Asaltaron al empleado de una heladería de Rivadavia al 500 y se llevaron la recaudación
Un solitario delincuente amenazó con un cuchillo al empleado y terminó llevándose el dinero que había en la caja. Esta sucursal de Grido es la octava vez que sufre un hecho de estas características.
Un vez más una de las bocas de expendio de la firma comercial Heladería Grido resultó el blanco elegido por un solitario delincuente, para alzarse con el efectivo que había en la caja registradora y huir, sin que la policía pudiera encontrarlo pese al operativo montado para tal efecto.
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Este asalto ocurrió en la noche del sábado, en el local ubicado en Rivadavia 551, que forma parte del complejo de departamentos que existe en el lugar. El solitario delincuente llevó a cabo el ilícito cerca de la medianoche, momento en que el empleado se encontraba solo. Aprovechándose de esa situación, ingresó intempestivamente y lo amenazó con herirlo con la navaja que mostraba. Se llevó 1000 pesos que estaban en la caja registradora y eran parte de la recaudación diaria.
Acto seguido, el ladrón se dio a la fuga, no divisando el empleado si había algún cómplice aguardándolo afuera para que la huida de la policía pudiera ser más rápida.
Luego de un par de minutos, desde el citado lugar se dio aviso a la policía, llegando móviles de la comisaría Primera y la Policía Local. Las fuerzas de seguridad, junto con el resto de las cuadrículas, armaron un operativo como para intentar dar con el asaltante, procedimiento que arrojó resultados negativos.
Varias veces
Desde hace un tiempo no muy lejano las heladerías y agencias de quinielas eran las elecciones predilectas de los asaltantes, simplemente porque se hacen con efectivo de manera rápida y sin que nadie salga lastimado, pero generando el temor de quienes se encuentran trabajando ya que reciben las amenazas para que entreguen dinero.
Lentamente esta situación que parecía controlada por la policía está volviendo a repetirse, por lo que los uniformados se verán obligados a incrementar el control en este tipo de comercios como solían hacerlo hace unos meses, pasando y preguntando si todo estaba tranquilo.
La heladería de Rivadavia 551, según le dijeron a este Diario, es la octava vez que sufre un hecho de estas características, con magros resultados a la hora de atrapar a los autores de los delitos anteriores.
Otra boca de expendio
Otra heladería Grido, la que se ubica en avenida Perón y Uriburu, también sufrió un asalto hace un par de días. Si bien fue convocada la policía al lugar y se realizó la correspondiente denuncia por el dinero que le habían sustraído a la empleada, este Diario intentó averiguar lo sucedido y sólo logró confirmar el hecho, sin lograr más respuestas por parte de la investigación.
El hecho fue confirmado por el personal que se encontraba cumpliendo funciones en el mencionado lugar, que si bien fue amenazado, no sufrió herida alguna por parte del delincuente.
Preocupados
Algunos vecinos que viven en Rivadavia al 500, al observar la presencia del móvil de El Eco de Tandil, se acercaron para dejar sus inquietudes. La preocupación mayor es por el miedo que les genera que ocurran hechos delictivos cerca de sus domicilios y que quienes los llevan a cabo anden libres, pudiendo repetir dicho accionar.
“Acá en el edificio contamos con distintas medidas de seguridad, pero cuando pasan cosas como la que viven cada tanto los chicos de la heladería, a uno le genera miedo”, dijo uno de los habitantes del lugar.
Al ser consultada María sobre si conocía de algún ilícito dentro del complejo donde vive, sostuvo que “no estoy enterada de que sucediera algo, pero con los vecinos que estamos desde que se inauguró, siempre nos mantenemos en contacto como ocurre en otros barrios de la ciudad”.
Francisco, otro de los que brindó su aporte, dijo que “lo que más me preocupa es en lo que se está convirtiendo Tandil, ya que estas cosas no pasaban. Pero hoy la necesidad de tener plata hace que se cometan estas locuras. He leído los atracos anteriores con el hombre que usaba un arma plateada. Ahora amenazan con un cuchillo, y llegará el día que el delincuente fallará en el cálculo, ingresará un cliente y terminará la situación con un hecho de sangre. Ojalá que me equivoque, pero estamos cada vez más cerca de que pase algo así”.
Por último, señaló que “mi casa, en esta cuadra, tenemos alarma y rejas, pero a veces no sabés si con eso alcanzás a frenar a los delincuentes. Quizás también sea suerte que en tantos años de vivir acá sólo sufrí dos hechos y en momentos en que no estábamos. El sábado a la noche, cuando vi las luces de la policía, le dije a mi familia ‘otra vez robaron en la heladería’ y terminó siendo cierto. Pobre comercio, parece que los ladrones lo tienen alquilado”.