Paisajes, aventura y cultura en el corredor turístico Comarca de los Andes
Imponentes y variados paisajes de lagos, montañas y valles, combinados con actividades de turismo aventura, cultural e histórico, conforman los principales atractivos del flamante corredor Comarca de los Andes, en la Patagonia cordillerana, conformado por acuerdo de once intendentes de Río Negro y Chubut.
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El nuevo circuito se extiende unos 200 kilómetros y encierra variadas propuestas, muchas de ellas en los tres parques nacionales que alberga: Nahuel Huapi, Lago Puelo y Los Alerces.
La Comarca se extiende desde el río Manso en el norte, hasta el pueblo Corcovado, con el río del mismo nombre, en el sur, y comprende las localidades de Lago Puelo, El Bolsón, El Hoyo, Trevelin, Esquel, Epuyén, El Maitén, Cholila, Gualjaina, Corcovado y El Manso.
Un viaje en esa dirección puede comenzar en el río Manso, alimentado por el llamado Glaciar Negro que le da el nombre, al pie del volcán Tronador con sus nieves eternas y tres picos: el argentino, el chileno y el internacional.
Antes de partir es recomendable una navegación por el lago Mascardi y -ya al pie del Tronador- visitar Pampa Linda y la Cascada de Los Alerces.
La nueva Ruta 40 lleva a la segunda parada importante: la Comarca del Paralelo 42, conformada por El Bolsón, en Río Negro, y las chubutenses Lago Puelo y El Hoyo.
Algunos imperdibles para el turista que visita la zona son el cerro Piltriquitrón, que se puede ver desde casi cualquier punto; el río Azul con sus “cajones”, y el lago Puelo, con sus cisnes de cuello negro, cóndores y otras especies que convierten sus costas en un sitio ideal para el avistaje de aves.
Otros puntos
En la ciudad de El Bolsón se puede compartir la mística de su surgimiento a partir de los hippies migrantes de centros urbanos que llegaron en la década del 60, además de disfrutar de sus mermeladas y cervezas artesanales, ésta gracias al mejor lúpulo del país, que crece en la zona.
El otro punto fuerte del circuito es la Comarca Andina de Chubut, con las ciudades de Esquel y Trevelin, pero antes, al llegar al kilómetro 1440 de la Ruta 40, en Cholila, vale la pena desviar unos metros al este y visitar el Museo de Leleque, un centro histórico antropológico en medio de la estepa patagónica.
Sus instalaciones encierran documentos, piezas y fotos que documentan buena parte de los últimos 13 mil años de la región, desde la llegada de sus primeros pobladores.
En Esquel está la terminal del histórico tren La Trochita, con su museo y talleres, que ofrece recorridos turísticos hasta Nahuel Pan, con regreso al punto de partida.
Trevelín, más pequeña y pintoresca, propone en el casco urbano su arquitectura de origen galés, con las famosas casas de té, y mucha naturaleza colorida, a diferencia de la estepa que la precede.
El Valle 16 de Octubre -o de Trevelin- varía sus tonos según la estación, y después de ser invadido por el rojo de la rosa mosqueta sobre los pajonales amarillos de invierno, en el estío se tiñe de verde con matices variados de flores silvestres, con el fondo de nieves eternas en algunos picos, que contrastan con el azul de uno de los cielos más diáfanos del sur argentino.
El fin de la travesía
Esta travesía por la Comarca de los Andes puede culminar en Corcovado, un pequeño pueblo vecino a la frontera con Chile, cuyo río del mismo nombre es uno de los más buscados por amantes del rafting de diversos países.
La tranquilidad de Corcovado es también ideal para disfrutar de platos regionales como el cordero patagónico y dedicarle horas a la pesca con mosca -y tradicional- en ese curso de agua que, a diferencia de otros ríos argentinos, desemboca en el Pacífico. (Télam)