Nicaragua conmemoró el aniversario de la revolución tras la toma del feudo opositor
Nicaragua conmemoró el 39º aniversario de la Revolución Sandinista, que encabezó el actual presidente Daniel Ortega, mientras su gobierno proclama un triunfo sobre los manifestantes que desde hace tres meses demandan la salida del poder del mandatario.
El gobierno de Ortega tomó control esta semana de la ciudad rebelde de Masaya, el último feudo controlado por sus opositores, tras un violento enfrentamiento de seis horas que dejó al menos dos muertos, según un organismo de derechos humanos. En un hecho que dio ánimos al oficialismo pero que no deja de empañar la fiesta de este jueves.
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“Proclamamos nuestra victoria, nuestro avance sobre esas fuerzas tenebrosas, diabólicas, que durante tres meses azotaron y secuestraron la paz, pero no pudieron”, dijo la vicepresidenta Rosario Murillo el miércoles, en su alocución diaria con medios oficiales.
La celebración del 19 de julio suele ser una fiesta multitudinaria en Nicaragua, con invitados y líderes de la izquierda mundial, pero esta vez Murillo -también esposa de Ortega- se limitó a anunciar actos en cada municipio. Activistas se movilizan en los barrios para llevar seguidores al festejo que se prepara en Managua, bajo un fuerte dispositivo de seguridad.
El presidente venezolano Nicolás Maduro felicitó en Twitter la gesta de hace 39 años y dijo que “hoy, ante las agresiones imperiales, el gobierno de Nicaragua ha derrotado el plan terrorista y golpista. ¡Nosotros venceremos!”.
En medio del feriado por la Revolución, las calles de la capital lucían con poco movimiento. Tampoco se reportan enfrentamientos en las calles, como los que han dejado unos 280 muertos desde el inicio de las protestas contra el gobierno, el 18 de abril.
Las vigilias de los barrios, que solían esperar al amanecer para dirigirse a pie a la explanada frente al malecón de Managua donde cada año se celebra la Revolución, no se realizaron y activistas con altoparlantes invitan: “Vamos con Daniel todos a la plaza”.
En Masaya, de donde sus pobladores acostumbraban salir en caravana a Managua, las familias se reguardaron en sus casas, mientras los paramilitares que tienen ocupada la ciudad bailaban al son de música con el estribillo “El comandante se queda”.
Para el sociólogo independiente Melvin Sotelo, la victoria del gobierno sobre los manifestantes llegó a expensas de derechos fundamentales de la población nicaragüense.
“Lo hizo ahogando el derecho de las personas a manifestarse en repudio al gobierno. No permite ejercer el derecho de los nicaragüenses a organizarse, a elegir libremente a sus autoridades, cerró todas los espacios y posibilidades políticas” de participación, dijo Sotelo a AFP.
Sin embargo, Sotelo consideró que la victoria contra los bloqueos de vías llegó a un precio alto para Ortega.
“El presidente políticamente y moralmente perdió mucho. Esto es una guerra de un Estado supuesto a proteger las vidas de las personas contra una población indefensa. Lo que ha creado es rechazo en la población”, sostuvo el sociólogo.
Presión internacional
En este contexto, las protestas en contra del gobierno estallaron hace tres meses en oposición a una reforma a la seguridad social, pero la represión hizo que se propagaran hasta convertirse en un amplio movimiento que reclamó la salida del poder de Ortega.
La violencia contra los manifestantes generó también el repudio internacional, lo que sin embargo hizo poco por ablandar la mano del mandatario contra sus opositores.
La Organización de los Estados Americanos (OEA) aprobó el miércoles una resolución que condena la represión a manifestantes y exhortó al gobierno a acordar un calendario electoral con los opositores. AFP-NA
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