May buscó avanzar en una nueva propuesta para el Brexit junto a los líderes europeos
Los jefes de Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, y del Consejo Europeo, Donald Tusk, charlaron por teléfono con la primera ministra del Reino Unido, Theresa May, sin que trascendieran detalles de esas conversaciones, y a apenas tres días de que deba conocerse el “Plan B” británico para el Brexit.
En un mensaje en la cuenta de la red Twitter, Tusk se limitó a relatar que habló con May sobre “los próximos pasos en el lado británico” para su salida de la Unión Europea, después de que el acuerdo de retirada no pasara el filtro de la Cámara de los Comunes.
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Por otra parte, un vocero de la Comisión señaló que en la llamada de Juncker hubo un “intercambio de información de las dos partes” y una propuesta de mantenerse en contacto.
Las conversaciones de la primera ministra con los líderes europeos tuvieron lugar a apenas tres días de que May presente su nueva propuesta de consenso sobre el Brexit, sobre la que los diputados británicos se pronunciarán el 29 de enero.
Bruselas insistió en que el Reino Unido no ha solicitado aun oficialmente la extensión del periodo de negociaciones de dos años, que finalizará el 29 de marzo si Londres no pide una ampliación, que los Estados miembros, además, deben conceder de forma unánime.
Esta potencial petición para retrasar el Brexit debe ir acompañada de argumentos que justifiquen la extensión, ya que, según fuentes comunitarias citadas por la agencia EFE, ampliar este plazo es “ampliar la incertidumbre”.
Otro límite a la situación lo marcan las elecciones al Parlamento Europeo, que serán entre el 23 y el 26 de mayo. Todos los Estados miembros de la UE están obligados a celebrar los comicios a la Eurocámara, que desde el 2 de julio tendrá nueva integración.
Si el Reino Unido opta por posponer la fecha de su salida, podría verse obligado a convocar elecciones al Parlamento Europeo en su territorio.
La UE insiste por ahora en que no reabrirá el contenido del acuerdo de salida consensuado entre Londres y Bruselas en diciembre, que incluye el polémico plan de salvaguardia para la frontera irlandesa, rechazado en la clase política británica.
El plan supone que, si el periodo de transición del Brexit de 21 meses concluye sin un acuerdo para la futura relación entre la UE y el Reino Unido, Irlanda del Norte quedaría sujeta a ciertas normas esenciales del mercado único comunitario para asegurar que nunca se levanta una frontera física con la República de Irlanda, que permanece en la UE.
Mientras, May reunió a más de la mitad de sus ministros, probablemente para que sean voceros de la futura propuesta, que no debe convencer solo a la oposición, sino también a los 118 diputados “torys” que votaron en contra de su acuerdo el pasado martes.
Sin tratados comerciales
Para complejizar el cuadro, el diario Financial Times (FT) publicó que el Reino Unido no pudo cerrar ninguno de los tratados comerciales con terceros países que se proponía tener a punto para la fecha del Brexit.
El ministro británico de Comercio Internacional, Liam Fox, había afirmado en 2017 que poco después de que Londres activara el proceso de salida de la UE, el Gobierno replicaría los 40 acuerdos comerciales que mantenía entonces el bloque europeo con terceros países.
El martes, la Cámara de los Comunes rechazó por 432 votos a 202 el acuerdo con Bruselas, en una dura derrota para May, que al día siguiente sí logró sortear en idéntico escenario la moción de censura que habían presentado los laboristas. (Télam)