátrica del Hospital de Niños) siempre estuvo con nosotros y se emocionó mucho cuando Priscila se despertó”, detalló.
La madre de la nena relató además que “si antes ella era vaga, ahora es mucho más. Está siendo mimada por todos. Ella cree que todas las lastimaduras de su cara se las hizo nuestro gato. Está bien, teníamos miedo que recordara esa noche desagradable”.
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