El Partido Popular blanqueó el programa ultraderechista para gobernar en Andalucía
El político del conservador Partido Popular (PP) Juanma Moreno se convertirá en el próximo presidente de Andalucía, y pondrá fin a 36 años de hegemonía socialista en la sureña región de España, tras hacer importantes concesiones en materia de inmigración, memoria histórica y familia al partido de extrema derecha Vox.
Moreno gobernará en coalición con el partido liberal Ciudadanos, liderado por Albert Rivera, quien no desprecia el apoyo de Vox conseguido por el PP, pero asegura que el acuerdo entre ambos partidos “no compromete” las políticas que desarrollará el Ejecutivo regional.
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Si bien el documento firmado por PP y Vox quedó “limpio” de algunas de las iniciativas más polémicas que reclamaba el partido ultra a cambio de su apoyo, indispensable para la formación de un gobierno de derechas, el PP de Pablo Casado “blanqueó” buena parte del ideario del político xenófobo y ultraconservador Santiago Abascal.
Vox renunció a que el PP se comprometiera explícitamente a iniciar un proceso de recentralización del Estado, desarmando el autogobierno regional, para regresar al modelo franquista, o a derogar la ley de protección de la violencia de género y de igualdad, una cuestión que puso en pie de guerra al movimiento feminista de España.
No obstante, el texto del que reafirma una visión centralista del Estado y medidas anti feministas, algunas veladas.
También quedaron fuera exigencias de corte ultranacionalista como el cambio de la fecha del día de Andalucía, que Vox quería trasladar al 2 de enero para hacerlo coincidir con la Toma de Granada en 1492 y la caída del último rey musulmán con la “culminación la Reconquista” por parte de los Reyes católicos.
O referencias explícitas y anticonstitucionales, como la pretensión de Vox de suprimir las subvenciones a las asociaciones islámicas por el solo hecho de serlo, porque supondría una discriminación.
La cuestión migratoria
Respecto a la inmigración, el documento publicado por el PP no menciona la cifra de 52 mil “ilegales” que Vox quiere expulsar, un punto que, sin embargo, el partido de Abascal recoge en el texto que colgó en su web sobre el acuerdo, arrojando así oscuridad sobre lo que los conservadores realmente pactaron con la fuerza xenófoba.
De hecho, en el pacto se adopta un lenguaje antiinmigración e islamofóbico, ya que el PP se compromete a “apoyar material, humana y documentalmente a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que tienen encomendada la protección de las fronteras, garantizando una inmigración ordenada, legal, respetuosa con nuestra cultura occidental, vinculada siempre al mercado laboral”.
El acuerdo por el que Vox apoya la formación del gobierno revela otros aspectos profundamente conservadores, como el compromiso de “sustituir” la Ley de Memoria Histórica -que supuso un gran paso para España- por una de “concordia”, tal como pretendían Vox, partido cuyos políticos hacen públicamente apología del franquismo.
Entre las medidas conservadores y antifeministas figura la creación de una Consejería de Familia, algo que Vox reclamaba con la intención de promover la natalidad y las familias numerosas, y combatir los abortos.
Por otro lado, en materia educativa, el PP concede a Vox un reclamo muy ideológico parecido al “PIN parental”, al garantizar “la libertad educativa y el derecho de los padres a elegir el modelo que deseen para sus hijos, evitando cualquier injerencia de los poderes públicos en la formación ideológica de los alumnos y permitiendo que los padres puedan excluir a sus hijos de la formación no reglada por actividades complementarias o extraescolares cuando sean contrarias a sus convicciones”. (Télam)