Necrológicas
JUAN OSCAR LARRAGNEGUY
El pasado 23 de enero se apagó la vida de Juan Oscar Larragneguy, quien contaba con 73 años de edad.
Había nacido en Tandil, el 10 de agosto de 1944, y laboralmente se desempeñó en fábricas metalúrgicas de la ciudad.
En el año 1979 contrajo enlace con Silvia Mutuberría, con quien tuvo a su hija Luciana (f).
Juan era considerado “un ser de gran corazón y carácter fuerte” y era “muy querido por sus amigos y vecinos”.
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JAVIER EBERARDO BARCELO
A la edad de 75 años, falleció el 16 de enero el vecino Javier Eberardo Barcelo, quien había nacido en la ciudad de Rauch.
Desde muy joven se radicó en Tandil con sus padres y sus hermanos.
Javier estaba casado con Lucía Simi, con quien tuvo a sus tres hijos: Adriana, Rubén Darío y Javier David. Luego llegarían sus hijos políticos Belquis, Carol y Osvaldo; y sus nietos María Florencia, Nicolás, Matías, Sofía y Diego.
Prácticamente toda su vida, hasta sus últimos días, se desempeñó como transportista, haciéndolo en el último tiempo para la Cooperativa de Vela Limitada.
Dedicatoria
“En estos días en los que ya no estás, trato de recordar tu gran amor por la vida. Aunque tuvieras dolores siempre decías que estabas bien. Tenías una fortaleza tal que solo esa cruel enfermedad te venció.
Dabas remedios a todos. No querías que nadie sufriera, no entendías que no todos eran fuertes como vos.
Amigo leal, honesto a lo máximo, dadivoso, caballero, buen padre, incansable. No eras perfecto, nadie en este mundo lo es.
Fueron muchos años juntos. Prometimos, cuando nos casamos, en las buenas y en las malas, y así fue: tomado de mi mano pasaste al descanso.
Tu rostro de paz me consuela; saber que no sufres más y tus manos cruzadas me muestran que todo terminó. No pretendo olvidarte: edso nio podré”.
UBALDO SEGUNDO CESIO
El 26 de enero pasado falleció Ubaldo Segundo Cesio, un conocido vecino de Tandil.
Nacido el 12 de octubre de 1960, era hijo de Ubaldo Cesio (f) y Erlinda Gallinal (f) y tenía una hermana menor, Delicia.
Fue a la Escuela Normal, en tanto que realizó el secundario en el Liceo Naval.
Estudio veterinaria hasta quinto año y vivió en el campo, en tanto que en el 2001 se fue con su compañera Ema Gambande y su hija Lara a España, hasta que en 2011 regresó al país.
Su partida ha provocado dolor en familiares y amigos.
Dedicatorias
“Querido hermano:
Me consuela creer que has podido alcanzar ese tan anhelado estado de libertad del que hablabas un poco en broma y no tanto… cuando decías que en tu próxima vida querías ser un pájaro, para volar libre, consiguiendo lo necesario en sintonía con la naturaleza en estado puro…
Ellos continúan con su instinto inalterable, ajenos a las presiones y mandatos de la sociedad.
Tu mundo interno sigue siendo un misterio para mí, como para muchos seres que te conocieron compartieron distintos momentos de tu vida y que te siguen recordando con muchísimo cariño.
Seguramente desde el lugar donde ahora estás tendrás la claridad para comprender el difícil camino de la vida…”.
Delicia.
“Todos los días mueren personas…pero hay algunas que dejan un hueco enorme en el corazón colectivo. Este hombre que de joven era el chico lindo, inteligente, mejor deportista genial, líder natural, ocurrente… Ese que marcó la diferencia. Ese que hacía todo y todo lo hacía bien. Ese al que la vida, aún siendo el mejor, se empecinó en llevarlo por otros caminos, buscando quien sabe qué… Tal vez, por tener tantos dones, quiso verse más humano, terrenal, y se fue de a poco saboteando el alma y el cuerpo… la mente, esa loca incontrolable, lo traicionó…
Para los que tuvimos la suerte de conocerlo, quererlo, compartir charlas interminables de adolescentes, deportes, salidas y confidencias, queda la sensación que se queda contigo en la estación: el tren se marcha y yo en el andén.
Querido Ubaldo: el enorme caudal de amor, admiración, empatía que supiste despertar en todos los que tuvimos la suerte de conocerte te ha elevado a ese cielo de Paz plena. Seguramente encontraste lo que buscabas.
El mundo perdió un ser especial, de esos que aparecen de tanto en tanto, el cielo ganó un ángel.
Que descanses en paz, y desde donde estés nos acompañes hasta que volvamos a reunirnos.
Abrazo del alma querido amigo, padre, hermano”.
Federico Echaide.
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