Organizaciones pidieron dialogar con Lunghi para abordar la deficiente política de género local
Distintas organizaciones que integran el feminismo local exigieron políticas públicas concretas y homogéneas para erradicar todos los tipos de violencia que sufren las mujeres y disidencias sexuales en la ciudad. Pidieron reunirse con el Intendente para poder trabajar la problemática de manera conjunta.
El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres que se conmemoró el 25 de noviembre, sirvió de disparador para volver a poner la cuestión de género en la agenda y continuar el reclamo por las deudas no saldadas del Estado en torno al tema.
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Así, las organizaciones sociales, políticas y gremiales que integran el feminismo vernáculo se autoconvocaron en el marco de la fecha para debatir y proponer las modificaciones necesarias para avanzar hacia una sociedad que erradique todas las formas de violencia hacia las mujeres y el colectivo de personas LGTBIQ (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transgénero, Transexuales, Travestis, Intersexuales y Queers).
Como el mal tiempo impidió que el pasado lunes se desarrollaran las actividades pensadas para visibilizar la problemática a nivel local, en la mañana de ayer las mujeres se acercaron hasta la Municipalidad para hacer entrega de un documento y solicitar una reunión con el intendente Miguel Lunghi, con la expectativa de poder consensuar criterios de abordaje de la problemática.
En el texto redactado para la ocasión, se señaló una vez más que “el Estado es responsable” y que no debe atenderse sólo la emergencia, sino aplicar dispositivos y políticas públicas que prevengan el estallido de la violencia y desentramen el tejido social que sustenta y posibilita las diferentes formas de coerción: sexual, física, psicológica, simbólica, mediática, obstétrica, institucional, económica, patrimonial, laboral y reproductiva.
En el texto se destaca la ausencia de estrategias y dispositivos en todo el territorio nacional para tratar las múltiples formas de violencia en los distintos ámbitos, y el fracaso de la lógica punitiva, que no brinda respuestas adecuadas y genera procesos de revictimización.
Mención aparte merece la inclusión en la materia del colectivo LGTBIQ –una población vulnerada víctima frecuentemente de numerosos hechos de violencia- que queda por fuera de las normativas vigentes y no cuenta con los dispositivos necesarios para combatirla.
El desafío de ser escuchadas
Rocío Liébana, integrante de la colectiva feminista Mala Junta, le explicó a este Diario que las organizaciones sociales, políticas y gremiales aprovechan las fechas de efemérides para exponer y pensar cuántas de las demandas históricas que llevan adelante durante todo el año no han sido escuchadas.
“Hay una negación de los aportes de las organizaciones. Las grandes conquistas en términos normativos han sido producto de un trabajo de base de las organizaciones. Hacemos una evaluación negativa de la política de género en la ciudad, que es un correlato del retroceso que se ha dado en estos cuatro años a nivel nacional y provincial, y esperamos que se revierta”, puntualizó.
En el arco de demandas comunales sobresalen la jerarquización de la Dirección de Políticas de Género y Diversidad Sexual de Tandil; el cumplimiento de la Ley de Cupo Laboral Trans; generación de políticas integrales de acceso al empleo y la vivienda en los casos de violencia económica y patrimonial; un presupuesto participativo con perspectiva de género; fortalecimiento de la Comisaría de la Mujer; la creación de una Oficina de Violencia de Género que funcione las 24 horas; además de reivindicaciones como la implementación efectiva de la Ley Micaela y la Ley de Educación Integral, en los niveles correspondientes.
“Hay acciones que se reproducen en todos los ámbitos, inclusive en el mismo Estado. No queremos más complicidades ante situaciones de violencia donde hay asimetrías de poder. Desentramar este camino implica acciones concretas. Tenemos que ser más creativos y pensar estrategias de prevención y promoción de los derechos”, analizó Liébana.
“Necesitamos ser escuchadas, sentarnos a hablar y pensar en conjunto políticas públicas”, finalizó la joven.