Necrológicas
MAGDALENA ESTER “CHELA” VILLANUEVA DE DURE
A los 89 años el 6 de mayo pasado falleció una querida vecina de Tandil: Magdalena Ester “Chela” Villanueva de Duré.
Nació en la ciudad de Rauch, el 18 de abril de 1929.
Era esposa de Oscar Honorio Duré, madre de Graciela, Norma y Alejandra; abuela de Alejandro, Mariana, Marcos, Soledad, Natalia, Josefina y Sofía; y bisabuela de Federico, Sol, Chiara, Apolonia, Lola, Petra, Dante, Charo, Vicente y Aureliano, quienes la extrañan y van a recordar con inmenso amor por siempre.
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Dedicatoria:
“Voy a recordarte con una sonrisa.
Me quedo con las charlas que teníamos mientras yo cocinaba.
Me quedo con el recuerdo de que te levantabas antes de la siesta para acompañarme y cebarme mate.
Me quedo con tus palabras… Siempre me decías que tenía que poner un cafecito en frente. Y así fue. Lo logré y por suerte pudiste ver mi gran logro. De cierta forma cumplí el sueño de las dos.
Me quedo con tus consejos.
Me quedo con tu….”Para mí chiquito”…. jaja como nos hacías reír con eso.
Feliz de que pudiste conocer a Vicente y él a vos. Me encantaba verlo como te llenaba de besos y escucharlo decirte Chela.
Te vamos a extrañar ABU. Que en paz descanses.
Jose o “Cochefinita”, como vos me decías”.
RAMON TORRECILLAS CINTAS (“GALLEGO”)
El 9 de mayo pasado se produjo el fallecimiento de Ramón Torrecillas, familiarmente conocido como “Gallego”.
Había nacido en España, el 3 de octubre de 1942 y llegó al país siendo niño.
Dedicado a la construcción, formó su familia con Stella Maris Vallejos, con quien tuvo dos hijos: Martín y Javier. Con el tiempo llegarían sus hijas políticas Silvina y Marcela, al igual que las nietas Trinidad, Tatiana, Manuela, Josefina, María Paz y Micaela; los nietos políticos y los bisnietos Agustina, Joaquín, Franco, Gael, Olivia y Rafael.
Hoy su hijo Javier lo despide con una sentida semblanza:
“Viejo:
Llegaste a tu Argentina, como vos decías, a los nueve años, proveniente de Albanchez, Andalucía.
Forjaste con trabajo y alegría tu propia familia con Stella y tus dos hijos Martín y Javier.
Luego todo se fue agrandando, llegando a disfrutar de dos nueras, seis nietas y seis bisnietos.
A todos nos diste amor y protección, al igual que a tus amigos de siempre; la famosa “barra de pesca de la Estanciera”, y muchos más que luego fueron disfrutando de tu bonhomía.
Me ensañaste de chico tu pasión por la pesca y pudimos disfrutarlo en infinidad de viajes.
Sé que viviste como te gustaba y eso hoy nos da tranquilidad a todos los que tanto te quisimos.
Tu partida me deja un doble dolor, porque no solo fuiste el mejor padre sino también un gran amigo.
Bueno Viejo, ´solo puedo despedirte diciendo gracias,
Fui muy feliz a tu lado y eso no lo olvidaré nunca.
Te extrañamos mucho, Gracias Viejo”.
MARIA TERESA ARRILLAGA Vda. DE ESCUZA (CHICHA)
A los 87 años, el 30 de abril pasado falleció en Tandil la vecina María Teresa Arrillaga, más conocida por su apodo de Chicha.
Había nacido el 4 de junio de 1930 en Tandil.
Junto a su hermana Queca y sus padres Emma y Antonio conformó su familia hasta casarse con Oscar Escuza (Pocholo), con quien tuvo dos hijas, Ana María (f) y María Angélica.
Fue ama de casa y se recibió de profesora de piano.
Su familia quiere agradecer al hogar “Doña Josefa”, a Susana, a Gloria y al personal de la residencia por el cariño y la dedicación brindada a Chicha.
Dedicatoria
“Esconder entre tus manos un Kinder o un Mecano, el guiso de lentejas, el ¡Bah! (en vez de ¡Buh!) para asustarnos, ‘Yo no sé, nene’, Edith Piaf… todo eso podríamos decir que te define, pero hay algo más grande: el cariño hacia tu familia.
Ya extrañamos tu perfume, cada momento juntos. Se hace tan difícil saber que no te vamos a ver, que te fuiste para estar con tu hija y con el Tata.
Dios quiera que pronto nos veamos, y nos volvamos a abrazar, que ese abrazo no tenga final.
Gracias por ser nuestra abuela. Gracias por tanto amor. Gracias, y en un ratito nos vemos amada Nonita. Prontito, prontito.
Tus nietos Martín, Sebas, Pablo y Jose”.
MIGUEL ANGEL VECINO
El pasado 2 de mayo dejó de existir en nuestra ciudad a los 74 años de edad Miguel Ángel Vecino.
Había nacido en Tandil el 30 de abril de 1944, hijo de Matilde García (f) y de Tomás Vecino (f).
Su infancia transcurrió en la Estancia “La Celina”, en el Paraje Los Huesos, donde sus progenitores se dedicaron a tareas rurales. Posteriormente regresaron a la ciudad, cursando su escolaridad primaria en Escuelas 21 y 1.
Siendo muy joven perdió a sus padres.
Se desempeñó laboralmente en Marmolerías Massaro, Tandilfer y Uncpba donde ingresó como no docente, actividad que desarrolló durante 38 años hasta su retiro jubilatorio. Alternó durante diez años con la actividad comercial junto a su esposa Lucía Esther Araujo, con quien había contraído matrimonio en el año 1980.
Siendo adulto decidió finalizar sus estudios secundarios como también trasladarse a la provincia de Entre Ríos en busca de un lugar anhelado, más precisamente a Gualeguaychú, donde permanecerían por el lapso de un año.
Persona muy curiosa, gustaba leer, aprender, jugar a las cartas con familiares y amigos…
Amigo incondicional…
Dedicatoria
¡¡¡Siempre te recordaremos Miguelito!!!
Estarás presente en un sin número de situaciones… Vivimos una hermosa amistad que continuaremos con tu amada Lucy.
Estarás en cada consejo, en las charlas de pesca, en los versos del Martín Fierro que recitabas, en las canciones de los viajes, en las discusiones de política y de fútbol, en asados compartidos, en navidades y en años nuevos, en cumpleaños, en momentos divertidos y en aquellos difíciles, como en los que nos hiciste caer unas lágrimas al recordar tu infancia…
Te acompañamos en tus sueños y deseos y allá fuimos a pescar a Gualeguaychú, aunque solo sacamos cantorcitos…
Nunca dudamos en que serías un muy buen padrino para nuestra hija. ¡Con cuanto amor y orgullo hablabas de sus logros!
Que descanses en paz. Hasta siempre amigo!
Roberto, Mónica y familia”.
“Gracias por estar en cada momento importante y dejar huellas en el recorrido por esta vida.
Llevaremos con nosotros una partecita de tu historia, con anécdotas, canciones, recitados del Martín Fierro, ideas y experiencias de otro mundo lleno de aventuras y grandes desafíos.
Hasta luego, porque vas a seguir estando con nosotros.
Lorena”.
HECTOR RUBEN ZUBIRIA
El pasado 29 de abril falleció el vecino Héctor Rubén Zubiría, quien había nacido en San Manuel el 25 de abril de 1942.
Sus hijas lo despiden con sentidas palabras:
“Vivió toda su vida en la localidad de San Manuel, donde tenía su establecimiento rural. Toda su familia había pertenecido a este lugar, y Rubén, como le decían todos, nuestro papá para nosotras, sus cuatro hijas, amaba este lugar, su “San Vicente”.
Se pueden decir muchas cosas y a la vez no encontramos las palabras justas, nuestras palabras, para hacer una semblanza, al menos en estos días, el dolor todavía tiene sus llagas muy abiertas.
Le gustaba el campo, el jardín, la huerta, los viajes, gracias a Dios había viajado bastante, le gustaba la geografía y la historia. Tenía una capacidad magnífica para describir los lugares que había visitado y su relato hacía notar que uno también había participado de ese viaje.
Amaba a su familia, y sus cuatro hijas, al igual que sus siete nietos, éramos todo para él.
Partió y su partida nos deja un vacío enorme, una sensación de espaldas desnudas, nos va a faltar su palabra protectora de padre. Ahora sentimos mucho dolor, después se transformará en ausencia y a medida que pase el tiempo lo encontraremos, gracias a la maravillosa genética, en cada uno de sus nietos: todos tienen algo tuyo.
Gracias por todo, infinitas gracias Aita (Papá en vasco)”.
Carmen, Mamá, Jorgelina, Cecilia, Laura y Guillermina, y tus nietos: Julieta y Catalina, Santiago y Martina, Malena y Lucio, y la pequeña Olivia.
ENRIQUE ARIEL YUVISA
El pasado 7 de mayo, luego de una cruel enfermedad, dejó de existir a la edad de 63 años Enrique Ariel Yuvisa, “Manzanita” como todos lo conocían.
Nació el 9 de junio de 1954, en Pirovano, siendo el noveno de once hermanos.
Llegó a Tandil siendo muy pequeño, ciudad donde se radicaron, más precisamente en su querida “Villa Italia”, junto a varios de ellos y sus padres, cursando aquí estudios primarios.
Desde temprana edad, colaboraba con sus padres económicamente, ya que trabajaba de lechero, teniendo siempre muchos recuerdos de esa linda época vivida.
En el año 1974 fue llamado a realizar el servicio militar, teniendo que dejar su trabajo en Metalúrgica Tandil.
Luego ingresó al Cuartel de Bomberos Tandil, profesión de la que se sentía orgulloso.
Cuando corría el año 1978 y, siendo muy joven contrajo matrimonio con Lilian Beatriz Núñez, y de esa unión nacieron sus dos hijas Silvina Anabel y Giselle Denisse, quienes le dieron a sus nietos Marcos, Gonzalo y Lucas.
Queriendo progresar se fueron a vivir a la localidad de Senillosa, en Neuquén, donde trabajó en la obra hidroeléctrica de “Arroyito – Chocón”, cumpliendo distintas actividades en sus ratos libres, donde fundó junto a su esposa y un grupo de personas el “Cuartel de Bomberos Voluntarios de Senillosa”, del cual fue integrante e instructor, logrando continuar así con la profesión que tanto le gustaba.
También allí fue socio fundador y colaborador de la primera “Biblioteca Popular” que se inauguró en el pueblo, lugar al que no pudieron volver pero siempre recordó con mucho cariño.
Con el tiempo, junto a su familia, regresó a Tandil, incorporándose nuevamente al plantel del Cuartel de Bomberos Central, perteneciente a la Policía de la Provincia de Buenos Aires. Años después pasó a desarrollar tareas en la División de Narcotráfico, lugar que le dio muchas satisfacciones profesionales, habiendo cumplido funciones en Tandil, Azul, Mar del Plata y Necochea, ciudad donde finalizó su carrera policial, ya que desde diciembre de 2016, se encontraba retirado, disfrutando de su etapa de jubilado.
Siempre en las reuniones o en las rondas de mate, tenía anécdotas para contar, de las que hacen reír y de las otras también, recordadas de las distintas etapas de su vida.
“Hoy, quienes siempre estuvieron a su lado y, sobre todo, en los momentos en que tuvo que padecer éste difícil trance, lamentan su partida y elevan al cielo una oración para que su alma descanse en paz, dejando una huella en el corazón de todos los que lo conocimos y frecuentamos”.
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