Víctimas de graves accidentes viales en la ciudad siguen con pronóstico reservado
Se trata de Joaquín Cabrera (16), Gonzalo Salomón (22) y Cristian Aguinaldo (36), quienes están en la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital. Si bien han sido estabilizados, no presentan mejoras sustanciales en su cuadro clínico. Salomón sería derivado a Mar del Plata y Aguinaldo podrían pasar esta semana a una habitación común.
El tiempo corre inexorablemente y algunos accidentes que ocurrieron en la ciudad comienzan a esfumarse, y quedan relegados al olvido para la opinión pública en cuanto a la información. empero, el entorno a las víctimas de aquellos sucesos viales siguen atentos el devenir de la evolución de las víctimas cuyos respectivos cuadros lamentablemente no presentan mejorías, al decir de los informes médicos.
Recibí las noticias en tu email
En la actualidad la Unidad Terapia Intensiva del Hospital Ramón Santamarina atiende a tres pacientes que sufrieron distintos accidentes y que permanecen con un grave cuadro de salud.
El 14 de marzo del presente año, Joaquín Cabrera (16) se encontraba en un domicilio de calle La Pastora al 1000, en el barrio La Movediza, y tras manipular un arma de fuego se terminó disparando accidentalmente en la zona del abdomen. Desde la citada fecha hasta estos días permanece en terapia del centro de salud pública. El joven pasó por el quirófano dos veces dado que tras las primeras atenciones su salud había involucionado.
A Cabrera, tras la primera operación, le habían dejado colocado unos drenajes por donde comenzó a drenar mucho liquido lo que produjo un deterioro en el sensorio, comenzó a hablar incoherencias, dormitarse, se le bajaba la presión y al mismo tiempo aumentaba la frecuencia cardíaca.
Al menor se le colocó respirador mecánico para que no se esforzara, ni se agotara al respirar. Luego de nivelarlo regresó al quirófano para determinar los médicos porqué perdía tanto líquido por los drenajes.
Finalmente, se comprobó que la bala había lastimado el intestino y era por donde se producía la pérdida que salía por los drenajes. Además el líquido del intestino iba a parar al peritoneo que es la membrana que cubre la superficie interior del abdomen y forma varios pliegues que envuelven las vísceras. Por esta situación fue que la salud de Cabrera se había empeorado.
Se lo compensó y regresó a ocupar su lugar en cuidados intensivos, sedado y con la asistencia del respirador mecánico.
En la actualidad, en los horarios de visitas establecidos su madre y algunos amigos esperan los escasos minutos que disponen para acercarse hasta la cama que está ocupando y trasmitirle toda la fuerza, en pos que su salud mejore.
Pero es el propio Joaquín Cabrera quien afectado presuntamente por una fuerte crisis emocional, llora y no quiere ver a nadie. Su estado sigue siendo muy delicado y complicado por las heridas que generó la bala en su recorrido dentro del cuerpo. Seguirá alojado en terapia intensiva.
La imprudencia al volante y
un joven que no se recupera
Hay accidentes que se podrían evitar en la ciudad si quien tiene en su poder un vehículo, respetara las indicaciones de tránsito. Todo lo contrario fue lo que aconteció el 3 de abril de 2019, en Avellaneda y Moreno.
Alberto De Luca (60) venía circulando con un auto marca Volkswagen, modelo Gol, patente JCD 468, por la avenida Avellaneda en dirección a Buzón. Al llegar a calle Moreno decidió girar a la izquierda, maniobra que está prohibida, sin avizorar que por la mencionada avenida en dirección contraria iba en su bicicleta Gonzalo Salomón (22).
La irresponsable acción del conductor del auto, provocó un grave accidente que dejó hospitalizado al joven. Salomón no tuvo tiempo a nada, quedó prácticamente sin reacción y terminó chocando de lleno contra el lateral derecho del auto y hasta terminó astillando el parabrisas con su humanidad. Esa desaceleración generó que las heridas que se provocaron en su organismo sean de importancia, ya que el mayor golpe fue en su cabeza, según contó su mamá Patricia en una nota a este Diario.
Atendido en la Unidad de Terapia Intensiva, desde hace más de un mes, el joven no habla. Ni su familia, que está permanentemente a su lado, ni los profesionales han logrado que en todo este tiempo transcurrido pudiera emitir alguna palabra.
El Eco de Tandil consultó a distintos médicos quienes coincidieron en expresar que dar de lleno la cabeza contra el parabrisas, generó graves problemas neurológicos que impiden que responda a los estímulos que se le hacen. Está vivo pero sin comunicarse con nadie. A modo de descripción señalaron que “solo tose, es lo único que se puede decir que hace”.
Choque frontal en La Movediza
En los primeros minutos del pasado 28 de abril otro grave accidente ocurrió en Santa Cruz y La Pastora del barrio La Movediza y otra persona se encuentra luchando por su vida en terapia del Hospital Santamarina.
Cristian Alberto Aguinaldo (36), iba conduciendo una moto Corven Triax, dominio A056JPP, y por causas que se tratan de establecer terminó colisionando, de frente, con un automóvil Chevrolet Corsa, patente PGW 347.
Aguinaldo sufrió graves lesiones debido al fortísimo impacto y debió ser trasladado de urgencia al nosocomio local, donde fue examinado y asistido por los médicos de guardia en el shock room, en principio, y luego derivado al área de cuidados intensivos debido a la gravedad del cuadro.
El herido presentó un hematoma cerebral con fractura de cráneo, está con asistencia respiratoria mecánica y se encuentra estable, aunque no se han producidos mejoras sustanciales en su estado de salud en general.
Traslado
En el transcurso de esta semana tanto Gonzalo Salomón como Cristian Aguinaldo podrían ser trasladados a una habitación común o de piso como se la denomina en el Hospital, donde continuarían con la atención médica.
Las razones pasan porque en terapia se ha realizado todo lo que estaba al alcance de los profesionales, por lo que contarán con el mismo cuidado en una sala común.
En cuanto a Salomón, su familia podría comenzar con los trámites para buscar que sea derivado al Instituto Nacional de Rehabilitación Psicofísica del Sur, conocido como Inareps, situado en la ciudad de Mar del Plata en Ruta 88 y 29, para buscar que los profesionales que allí desempeñan su trabajo puedan lograr que Gonzalo Salomón vuelva ser el que era antes del grave accidente.