Un desperfecto en un ascensor del Hospital causó alarma y dejó sin movilidad interna de pacientes
Ayer por la tarde una de las unidades presentó un inconveniente en la puerta, que trabó su descenso a planta baja. Ocurrió instantes después de trasladar a una paciente desde quirófano hasta el segundo piso. El otro ascensor estaba roto desde el domingo por un problema eléctrico. El servicio técnico trabajó en la búsqueda de una solución que permita poner en funcionamiento al menos a uno de ellos.
Tras la polémica que se generó en agosto pasado por el estado de los ascensores camilleros del Hospital Municipal “Ramón Santamarina”, y el proceso de licitación que el Sistema Integrado de Salud Pública retomó luego de frustrarse el primer intento, ayer por la tarde un desperfecto en una de las unidades causó gran alarma y preocupación en el personal y dejó sin movilidad interna de pacientes que no pueden utilizar las escaleras.
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El hecho ocurrió alrededor de las 15, cuando una enfermera y un camillero descendieron de la única unidad en funcionamiento con una paciente que debían trasladar desde quirófano, en el tercer piso, hasta internación, en el segundo.
Al cerrar la puerta, escucharon un fuerte estruendo y observaron que el ascensor había quedado “trabado” entre los pisos en su camino hacia planta baja, sin causar lesionados ni mayores inconvenientes.
En paralelo, el otro equipo camillero se encontraba fuera de servicio desde el domingo por un desperfecto en la parte eléctrica.
Mientras se aguarda por el recambio de ambas estructuras, las autoridades sanitarias informaron que el servicio técnico trabaja en la búsqueda de una solución que permita ponerlos en funcionamiento nuevamente.
“No se cayó ningún ascensor. Solamente una puerta está deteriorada y finalmente eso imposibilitó el uso de un ascensor. El otro, en coincidencia, sufrió la rotura de un contactor”, explicó el director médico del Hospital Municipal “Ramón Santamarina”, Fernando Fernández.
El episodio movilizó a todo el personal del centro sanitario, en particular al del segundo piso, testigos directos del desperfecto, que relató lo sucedido y reclamó que la salida de servicio de ambos elevadores impide el desplazamiento vertical de pacientes que debían movilizar de un piso a otro.
La familia de la mujer trasladada, en tanto, mostró su descontento y criticó a las autoridades por la “imprudencia total” por el funcionamiento del servicio.
Polémica
“Era algo anunciado”, se animó a definir ayer uno de los médicos que trabaja en el centro asistencial público, que se refirió al reclamo impulsado por lograr mejoras en el sistema ya que de él depende el traslado de pacientes en camilla hacia distintas áreas.
La polémica tomó estado público al quedar expuesta en pleno debate legislativo durante la sesión del 9 de agosto pasado. En la oportunidad se dieron a conocer detalles de un informe técnico que indicó que los elevadores son inseguros para personal, pacientes y familiares y de otro documento que determinó que existe “un riesgo inminente de desprendimiento total del piso” por el uso de camillas y pacientes, “con las imaginables y funestas consecuencias que esto ocasionaría”.
Tras las deficiencias que quedaron al descubierto respecto del estado de los ascensores camilleros, el presidente del Sistema Integrado de Salud Pública, Gastón Morando, salió a asegurar que no existía riesgo en su utilización acompañado por la responsable del área que firmó el informe, Marta de Rico.
En esa oportunidad ratificó la convocatoria a un nuevo proceso de licitación pública para la colocación de dos nuevos elevadores, con apertura de ofertas prevista para el 3 de septiembre.
Luego, el Concejo Deliberante autorizó la imputación de esos gastos al Fondo de Ayuda Solidaria (FAS), dando curso al trámite para que la empresa ganadora comience con las tareas, para lo cual se encuentra en plazo.
Repercusiones
Ayer, una enfermera describió que el ascensor “viene funcionando mal, lo arreglan y sigue con problemas. Hoy fue automático, cerré la puerta y se desplomó; hizo un ruido impresionante”.
Se alegró que no haya sucedido con un paciente arriba, “por suerte”, de lo contrario “pudo haber pasado una tragedia”.
Ayer, mientras aguardaban una solución, planteó que en el tercer piso “hay pacientes que tenemos que bajar y no sabemos cómo lo haremos. Están en cirugía y tienen que venir a internación”.
Respuesta de las autoridades
Los directivos del Hospital brindaron explicaciones sobre el incidente ocurrido, que determinó la clausura de los dos elevadores que presentaron dificultades en el mismo momento ya que uno de ellos sufrió la rotura de una puerta y el otro en la parte eléctrica.
“Se está tratando de resolver este tema”, dijo ayer por la tarde el director médico del Hospital, Fernando Fernández.
En tanto, citó que “tenemos pendiente el recambio de las unidades, que están en construcción”, y que “en el mientras tanto tenemos que ir solucionando estos inconvenientes”.
“Estas cosas pasan pese a toda la previsión. Ahora nos encontramos con estas vicisitudes que las estamos tratando de solucionar”, resaltó.
“Le podría haber pasado a cualquiera y estaríamos hablando de una tragedia”
Los familiares de la paciente que transportaron tras la intervención quirúrgica transmitieron su indignación y relataron ante El Eco de Tandil detalles de lo sucedido, a la vez que reflejaron su preocupación por las condiciones en que se trabaja en el centro asistencial público.
En conversación con este Diario, Jorge contó que después de la operación, a su madre “la bajaron del tercer piso al segundo en camilla y cuando salieron del ascensor, cerraron la puerta y se desplomó”.
Alertados por el estruendo que provocó la estructura al caer, el piso se movilizó para observar la escena con el temor de que podría tratarse de un problema con el elevador.
Minutos después, al ver que su madre se encontraba bien, acudió a la planta baja en busca de una respuesta por parte de las autoridades hospitalarias y así fue que se entrevistó con personal del centro asistencial.
“Estas cosas no pueden suceder”
“Fui a buscar al director pero no estaba y me atendió otra persona”, a quien le reclamó que “estas cosas no pueden suceder en un hospital” y en respuesta refirió al proceso con que contaba la empresa para la construcción de las nuevas cabinas. “Pero no pueden bajar gente del quirófano sabiendo que el ascensor está mal”, replicó el contribuyente que alertó sobre la “imprudencia total”.
“A mi mamá no le pasó nada pero le podría haber pasado a cualquiera y estaríamos hablando de una tragedia”, advirtió Jorge, que expresó que la persona con la que se entrevistó “sólo me dijo que lo iban a solucionar”.
Luego refirió al malestar generalizado entre el personal, que sumó cuestionamientos sobre el estado del centro asistencial público. En ese sentido, si bien se mostró conforme con la atención, sumó como preocupación que en los 15 días que lleva su madre internada, el piso estuvo sin servicio de agua caliente, un inconveniente que las autoridades sanitarias habían resuelto a partir del recambio de una caldera.
“La gente se portó muy bien con mi mamá, pero las condiciones en las que se está trabajando dejan mucho que desear”, concluyó.