Acusaciones cruzadas por el bloque del Brexit
La Unión Europea (UE) y Reino Unido se culparon ayer el uno al otro del bloqueo de la negociación del Brexit en temas como la frontera norirlandesa y la futura relación comercial, instándose mutuamente a modificar sus posiciones cuando las discusiones encaran su etapa final.
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“Las negociaciones del Brexit entraron en la fase decisiva”, dijo el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, para quien Londres tiene que “retrabajar” sus planes en temas como “la cuestión irlandesa o el marco de cooperación económica”.
Tusk realizó este llamado antes de una cena de mandatarios europeos en Salzburgo (Austria), donde las patatas calientes de los últimos meses -la negociación de divorcio y la política migratoria- vuelven a la mesa de líderes tras la pausa estival.
El llamado no es baladí. Ambos temas se mantienen como los principales temas de discordia a ambos lados del Canal de la Mancha, cuando la salida de Reino Unido del bloque, a finales de marzo, se aproxima inexorablemente.
La respuesta de la primera ministra británica, Theresa May, que tiene previsto pedir flexibilidad a sus socios en la compleja cuestión de Irlanda durante la cena según una fuente de su oficina, no se hizo esperar.
Para la inquilina de Downing Street, si se quiere concluir la negociación con éxito, “al igual que Reino Unido ha modificado su posición, la UE también tendrá que modificar la suya”, dijo May a los periodistas, a su llegada a la cena. Ninguna de las partes da así su brazo a torcer.
Tanto Londres como Bruselas buscan evitar la reintroducción de una frontera clásica entre la provincia británica de Irlanda del Norte y la República de Irlanda, para salvaguardar a su vez el acuerdo de paz de Viernes Santo de 1998, pero todavía no encontraron una solución válida para ambos.
Bruselas aboga por mantener a Irlanda del Norte en la unión aduanera y el mercado único europeo, a falta de una solución mejor. Esta propuesta conocida como “backstop” (“red de seguridad”) figura en el acuerdo provisional de diciembre, pero Londres lo contesta ahora.
Mientras tanto, el tiempo corre. Los mandatarios querían un acuerdo final en la cumbre del 18 de octubre en Bruselas para dar tiempo a su visto bueno por la Eurocámara y el Parlamento británico, pero, ante los escollos, plantean ahora convocar una cumbre extraordinaria a mediados de noviembre. AFP-NA
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