Para Kovadloff, el error de Macri fue decir que “en poco tiempo” saldríamos de la crisis
El reconocido filósofo y escritor estuvo en Tandil disertando sobre “Desafíos presentes y futuros de la Sociedad Argentina”. Consideró que “no es posible cumplir la transición de un Gobierno inscripto en el delito a una democracia republicana en pocos meses, van a hacer falta muchos años, un duelo”.
Ayer por la tarde estuvo en Tandil el reconocido filósofo Santiago Kovadloff, quien disertó sobre “Desafíos presentes y futuros de la Sociedad Argentina”. El encuentro, que contó con gran cantidad de público, se concretó a las 19.30 en la Cámara Empresaria y fue organizado en conjunto por el Municipio, la Cámara Empresaria y el Banco Hipotecario.
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Santiago Kovadloff es ensayista, poeta, profesor de filosofía y es colaborador permanente en el diario La Nación.
Antes de la charla, dialogó con El Eco Multimedios y afirmó que “la idea es elaborar diagnósticos y conjeturas que tengan un valor liberador, es decir que nos saquen del pensamiento maniqueo, de las contraposiciones rígidas, de la grieta en la que el país ha estado sumido y sigue estando sumido”.
“Siempre es difícil aprender a convivir, es más fácil la contraposición rigida y drástica entre ideas que la complementación. La complementación se llama democracia. Va a llevar muchas décadas, el problema no es cuánto lleve, sino si sabemos sostenerlo en el tiempo”, manifestó.
Apego al corto plazo
Durante la disertación, el filósofo consideró que “queremos transitar de la dificultad a la solución sin que medie el proceso de trabajo que en forma gradual lleva a encontrar soluciones duraderas”.
Y ejemplificó que cuando el presidente Raúl Alfonsín asumió el poder se valoró “inmensamente el retorno a la democracia pero no las dificultades que entrañaba ese retorno. La impaciencia devoró rápidamente una idealización profunda que inicialmente caracterizó al Gobierno de Alfonsín y la decepción consecuente”.
En tanto, cuando asumió la presidencia Mauricio Macri, contribuyó “erróneamente a decir que en poco tiempo saldríamos de una crisis estructural que va a demandar muchos años”.
El Presidente “prometió no solo construir una democracia republicana, sino que puso plazos a esa construcción. Habló de seis meses, de un segundo semestre, se sintió obligado a inscribir la expectativa en el campo de una redención”.
Pero sostuvo que “no es posible cumplir la transición de un Gobierno inscripto en el delito a una democracia republicana en pocos meses, van a hacer falta muchos años, un duelo”.
La disyuntiva
Aseguró que la impaciencia estaba “en parte justificada” pero que este Gobierno se vio rápidamente enfrentado a la “disyuntiva vertebradora de su gestión”, que a su juicio era cómo “conciliar la necesidad de sacar de la pobreza a quienes hoy están atormentados por ella y sostener largos y medianos plazos en el marco de una transformación estructural del país que requiere instituciones sólidas que solo pueden sobrevenir a largo plazo”.
Consideró que esta conjunción entre la “demanda inmediata que impone el sufrimiento colectivo” y la necesidad de “cambios estructurales que solo pueden cumplirse en mucho tiempo”, sólo puede llevarse a cabo con “eficiencia administrativa y asistencialismo y una transformación profunda de las estructuras institucionales del país que permita sacarlos del asistencialismo para devolverles dignidad a quienes hoy forman parte de los marginados de la nación por obra de la pobreza que les fue impuesta a lo largo de 30, 40 y 50 años”.
Anomia
En tanto, planteó que la Argentina es un país con una “fuerte anomia en el campo de la identidad cívica, no hemos podido construir ciudadanía hasta ahora”.
Expuso que la prueba de que esto ha sido así es que “el país se ha visto afectado por los golpes de Estado y por los incumplimientos de la responsabilidad de construcción civil de los gobiernos civiles. Hemos sido primordialmente un conglomerado, y no una nación”.
“A tal punto hemos sido un conglomerado, que tenemos diagnósticos muy esquemáticos sobre nuestra realidad, visiones muy empobrecidas por lo que podríamos llamar la falta de perspectiva, primordialmente por el apego pavoroso al corto plazo”, afirmó.
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