Los “chalecos amarillos” mantienen su pulso con nuevas formas de protesta
Miles de manifestantes volvieron a las calles de Francia para protestar contra las políticas del gobierno de Emmanuel Macron. El ministerio del Interior contabilizó 69 mil personas en todo el país, frente a 84 mil la semana pasada.
Los “chalecos amarillos” mantuvieron ayer la presión sobre el presidente de Francia, Emmanuel Macron, con un nuevo sábado de manifestaciones, el undécimo consecutivo, que se vio acompañado en París de una primera convocatoria nocturna y en el que se registró una menor participación.
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En los dos sábados anteriores salieron a las calles unas 84 mil personas en todo el país y en este la cifra bajó a las 69mil, según datos del Ministerio del Interior, que precisó que sólo en París hubo cuatro mil participantes, tres mil menos que una semana antes.
Las primeras tensiones se desataron en la capital al comienzo de la tarde en la plaza de la Bastilla y se trasladaron después a la de la República, desórdenes que las fuerzas del orden contuvieron con gases lacrimógenos.
La protesta transcurrió en términos generales sin las escenas de guerrilla urbana de las protestas iniciales.
Por primera vez, las fuerzas del orden dotadas con pistolas de pelotas de goma fueron equipadas con cámaras para grabar sus intervenciones, una medida decidida por el ministro del Interior, Christophe Castaner, para que haya más transparencia en el uso de esa arma no letal, tras las acusaciones de que con ella se hirió a gravemente a numerosos manifestantes en las marchas precedentes.
El movimiento, que marcha por undécimo sábado consecutivo, perdió la intensidad de las primeras protestas pero todavía mantiene la presión sobre Macron, que enfrenta la peor crisis desde que llegó al Eliseo, en mayo de 2017.
Imagen del gobierno
Sin embargo, el gobierno francés empieza a recuperar la popularidad perdida tras impulsar un gran debate nacional para salir de la crisis.
Macron, cuya popularidad retrocedió 15 puntos entre junio y noviembre, avanzó cuatro en un mes, hasta ser aprobado por el 31 por ciento de la población, mientras que el primer ministro francés, Édouard Philippe, a quien la crisis de los “chalecos amarillos” le hizo caer diez puntos, sumó seis, hasta el 36 por ciento, según una encuesta publicada hoy por el diario Le Parisien.
Pero las medidas emprendidas en favor del poder adquisitivo y el gran debate lanzado hace diez días con la intención de traducir en leyes algunas de sus propuestas no lograron acallar las protestas.
“Quiero acciones concretas, inmediatas y significativas. Hay gente que no consigue comer habitualmente en un país tan rico como Francia. Hay un problema de reparto de la riqueza. El Gobierno podría decidir de forma inmediata quitar el IVA sobre los productos de primera necesidad”, dijo a la agencia de noticias EFE una manifestante de 54 años.
El debate, a juicio del impulsor de la llamada “Noche amarilla” y fundador de la división moderada “Chalecos amarillos ciudadanos”, Thierry Paul Valette, es una manera para Macron de acaparar protagonismo mediático y hacer campaña de cara a las elecciones europeas de mayo próximo.
Su propuesta, en la plaza de la República y prevista hasta que concluyan los debates oficiales el 15 de marzo, pretende intercambiar opiniones de forma abierta y elaborar con ellas conclusiones que quieren entregar a las autoridades.
Los enfrentamientos entre jóvenes manifestantes y la policía obligaron a evacuar la zona parcialmente al principio de la noche.
Lista propia
La protesta de ayer es además la primera desde el lanzamiento el miércoles de una lista de los “chalecos amarillos” para concurrir a las elecciones europeas, se llevaran a cabo entre el 23 y 26 de mayo, liderada por Ingrid Levavasseur, una auxiliar de enfermería de 31 años, que no generó unanimidad.
Los “chalecos amarillos ciudadanos” están preparando su propia lista y varios manifestantes creen que el movimiento no debería entrar en política, sino hacer valer sus reivindicaciones a través de un referendo de iniciativa ciudadana.
La manifestación de hoy irá seguida el domingo de otra de los llamados “pañuelos rojos”, que en un principio iban a expresarse a favor de Macron y posteriormente lo ampliaron a la defensa de las instituciones y el retorno a la calma en el país. (Télam)