Una de las familias que ocupó lotes en El Tropezón pide ayuda para tener una vivienda “digna”
Tras la denuncia de vecinos de Alonso al 2400 por la toma de varios lotes, los ocupantes de uno de los terrenos aseguraron que se vieron obligados a esa situación porque estaban “en la calle”. Viven hacinados en una precaria casa de chapa que armaron, que no tiene piso y cuyo techo se llueve. “No queremos que nos regalen, queremos que nos den una oportunidad”, dijo Damián Vallejos.
Luego que vecinos de Alonso al 2400, en el barrio El Tropezón, denunciaran la toma de varios terrenos en la esquina de Chaperrouge, una de las familias que ocupó uno de los lotes dialogó con El Eco de Tandil para exponer su situación y pedir ayuda para poder tener una casa “digna”, ya que actualmente viven en condiciones sumamente precarias.
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Damián Vallejos contó que vive en la pequeña casa de chapa que armó en el lote tomado con su madre, su hermana de 12 años, su esposa y sus tres pequeños, dos de 3 años y uno de 8 meses.
“Nosotros estamos en este terreno hace dos meses, yo no tenía donde ir, estaba con mi mujer y mis tres nenes y vine y me metí acá. La tengo a mi mamá también, estábamos en la calle y no me quedo otra que meterme en un terreno que no es mío. No me quedo otra porque nadie me ayuda, nadie me da una mano. Yo vivo de changas y no me da el cuero para alquilar”, expresó.
Los siete viven en un pequeño habitáculo hecho solo de chapa, con piso de tierra y que cada vez que llueve, ingresa agua por todas partes. En el interior, solamente hay dos camas, una de dos plazas y otra de una. Una cocina y un pequeño baño.
“Estamos en una situación precaria que no es digna, sobre todo por mis hijos”, admitió con tristeza.
Una oportunidad
Graciela Noemí Molina, su madre, contó que “tengo mi nena de 12 que sufre de asma, fue operada de la garganta, y está mi hijo con los tres nenes y la señora. Nos vinimos acá porque no teníamos donde ir, los alquileres piden depósito, algunos no aceptan con chicos y la verdad es que no podemos pagarlo”.
“Estamos remándola día a día, vino un señor que nos pidió que nos fuéramos, nos habló bien pero le dijimos que no teníamos medios para irnos y vino dos veces la policía. Nos dijo que iba a ir a Fiscalía a hacer la denuncia”, indicó.
Explicó que el Municipio los ayuda con mercadería y que en un principio les daban mil pesos pero después les dijeron que ya no podían seguir brindándoles esa ayuda. “No nos dan materiales porque el terreno es usurpado”, aclaró.
Toda la familia llegó a Tandil desde la localidad de Pergamino. Graciela Molina contó que “allá tampoco hay trabajo, la situación está muy difícil. Aparte nos agarró una inundación, lo poco que teníamos se lo llevó el agua, pasamos muchas necesidades”.
Llegaron a Tandil porque otra de sus hijas “está pasando la misma situación y ellos están levantando una pieza con el sudor del trabajo de mi yerno, yo decidí venir a estar con mi hijo que me hizo una pieza chiquita atrás”.
“Lo que quiero dejar el claro es que nosotros no venimos a adueñarnos de lo que no es nuestro, solamente queremos que nos den una posibilidad. Nos sentimos discriminados, nosotros queremos que nos den una posibilidad de hacernos casita digna”, indicó.
Damián Vallejos aclaró que “no queremos que nos regalen, queremos que nos den una oportunidad porque nadie nos da una mano. Yo vivo de changas y sobrevivo día a día, salgo a cortar pasto, y lo que salga porque no hay trabajo”.
“Con tal de trabajar y que mis hijos vivan bien hago lo que sea, no tengo problema, me salgo a ganar el pan día a día. No molesto a ningún vecino, no hago juntas, no ando tomando, no me drogo, estoy para mis hijos nada más, soy padre y pienso en ellos. A ningún vecino le falte el respeto nunca”, manifestó.
Y aseguró que se iría del terreno solamente si le consiguen otro lugar donde vivir porque “en la calle no voy a estar, pienso en mis hijos. A mí no me gusta meterme en un lugar que no es mío, pero porque viva en un rancho de chapa no quiere decir que yo sea un chorro”.
Florencia Ruiz, su esposa, agregó que “nos ofrecieron para ayudarnos con un alquiler, pero nos dijeron que nos pagan hasta un cierto tiempo y solo la mitad. Si después no tenemos para pagarlo vamos a terminar de nuevo en la calle”.
“Mis hijos necesitan estar en una casa digna, no así como estamos viviendo. El Municipio no nos quiere ayudar porque no somos de Tandil, dijeron que tenemos que vivir acá dos años para que nos puedan ayudar. No tenemos la posibilidad de pagar un terreno, si lo pudiéramos hacer, no estaríamos en esta situación”, manifestó.
En tanto, pidió que les den “una mano, no somos de Tandil pero somos argentinos. No queremos que nos regalen, queremos que nos den la posibilidad de pagar con trabajo, con lo que sea, mi marido necesita un trabajo fijo. Se nos llueve el techo, no tenemos piso. Para ellos gracias a Dios no nos falta la comida nunca pero queremos que vivan bien también”.
Por último, Vallejos reiteró su necesidad de conseguir trabajo y explicó que es albañil pero tiene conocimiento de pintura, hizo cordón cuneta y sabe hacer “de todo un poco, me sé desenvolver”.
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