Necrológicas
RAÚL VILLARREAL
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El pasado 26 de septiembre de 2020 falleció el vecino Raúl Villarreal, causando su deceso una profunda tristeza entre sus seres queridos y amigos.
El dolor que deja este tipo de situaciones es inevitable, pero aunque ya no esté presente de cuerpo, el recuerdo siempre vivirá en los corazones de aquellos que a lo largo de su vida lo trataron.
Se fue y dejó un gran vacío, pero el cielo está de fiesta porque ahí está, junto con María, su compañera de vida; con Liborio y Rosa, sus papás; con sus dos hermanos Oscar y Cholo que tanto extrañaba, con amigos y seguro que ya se escuchó un tango del “Polaco” junto a ellos.
Fue radical hasta la médula, fanático de San Lorenzo, su ciclón de Boedo; y apasionado por el tango y el “Polaco” Goyeneche. Hincha del Chevrolet y seguidor fiel de Ricardo Balbín.
Dejó un legado maravilloso, por eso fue, es y será el ídolo de su familia y un ejemplo a seguir.
“Tus tardes de amigos en la gomería; tus asados; el copetín del domingo; la familia unida; tus grandes amigos (Manuel Tasende, Roberto Fernández, Horacio Morrone, Néstor Jurado, Mati, Juan del Suburbio, Zampatti, Bocha Sánchez, Miguel Cuestas, Luján, Fermín, Marisa, son tantos que tal vez uno se me olvide. Todos te vamos a extrañar ‘Cuervo’. Gracias por tanto. Hasta siempre. Tus hijos, nietos, hijos políticos, nietos del corazón y amigos”.
ÉLIDA NILDA CARRILLO
Élida Nilda Carrillo nació el 8 de mayo de 1943, produciéndose su fallecimiento el pasado 20 de septiembre de 2020.
Cursó sus estudios en la Escuela 34. Posteriormente, contrajo matrimonio con Emilio Verde y fruto de ese amor nacieron sus dos hijos: Guillermo y Adriana, quienes luego la hicieron abuela de cinco nietas y de cinco bisnietos.
Durante muchos años, atendió la barraca San Pedro, en la zona de Villa Aguirre.
Ya jubilada, ocupaba su tiempo tejiendo para sus bisnietos, siendo además una excelente cocinera, ya que nunca dejó de amasar pastas, freír pasteles y hacer los bizcochuelos más altos.
Lamentablemente, no era su hora, no era su tiempo, ni su voluntad. Pero a veces hay algo en el destino que no se puede explicar, ni entender. Sólo queda la paz del recuerdo de haber estado ese último tiempo entre los suyos y el mate, fiel compañero de todos tus días.
“Aunque no haya palabra de consuelo, siempre estás y vas a estar presente, en cada mate, en cada cumpleaños. Nunca dejaste de enseñarnos paciente a cocinar, tejer, coser y muchas cosas más. A esas pequeñas grandes cosas que nos hacen disfrutar la vida. Eras una abuela moderna, atenta, nunca olvidabas un cumpleaños o una fecha especial. Siempre compinche y compañera. Que descanses en paz y ya nos cruzaremos en alguna ronda de mate. Te queremos”.
HORACIO MARTÍN FERRARI
Nació en Rauch, el 10 de octubre de 1958, y era hijo de Rosa y Pedro y el tercero de seis hermanos. A los 19 años comenzó trabajando en el ferrocarril en la ciudad de Cañuelas, donde formó su familia. Se casó con Rita Sánchez y tuvieron dos hijos, Martín y Lucas.
Por cuestiones laborales, en 1986 se mudaron a la ciudad de Tandil, donde siguió trabajando como guarda en el ferrocarril. Con el transcurso de los años, se desempeñó como contratista en el Cementerio Municipal, durante 20 años, donde cosechó varios clientes y amigos.
En el año 2007, realizó el curso de recepción y conserjería, lo cual le abrió las puertas para desempeñarse como conserje en el edificio Alem Towers, donde trabajó varios años, logrando ganarse el afecto del consorcio.
“Quienes te amamos, sentimos tu ausencia Horacio. Bueno y solidario, siempre te recordaremos con mucho cariño. Seguirás vivo en nuestros corazones. No es un adiós, sino un hasta luego. Hasta que Dios decida que nos encontremos. Te amamos. Tú familia”.
ADELA VIEIRA
Adela Vieira nació el 15 de febrero de 1935, en Tandil, en el paraje Santa Ana (Playa Nueva). Vivió su infancia y adolescencia en el campo, junto a sus padres Luis Vieira y Carmen López y sus cinco hermanos, con quienes concurrió a la Escuela 32 Ramón I.
Adela se caracterizó por ser una mujer con un alma pura, amable, tranquila, llena de bondad, humilde y cariñosa con sus hijas y nietos. En simples palabras, un ángel.
Le dedicó su vida a su hogar y a su familia, a la que mantuvo siempre unida, preocupándose de que todos quienes la rodeaban se sintieran cómodos y felices.
A sus hijas Graciela y Nancy, a quienes brindó todo su amor, les inculcó valores para ser buenas personas, honestas y respetuosas hacia los demás.
“Dicen que cuando tienes a alguien a quien amas en el cielo, tienes un pedacito de cielo en tu casa para siempre. Yo te tengo a ti madre en el cielo. Pero una parte de ti vive conmigo, tu recuerdo sigue en mi hogar y está presente en mi vida. Todo lo que me rodea tiene la huella de tu entrega, tu cariño y tu amor infinito. Aunque te fuiste, sigues conmigo madre, aquí en mi corazón.
Muy a nuestro pesar, el 17 de septiembre de 2020, Dios decidió llevarla a su lado, la extrañaremos inmensamente sus hijas, sus nietas y nietos Ayelen, Antonella, Andrea y Valentino, su marido Rubén y sus yernos Andrés y Jorge”.
Dedicatoria
“Te fuiste Adela en un largo viaje sin retorno, quedó el recuerdo de tu niñez jugando con tus hermanos, en la juventud la ida a los bailes que tanto disfrutabas, visitar a los vecinos que eran como familiares y hoy seguimos la misma amistad.
Los juegos a las cartas que tanto nos divertíamos y siempre querías ganar, pero eso se terminó y cada cual, a vivir su vida, la que le tocó.
Hoy tus hermanos Carlos, Juan, Antonio y Alicia, cuñadas y demás familiares sienten tu falta, pero estas en paz en el reino del Señor, rezamos una oración para el eterno descanso de tu alma”.
JUAN CARLOS MASCETTI
El pasado 23 de septiembre de 2020 falleció Juan Carlos Mascetti, deceso que causó un gran dolor entre sus hermanos María del Carmen, Atilio, Lorenzo y Rodolfo; sobrinos, sobrinos nietos y demás familiares.
Se fue una persona que tuvo como musas a la lectura y el estudio. Entre tantos logros académicos, el ser abogado fue lo que más lo identificó, junto a sus firmes convicciones religiosas y políticas.
Siempre tenía un tiempo para extender una mano a quien la necesitara. Vivió con el cariño incondicional de su familia. Ya descansa. Misión cumplida.
“Si vivimos, para el Señor vivimos. Y si morimos, para el Señor morimos. Así pues sea que vivamos o que muramos, del Señor somos”.
HERMINIA NEIRA
Nació el 1 de septiembre de 1924. Su casa, sus vecinos y familiares y la Escuela Primaria de Cerro Leones fueron su lugar durante su niñez y adolescencia.
Luego de años de actividad en Buenos Aires, ya de regreso en Tandil, encontró en la Clínica Chacabuco el sitio propicio para su realización personal en la enfermería, actividad que desarrolló durante muchos años con solícita atención y comprensión por sus pacientes.
Contrajo matrimonio con Walter Simons, con quien compartió años afincados en Yrigoyen y Las Heras, siendo muy apreciados por sus vecinos, quienes hoy lamentan su fallecimiento a los 96 años.
Herminia fue la segunda de nueve hermanos y siempre se mantuvo ligada a ellos y a sus padres Narciso y Gumersinda, a los que acompañó con cariño y respeto. Quienes la trataron, saludaron a su familia lamentando su deceso.
PEDRO GARCÍA
Pedro García nació en Tandil y transcurrió su niñez en un campo cercano a la localidad de Gardey, junto a sus hermanos Ana (f), Micaela (f), Diego Antonio y Carlos.
Como todo joven con ansias de progresar, se vino a Tandil, donde trabajó en rectificación Pontaroli, aprendiendo el oficio mecánico durante muchos años.
Formó una familia hermosa, junto a su compañera de siempre, Leonor, y de esa unión nació Marcelo, su único hijo.
Ya en su propio taller, desarrolló su oficio con conocimientos y envidiable prolijidad, logrando que sus clientes fueran amigos.
Amante del campo, los animales y las plantas. De viajar ya sea a las carreras de autos o por el país, siempre despacio, para conocer.
Hombre decente, trabajador, fiel a su familia, tranquilo y muy pensante, supo dejar en quienes lo lloran y extrañan un legado de amor y amistad. Que descanse en paz.
JORGE RUBÉN CALVO
Jorge Rubén Calvo nació en Tandil el 29 de noviembre de 1946, y era hijo de Lucio y Margarita. Eran 14 hermanos, y su educación la realizó en la Escuela 34.
Se casó con Norma y tuvieron tres hijos: Valeria (f), Adriana y Esteban. Era jubilado de la Usina.
El pasado jueves 17 de septiembre de 2020 falleció. Así, sin más palabras, quedándose la familia muda de sorpresa, de dolor, de tristeza.
No hubo tiempo de digerir lo ocurrido, sólo pudieron acompañarlo en los últimos días, con la esperanza de que todo fuera un mal sueño y que pudiera salir adelante, como tantas veces lo había hecho, en lo que la vida le iba presentando.
Fue el décimo hijo de Lucio y Margarita, en una familia de 14 hermanos, para quienes estuvo siempre presente, cada día de sus jóvenes 73 años.
El 2009 se llevó a uno de sus más preciados tesoros, a Valeria, pero con el corazón destrozado, hizo frente a la situación, apoyándose en quienes estaban tan doloridos como él: Norma, Adriana y Esteban. Cuidando con el amor más noble a Juani y Brunito, haciendo que Vale quede siempre presente en ellos.
Y siguió tratando de superar esta cuarentena que tan complicados tiene a todos.
Pero uno propone y Dios dispone, y así se fue. Su pronta partida dejó a sus hermanos sumidos en una enorme tristeza, pero llenos de recuerdos, de canciones, de sus risas, de sus visitas de cada semana, los años compartidos de la infancia, adolescencia, vida adulta, todos juntos siempre cerca, sabiendo que ante cualquier necesidad estiraban la mano y allí estaba el esposo, padre, hermano, el tío Jorge, ‘Jorgero’, ‘Joge’, ‘Pepito’, ‘Veras’. Y tantos otros nombres con quienes todos lo recuerdan.
Hoy, aún con lágrimas, pero el tiempo ayudará a que salga una sonrisa al recordarlo. Porque eso generaba, siempre una sonrisa, tan linda como la que brindaba.
“Gracias por tu paso en nuestras vidas, seguramente allá estarán con Vale, en un abrazo interminable. Tu familia Norma, Esteban, Adriana y René, Juani, Male, Brunito, Delfi, Paz y Emilia. Tus hermanos, cuñados, sobrinos y todos quienes te amaron y seguirán amando siempre”.