Plantean la necesidad de crear el Fondo de Emergencia para Víctimas de Violencia de Género
La titular de la ONG local que contiene y asiste a mujeres víctimas de violencia de género, consideró que la creación de un fondo de asistencia económica para casos de urgencia sería una gran herramienta para brindar respuestas a quienes atraviesan esta situación. Alimentos y vivienda encabezan la lista de demandas prioritarias dentro de las necesidades de las mujeres que se acercan a la entidad.
En la última sesión del Concejo Deliberante, las ediles oficialistas Matilde Vide Álvarez y Melisa Greco presentaron una iniciativa que apunta a la creación del Fondo de Emergencia para Víctimas de Violencia de Género (Fonevig), destinado para brindar asistencia económica a las víctimas de violencia de género que requieran una intervención específica por alguna situación extrema o urgente. El expediente tomó estado legislativo el jueves y pasará a la comisión correspondiente para su tratamiento.
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La propuesta fue recibida con agrado por la titular de la ONG Fortaleza de Mujer Mava Vázquez, quien desde hace años trabaja con víctimas de violencia, tratando de dar curso y solución a las demandas de las mujeres que se acercan al espacio en busca de ayuda.
En diálogo con El Eco de Tandil, además de felicitar a las dos concejales que impulsan el proyecto, Vázquez señaló que es un gesto valioso que denota compromiso con la causa. “Es una herramienta que suma, ojalá se apruebe rápido. Nosotras muchas veces especulamos y esperamos el presupuesto de la Dirección de Género, que a veces parece que no nos alcanza, entonces esta es una herramienta más para continuar con las asistencias y ayudas”, manifestó.
Necesidades urgentes
Según lo informado por la referente de la ONG, la parte asistencial, los alimentos y vivienda siguen encabezando la demanda. A la fecha se encuentran trabajando en acompañamientos y seguimientos de 35 mujeres, y a esto se le agregan las otras 50 que reciben asesoramiento y continua ayuda asistencial.
Para dar respuesta a estos pedidos, es que desde hace un año trabajan de manera articulada con la Secretaría de Desarrollo Social y la Dirección de Políticas de Género del Municipio, esta última creada, en parte, gracias a un proyecto que Fortaleza de Mujer presentó en su momento para contar con organismos estatales dedicados a tratar la problemática. La labor mancomunada permite que durante la semana las mujeres asistidas puedan ser derivadas a sendos equipos municipales para la atención que requieren las necesidades específicas.
Por su parte, Mava aclaró que “nosotros retiramos determinada cantidad de mercadería mensual, destinada a cubrir las urgencias de los fines de semana y feriados. Antes teníamos ese hueco, si alguien venía con una necesidad del alimento del día, al salir corriendo de la casa por culpa del agresor, no lo teníamos. Ahora podemos responder a esa demanda”.
Y una necesidad, no menor, es la referida a la cuestión judicial: el reclamo más acentuado que reciben es sobre las restricciones de acercamiento. Esto se debe al control que hay que ejercer en las mismas, un flanco aún deficiente dentro de la legislación para erradicar la violencia hacia las mujeres. En muchos casos, los agresores violan sistemáticamente la medida legal y vuelven a atacar a las víctimas, por lo tanto “sigue siendo un pesar para la mujer que la solicita”.
El problema habitacional
Desarrollo Social ha hecho entrega del equipamiento correspondiente a dos viviendas para las mujeres que egresan de la Casa de Abrigo Municipal Martha Pelloni, un espacio pensado para aquellas mujeres que han sufrido situaciones de violencia dentro de sus familias y temporalmente necesitan un lugar en el cual alojarse, muchas veces con sus hijos.
Vázquez aseguró que las mujeres que salen de la casa necesitan camas, mesas, sillas, cocina, una heladera, y se las entregan en comodato hasta tanto la Justicia restituya las pertenencias de la víctima. “Si no las tienen, obviamente se las dejamos. Esto es un avance importante”, añadió.
El trabajo que llevan adelante está orientado a que las mujeres recuperen lo propio y logren una vida autónoma libre de violencias. Uno de los escollos que enfrentan las víctimas de violencia, es el acceso a la vivienda. En ese sentido, Mava recordó que en 2015 solicitaron terrenos para la creación de viviendas, pero la idea no pudo prosperar porque en ese momento faltaban completar papeles de la constitución de la ONG. En la actualidad se pudo avanzar al respecto, y la titular de la organización indicó que “con casi todo al día nos falta sólo una aprobación y estaríamos en condiciones de volver a sentarnos para retomar esta tarea”.
La Ley Brisa
El 4 de julio, y por unanimidad, la Cámara de Diputados sancionó la Ley Brisa que habilitó una reparación económica a los hijos de mujeres víctimas de femicidio. No existen cifras oficiales, pero se estima que son casi 3.500 chicos los que perdieron a su madre por crímenes de género en los últimos años.
La mayoría de estas mujeres fue asesinada por sus parejas o exparejas con los que tuvieron hijos, que quedan huérfanos. Sus madres están muertas y sus padres presos, prófugos o se han suicidado. La reparación que contempla la ley es equivalente a una jubilación mínima, que hoy ronda los 8.600 pesos.
Para acceder al beneficio, el requisito formal es que el padre o progenitor afín (es decir, la pareja conviviente de la mujer, que no sea progenitor) tenga una condena o procesamiento firme por el femicidio. La norma contempla además los casos en los que el asesino se suicida tras cometer el crimen (es decir, que la causa penal haya sido extinguida por muerte).
El Eco de Tandil se comunicó con Alejandra Marcieri, secretaria de Desarrollo Social de Tandil, para consultarle si recibió directivas para instrumentar un registro local de hijos en esas condiciones o acerca de los mecanismos para acceder al beneficio. La funcionaria informó que aún no cuenta con datos oficiales sobre el tema.
Acerca de la ley, Mava -cuya hermana, Verónica, fue asesinada el 8 de septiembre de 1999 por su expareja, Miguel Ángel Benítez, que era cabo de la Policía Bonaerense- afirmó que era una de las más esperada por quienes se dedican al tema.
“Cuando nos tocó con mi hermana, mis papás asumieron todos los gastos. Es decir, psicólogos y todo lo que conlleva la crianza de los hijos. Y daba bronca porque él era un funcionario de la policía. Entonces yo celebro la Ley Brisa porque no sana, pero va ayudar a muchas familias”, expuso crudamente la mujer que supo convertir una tragedia personal en ayuda, y se mostró esperanzada con respecto a las acciones que puedan promoverse a partir de este nuevo marco legal.
“Veo con agrado todos los proyectos que van naciendo y que puedo ver concretar a través del tiempo. Porque en un momento éramos pocas quienes decíamos de la necesidad de todas estas herramientas, y hoy ver que el Municipio toma a conciencia está problemática, me dice que no fue en vano nuestra lucha como familia ni la de tantas organizaciones que se fueron sumando”, finalizó.
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