Las boletas de los servicios con excesivos montos generan preocupación en comedores
Este mes el Comedor de Cacha recibió una boleta cercana a los nueve mil pesos por el consumo de gas. Los ingresos no alcanzan para cubrir la deuda y obligan a tomar medidas para ajustar los gastos. En Pajaritos de la Calle, el límite de presupuesto demanda una administración inteligente. Por el reclamo de organizaciones sociales por la tarifa de luz, se trabaja en conjunto para brindar una respuesta.
Los aumentos en los servicios golpean el bolsillo de los vecinos, que deben afrontar el pago de excesivas boletas por el consumo de gas y de energía eléctrica. En el caso de los comedores comunitarios, la situación no resulta ajena. Los responsables del Comedor de Cacha observan con especial preocupación la factura de Camuzzi Gas Pampeana que llegó hace unos días a la sede de De los Granaderos 269 con un monto que superó los nueve mil pesos, casi el doble de dinero por el mismo consumo en relación al mismo período del año pasado.
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Desde la asociación civil dejaron en evidencia las dificultades para sostener el pago de los servicios y del recorte realizado, pero indicaron que “de alguna manera se va abonar”, a la vez que repararon en la situación de usuarios particulares con bajos ingresos.
En Pajaritos de la Calle, otra institución que responde a la demanda alimentaria, la situación también es compleja y obliga a desarrollar estrategias para ajustarse al presupuesto.
El reclamo por el tarifazo en la luz llegó incluso a las puertas de la Usina, donde días atrás organizaciones sociales protagonizaron una movilización para reclamar una respuesta frente a los elevados montos del servicio de energía eléctrica.
En ese sentido, se asumió el compromiso de trabajar de forma articulada junto a Desarrollo Social para ofrecer respuestas a los sectores más vulnerables y se aguardan por novedades en ese sentido.
En paralelo el área comunal atiene un aumento en la demanda, a la vez que refuerza algunas partidas para acompañar y contener la situación social.
“Es terrible”
“Esta es la boleta de gas de un comedor que sólo trata de ayudar en medio de estas políticas de hambre”, reza el posteo a través del perfil de Facebook del Comedor de Cacha, en el que además advierte que esta situación “nos deja en un lugar donde ya es imposible sostenerse”.
“Suspendimos talleres y cursos para minimizar los gastos y ahora dar de comer a los que no pueden pagar sus gastos también se vuelve imposible”, alertaron desde el comedor, por eso pidieron “basta de ajustes, de hambre, todos queremos Trabajo y que nos devuelvan la dignidad”.
En diálogo con El Eco de Tandil la responsable del lugar, Stella Maris “Cacha” Cena transmitió su preocupación por el excesivo monto que deberán abonar para evitar el corte del suministro. “Es terrible”, sentenció.
Y declaró que “hemos recortado los talleres de cocina para consumir menos gas pero parece que no importa”, situación que genera “mucha bronca”.
“Los aumentos de luz y gas son terribles y cuesta sostenerlo, es muchísimo”, lamentó y detalló que el espacio tiene actividad durante todo el día por lo que el consumo de los servicios es inevitable.
En el Comedor de Cacha el gas se utiliza para preparar el desayuno, la merienda y un refuerzo que se entrega a las 18 para que las familias puedan cenar en sus casas. “Son tres veces en el día que se usa la cocina fuertemente”, precisó. Mientras que para calefaccionar “habíamos dejado de usar hasta el calefactor pero en el invierno no nos quedó otra que prenderlo”.
Mismo consumo, otro importe
“El consumo es el mismo”, aseguró la responsable del comedor de acuerdo a lo observado en períodos anteriores. “Pero el dinero es otro”, resaltó.
La exconcejal expresó cierta resignación al indicar que deberán “recortar otras cosas” para poder pagar el gas, aunque no suspenderá la ayuda alimenticia que ofrece.
Por eso planteó que se presentará en las oficinas de Camuzzi Gas Pampeana para ver qué alternativas pueden ofrecerle o solicitarán una ayuda económica de Desarrollo Social para el pago de luz o gas.
“Hasta ahora los servicios se sostenían con la ayuda de los socios y de las becas que recibimos pero se empieza a complicar la situación”, remarcó.
En el comedor ubicado en De los Granaderos al 200 reciben a cerca de un centenar de personas al mediodía y entregan unas 76 viandas, mientras que por la tarde entre 60 y 70 chicos que asisten al lugar y se preparan unos 70 refuerzos de alimento.
En los últimos meses notaron un incremento de la demanda por alimento. “Es lamentable que suceda esto; hay gente que nunca se había acercado a pedir nada”, concluyó.
Límites presupuestarios
En Pajaritos de la Calle la situación es similar. La coordinadora del centro de día, Luz Hernández, reconoció que los servicios “aumentaron mucho” y eso impacta en el esquema presupuestario mensual que se maneja, generando complicaciones para afrontar todos los gastos. “Hay que estar atentos y no malgastar”, aseguró.
En cuanto a la energía eléctrica la organización recibe asistencia por parte del Municipio, primero con un aporte de 500 pesos, mientras que en los últimos meses se modificó a la mitad del consumo total que refleja la boleta.
En agosto del año pasado, llegó una boleta por mil pesos mientras que en 2018 fue de 2.800.
En tanto, el programa de reparto de focos led promovido por la Usina determinó el recambio de algunas lamparitas, que colaboró en una disminución en el consumo.
Sin embargo, el gas representa un caso particular en cuanto a la marcada diferencia en períodos anteriores. En concreto, en julio de 2017 Pajaritos de la Calle abonó una boleta por 1.717 pesos y para este año el valor fue de 3.540 pese a mantener el mismo consumo mensual.
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